Veinte años entre brocados, telas y bordados
Cofradías
El diseñador jerezano Fernando Calderón cumple dos décadas con una larga lista de espera de clientes a las puertas de su taller
Jerez/Tuvo que pasar por la universidad para estudiar Derecho. Nada llega gratis en la vida a ningún sitio y todo triunfo está siempre respaldado con años de trabajo y tesón. “Mi padre quería que estudiase una carrera pero mi vocación era abrir un taller de bordados”, afirma Fernando Calderón que cumple veinte años con su taller abierto a toda España con uno de los catálogos más definidos en cuanto a telas y brocados nobles.
Su vocación nacía por una desatada imaginación para crear multitud de motivos de bordados. Hojas, hojillas, caracolillos y cientos de dibujos que, durante veinte años, van destinados a las túnicas de los nazarenos o los mantos de las dolorosas. El taller de Fernando Calderón no para. “A la crisis que se nos avecina solo se le puede combatir con trabajo y más trabajo. Yo no me puedo quejar. El taller no para y el teléfono suena cada media hora”, señala el bordador jerezano. Ahora, el taller está inmerso en distintos encargos para hermandades de mucho caché como son las del Valle o Santa Marta de Sevilla. “En la hermandad del Valle vestimos este año a todas las imágenes secundarias del paso de la Coronación. Una pena que finalmente no saliera la cofradía”, comenta Fernando. Afortunadamente, quedan más encargos para la cofradía con sede en la iglesia de la Anunciación.
Más de quinientas obras avalan a este bordador. Unas obras que están repartidas en buena parte de la geografía andaluza. Palios como el de la Esperanza de Dos Hermanas, infinidad de estandartes y guiones o para el próximo año una saya que estrenará Madre de Dios de la Misericordia, Reina del Transporte. Un deleite para el paladar de los ojos. Una obra incuestionablemente de un calado artístico fuera de lo normal. El manto para la Guapa de la Merced, en su diseño y quién sabe si en algunas puntadas, ya está también de camino. La saya de la Coronación Canónica de la Virgen del Valle o el manto con saya para la Esperanza de la Yedra con motivo también de su Coronación, forman parte de las obras entregadas en la ciudad.
Brocados
Con el desarrollo de su profesión, Fernando Calderón quería integrarse en el mundo de los brocados y las telas nobles. “Al comenzar con el bordado puse mucho interés en saber cómo comprar en los mejores telares de España y Europa. Todos estos años me han proporcionado un conocimiento profundo de todo lo que rodea a la materia prima como son las telas de calidad”, asevera Fernando Calderón. En su taller pululan muestrarios de las mejores casas europeas de telas en terciopelos o brocados. Algunos de estas pequeñas encuadernaciones con muestras de terciopelos pueden costar un buen puñado de cientos de euros. Solo para mostrar. Pero en el taller de Calderón se ha sabido amortizar todo este esfuerzo y es referencia en casi toda España por la calidad de sus tejidos. “El mundo del brocado es muy bonito pero también muy complicado”, señala Calderón. Estudiando telares antiguos, el bordador ha conseguido dibujos y motivos del siglo dieciocho que encarga a los telares y reproduce con los mismos materiales. Es como si un brocado con dos siglos se reprodujera.
Además, sus terciopelos son de primera calidad. Lyon auténtico con certificados de origen son algunos de los retales que se pueden ver en su taller. Un colorido único que ha llegado a dominarlo hasta el punto de dar las tintadas precisas y conseguir el color exacto de una pieza antigua y pasada. “El IPHA solicita mis servicios para tintar algunas piezas que llegan a sus manos. Una de las obras más importantes en la que hemos participado ha sido el Simpecado de la hermandad del Rocío de Triana, recuperado por el Instituto de Patrimonio Histórico Andaluz y en el que nosotros le dimos la tintada original al terciopelo nuevo”, sostiene.
En definitiva, Fernando Calderón ha sabido escalar en el complicado mundo de la artesanía de las telas llegando a tener clientes ya no solo en las cofradías sino también en el mundo de la decoración, como los trabajos realizados para los hoteles Kaizen que regenta Marisa C. Azcárate con la decoración de sus establecimientos con la aportación de telas de las mejores calidades.
Actualmente, el taller de Fernando Calderón se nutre en un porcentaje alto gracias a los brocados y telas de primera calidad. “Los trabajos de bordados, aunque son muchos los encargos que tenemos ya para los dos años próximos, acompañan a la labor de búsqueda de las mejores telas. Muchos clientes llegan para comprar un brocado para una saya y termina encargando un trabajo de bordado”, afirma el artista.
Veinte años de trabajo casi incansable por parte de Fernando Calderón. Un jerezano que forma parte de un estimado grupo de artesanos jerezanos que hacen trabajos de calado para grandes hermandades de fuera. “Cuando en Jerez se van afuera para hacer proyectos grandes para sus cofradías y hasta aquí llegan desde Sevilla para encargar trabajos, es que hay algo que no funciona”, sentencia Calderón. Una harina que es de otro costal y que podría dar para otro reportaje.
El Rocío y Fernando Calderón
Entre todos sus trabajos, los realizados para la hermandad Matriz de Almonte el pasado año es la gran obra de Fernando Calderón. El taller jerezano hizo todo el terno para la Santísima Virgen del Rocío y para el Divino Pastorcito. Y además, Calderón se encargó de hacerle unas bambalinas que rememoraban imágenes del pasado de la Blanca Paloma. Y todo esto ocurrió en un año muy importante como el centenario de la Coronación Canónica de la Patrona de Almonte. “Sé que superar eso es prácticamente imposible. Vestir a la Santísima Virgen ha sido mi obra cumbre. Y no como un broche para mi carrera porque me quedan muchos años de trabajo”, asevera Fernando Calderón. Ahora, para el próximo año, el proyecto está en la modificación íntegra de las andas de la Santísima Virgen en la que Calderón participará con el bordado de un nuevo techo para el templete de la Blanca Paloma.
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