Pilar Cernuda
¿Llegará Sánchez al final de la legislatura?
Domingo de Ramos en Jerez | La Borriquita
Claveles rosas y jazmines, ese fue el arreglo floral que llevó La Estrella en 1969 cuando se estrenó bajo su paso de palio totalmente en azul. Eso fue hace 50 años y la hermandad lo recuerda con todo el cariño y devoción que, por entones, le pusieron al proyecto los cofrades que lo impulsaron.
Por este motivo, con emociones y recuerdos, la primera levantá antes de salir al patio del colegio fue en recuerdo de los 50 años estando como testigos, ante el paso, todos los hermanos mayores que han sido y que realizan la estación de penitencia. Antes, la habitual expectación en la calle.
Centenares de nazarenos con rubias y nerviosas palmas dieron paso a Cristo Rey, que se asomó al sol de la tarde, refulgiendo así la obra de Ovando con una iconografía que ha ganado mucho tras la remodelación llevada a cabo, este año con la túnica bordada de San Juan. Tras el primer toque de corneta y tambor, que puso el bello de punta, se preparaba el palio con la especial primera levantá plena de fuerzas y ganas, impulsada no solo por la gente de abajo sino también por las centenares de personas que admiradas y emocionadas aupaban a la Virgen con todos sus sentidos.
En la entrada en Carrera Oficial se recordó el Año Jubilar Lasaliano por los 300 años de la muerte del San Juan Bautista de la Salle. Se tocó Estrella Lasaliana. Monseñor Mazuelos presidió en noviembre la apertura de la Puerta Santa en la escuela de San José.
En Aladro, Cristo Rey entró con la marcha Cristo del Amor con motivo del 75 aniversario de su composición. Y antes hubo visita al Nazareno. La Virgen de la Estrella llegó a San Juan de Letrán con la marcha Esperanza de vida, en homenaje a los donantes.
Y en Carrera Oficial todo se ralentizó. Tremendamente lenta la cofradía, algo inusual en ella. Se hizo insoportable. Sobra tiempo de paso a esta y a casi todas. Queda reseñado pero por encima, el palio de La Estrella fue impresionante, cuajada de flores y con el andar y mecida justas.
La Borriquita, la primera que pasa y entrega una palma rizada en el palquillo, este año por un pequeño de seis años de edad. Son los detalles de una cofradía grande en sentimientos que Jerez espera con ansias y cuyo caminar, serio y ordenado, no quita la alegría inherente a la juventud junto a la fidelidad y devoción que merecen el mejor reconocimiento, el que pidió el pregonero al obispo en el Villamarta.
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