La crónica del Jueves Santo: Por fin no se tuvo que mirar al cielo
Las seis cofradías realizaron su salida procesional sin contratiempos meteorológicos
Fue una jornada con algunos cambios de estilo musical en algunas hermandades
Guía de la Semana Santa de Jerez 2025

Por fin, la lluvia dejó de ser protagonista en uno de los días centrales de la Semana Santa, el Jueves Santo. Las seis hermandades de esta jornada pudieron procesionar sin contratiempos climatológicos tras tres fatídicas jornadas. En esta ocasión los partes meteorológicos no preveían agua y estos no variaron conforme avanzó la tarde y las primeras cofradías se echaron a la calle. Conforme avanzó la tarde, la afluencia de público fue a más en una jornada con muchas ganas de ver cofradías.
Desde hace 15 años, la primera cofradía que se pone en la calle es la de la Hermandad de la Redención. Desde el Santuario de María Auxiliadora, quince minutos antes de las seis de la tarde salía la corporación salesiana con el misterio Jesús de la Redención en el momento que es abofeteado por Malco en la casa del sumo sacerdote Anás, una imagen que, por cierto, estrenaba potencias.
El paso salía bajando algo a tierra los costeros para salvar el dintel de la puerta de María Auxiliadora. Al tambor de la Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Elevación, de Campo de Criptana (Ciudad Real), tocaba por fin tras el misterio salesiano tras un 2024 donde no pudo estrenarse como merecía debido a la suspensión de la salida procesional por la lluvia. Fue en el momento en el que pudo verse un avance más en este paso, donde se han dorado los canastos y los candelabros delanteros. En uno de los laterales del paso, se dejó días atrás la medalla de hermano de Manuel Mejías, que era miembro de la junta de gobierno de esta cofradía (era el tesorero) y que falleció semanas atrás.
En paralelo a la salida de Redención, en San Juan de los Caballeros se ponía en la calle el tramo de hermanos con cirios que precede al paso del Lignum Crucis, la reliquia que ostenta la Hermandad de la Vera-Cruz y que procesiona dentro de un crucifijo a modo de cruz de guía. Es el primer paso de una cofradía de negro que volvió a dar muestras de clasicismo durante su estación de penitencia en la tarde noche de este Jueves Santo. La primera marcha al Señor de la Esperanza, en el interior de San Juan de los Caballeros, era Stabat Mater, tocada por la Banda de Cornetas y Tambores del Nazareno de Utrera, que también se estrenaba tras el crucificado tras un fatídico 2024. Debajo de este paso iba también una medalla, la de una hermana, a la que se le dedicó la primera 'levantá' en la calle.
Ya avanzando por San Juan, Manuel de Cantarote le cantaba una saeta al Cristo de la Esperanza. Mientras, dentro de San Juan de los Caballeros se oía la marcha clásica 'Jesús de las Penas' para la primera chicotá del clásico palio de María Santísima de las Lágrimas. Ya a la salida, la Banda del Nazareno de Rota, que volvía a acompañar a la dolorosa veracrucista le tocaba 'Al pie de la cruz'.
A partir de las siete de la tarde se sucedieron las siguientes salidas. A las siete y cuarto lo hacía el cortejo de la Hermandad de la Lanzada desde la ya Parroquia de San Lucas. El motivo es que la cofradía había decidido hacerlo en este templo tras el decreto del obispo, José Rico Pavés, de recordar que los Santos Oficios deben celebrarse por la tarde. De este modo, al iniciarse esta misa a las cinco de la tarde en la Basílica del Carmen, determinó que no tenía tiempo suficiente para ordenarlo, de ahí que optara por hacerlo en San Lucas. Los nazarenos llegaron por Luis de Isasi y Carpintería Baja hasta el Carmen, donde el paso ya había salido del templo carmelita. Siempre es dificultosa la salida de este misterio por las dimensiones de la puerta y el desnivel que hay que salvar.
Otra novedad. Fue en este momento cuando se pudieron oír los primeros sones de la Banda de Cornetas y Tambores Esencia, de Sevilla. Meses atrás, la Sagrada Lanzada decidió en un cabildo de hermanos cambiar de estilo musical. Para todo el recorrido se optaron por machas "clásicas", tal y como apuntó la cofradía semanas atrás, con composiciones musicales de Alberto Escámez, Pascual Zueco o Ramón Montoya, entre otros.
Así, mientras la Lanzada se reencontraba con su cortejo en el Carmen, salían los primeros nazarenos de la Oración en el Huerto desde Santo Domingo. Su misterio, una de las obras más destacadas de Manuel Guzmán Bejarano, mostró sus primeros avances en su proceso de restauración con un frontal de la canastilla cuyo esplendor ha recuperado el onubense Daniel Vázquez. La Banda de Cornetas y Tambores Coronación, de la localidad malagueña de Campillos, le tocaba por fin en la calle al Señor de la Oración en el Huerto —la lluvia lo impidió en 2024—. Y tras él, el completísimo palio de María Santísima de la Confortación con ese singular cruce de miradas entre la dolorosa y el ángel confortador.
2025 es un año especial en Humildad y Paciencia, pues se cumple el vigésimo quinto aniversario de su erección canónica. La corporación trinitaria salió de su templo minutos antes de las siete y media. Una representación de su hermandad vecina de las Angustias le esperaban ya a las puertas de la Santísima Trinidad. El paso mostraba el estucado de sus candelabros, un paso más en su proceso de ejecución.
Y la jornada la cerró el Mayor Dolor, otra cofradía sinónima del clasicismo de esta jornada. También hubo cambios musicales tras el Señor del Ecce Homo, con la jerezana Banda de Cornetas y Tambores de la Caridad de Jerez. El palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor tenía un toque diferente con los dos ángeles entrevarales situados en ambos costeros a la altura de la peana de la dolorosa, un detalle singular para este paso.
La jornada concluyó, ya entrada la Madrugada, con retrasos acumulados. Vera-cruz, Mayor Dolor y Sagrada Lanzada se retrasaron entre 45 y 50 minutos aproximadamente mientras que Redención, unos 35.
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