La crónica del Miércoles Santo en Jerez: fue una jornada plena hasta que la lluvia la reventó

Prendimiento y Amargura se quedaron en Catedral y el Soberano Poder, en Fátima

Los pasos regresarán a sus templos en la tarde del domingo

Guía de la Semana Santa de Jerez: Horarios, itinerarios, detalles y novedades

El Prendimiento, en el interior de la Catedral. / Candela Núñez

Qué ganas había de Miércoles Santo. Tras un nefasto 2024, donde solo las Tres Caídas se atrevió a realizar su estación de penitencia, era necesario una jornada plena, más si cabe tras dos días de sustos por la lluvia. Pero el agua acabó apareciendo a partir de las once de la noche y volvió a reventar otra jornada de esta Semana Santa.

Las Tres Caídas aceleró en su recorrido final y se recogió en San Lucas en torno a las once y media de la noche. Mientras, a la Amargura, que salía de la Catedral, tuvo que romper en dos su cortejo. Así, el tramo del Señor, con el misterio, continuó adelante para llegar a los Descalzos mientras que el tramo de la Virgen y el palio tuvo que volverse a la Catedral, templo en el que también buscó refugio toda la cofradía del Prendimiento. Mientras, el Soberano Poder se metió en la Parroquia de Fátima. El Consuelo, finalmente, decidió continuar adelante para llegar hasta Las Viñas en torno a las doce y media de la noche.

A esa hora, se adoptaban las decisiones definitivas. El Prendimiento y el palio de la Amargura se quedarán en la Catedral hasta la tarde del Domingo de Resurrección, al igual que el Soberano Poder, que estará hasta esa jornada en la Parroquia de Fátima. Asimismo, se decidieron las horas de regreso. El Prendimiento regresará a partir de las cuatro de la tarde, el palio de la Amargura saldrá a las cuatro y media y la Candelaria, que se refugió en la jornada del Lunes Santo, volverá a Santa Ana a las cinco de la tarde. El Soberano Poder aún no ha decidido su hora de vuelta. Tampoco están fijados, por el momento, los recorridos de vuelta, que deberán coordinarse con el Ayuntamiento.

Horas antes de que todo esto pasara, las cinco cofradías de la jornada habían decidido salir a la calle, a pesar de que había un pequeño riesgo de lluvia ya de la madrugada, una previsión que empeoró conforme avanzaron las últimas horas de la jornada, que empezaron a señalar un riesgo de precipitaciones leves, tal y como acabó ocurriendo. Una hora antes desde que se abrieran las puertas de Santa María Madre de la Iglesia, el Soberano Poder confirmaba lo que ya se presagiaba, y se deseaba. Salía. A las tres de la tarde, la cruz de guía de la corporación de La Granja se ponía rumbo al centro. Más de 11 horas le quedaban por delante a los siempre valientes del Soberano para hacer estación de penitencia a la Catedral y regresar a su barrio.

El portentoso misterio salió con ganas. No en vano, enlazó tres marchas —'La devoción de tu barrio', 'Y contigo hastra el cielo' y 'Recuerdos', con la Marcha Real de por medio— primero para moverse por el interior de su parroquia y luego para salir a la calle y recorrer los primeros metros por La Granja. Es una obviedad, pero la simbiosis que este paso tiene con la Agrupación de la Sentencia se sigue corroborando cada tarde noche del Miércoles Santo, una relación que dura ya lustros.

El misterio de la Flagelación, por la calle Naranjas. / Manuel Aranda

Una hora y veinte minutos después, salía desde las Viñas la Hermandad del Consuelo. La cofradía que se encuentra inmersa en realizar los últimos trámites para obtener la ansiada licencia que le permita iniciar las obras de construcción de su capilla, que irá ubicada en su barrio del Pelirón, concretamente en la calle Bruselas, iniciaba también una larga salida procesional de más de nueve horas de duración. Tras el Nazareno del Amparo, se estrenó la Agrupación Musical de la Sagrada Resurrección, de Sanlúcar, mientras que la Banda de Música Nuestra Madre de la Consolación de Huelva volvió a ir tras el palio.

El paso de la Señora del Consuelo tuvo un anecdótico percance en carrera oficial. El viento provocó que se volteara la bambalina delantera, por lo que procesionó unos minutos con esta pieza sobre el techo de palio. En la Alameda Cristina, con la ayuda de sendas escaleras, dos hermanos de la cofradía pusieron la caída delantera en su sitio.

La tercera en ponerse en la calle fue las Tres Caídas. Siempre dificultosa su salida, el Crucificado de la Salud tuvo otro percance al salir. El cajetín donde va sujeta la cruz no funcionó, por lo que dos hermanos tuvieron que subirse para arreglarlo y, de este modo, subir al Crucificado, una circunstancia que retrasó la salida de la cofradía. Desde ese momento, la corporación de San Lucas acumuló un retraso que afectó al resto de la jornada, especialmente en carrera oficial.

Tras el Señor de las Tres Caídas, y por primera vez, la hermandad aplicó una nueva distribución de los numerosos fieles que suelen ir tras esta imagen. Así, tras los hermanos con cruces fue un grupo con unas hachetas en mano (estos tuvieron previamente que sacar una papeleta de sitio para ocupar este puesto) y, tras ellos, el resto de personas que tienen por costumbre acompañar a esta imagen.

Nazarenos del Prendimiento. / Vanesa Lobo

A partir de ese momento, la cofradía empezó a acumular retraso. Las Tres Caídas llegó a carrera oficial con un retraso acumulado de 50 minutos, según la Unión de Hermandades, aunque logró recuperar parte de este tiempo conforme avanzó por el paso obligado. Eso sí, esto propició que tanto la Amargura como el Prendimiento llegaron al palco de toma de horas en la plaza Aladro también con retardo, en torno a 40 minutos aproximadamente, y se produjeran importantes distancias en el paso entre estas tres cofradías.

Antes de que todo eso ocurriera, la Amargura volvió a protagonizar bellos momentos por el eje de calle Naranjas y Patricio Garvey, donde vive uno de sus momentos más destacados de su Miércoles Santo con una sucesión de marchas a ambos pasos, el canto de saetas y una petalada a la Señora de los Descalzos precedida por un Ave María cantado por Maribel Ortega y con José Zarzana al piano.

A esa hora, Santiago era una fiesta para volver a reencontrarse con el Prendimiento. Y vaya si había ganas de verlo. Eso sí, los congregados no rompieron a aplaudir hasta que el olivo atravesó el umbral de Santiago. Acto seguido, la sección musical de la Hermandad de los Gitanos, la conocida popularmente como la Banda de los Gitanos, uno de los grupos más esperados de esta Semana Santa, le tocaba La Saeta al Señor de Santiago. Y tras La Saeta, le cantaban dos saetas a cargo de los Zambo (padre e hijo). Comenzaba así la salida más esperada del Señor del Prendimiento tras dos años sin verlo por las calles.

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