"Las expresiones de piedad popular, si chocan con la vida litúrgica, están mal planteadas"
José Rico Pavés | Obispo de Jerez
El obispo analiza la situación de la Iglesia jerezana tras casi cuatro años al frente y explica el último decreto aprobado para "recordar" algunos aspectos litúrgicos
No contempla autorizar salidas extraordinarias con motivo del Año Jubilar y afirma que los expedientes de las coronaciones canónicas de la Soledad y de María Auxiliadora "van por buen camino"
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El obispo de Jerez, José Rico Pavés, aborda en esta entrevista la situación de la Iglesia asidonense una vez transcurrido casi cuatro años desde que se puso al frente. Aborda el último decreto que aprobó, las normas que regulan los usos de los templos y aspectos vinculados a las hermandades como la normativa diocesana o la petición de salidas procesionales.
El encuentro con Diario de Jerez se produjo el pasado lunes, días antes de que trascendiera el ingreso en prisión del profesor de música y organista de la Catedral tras varias denuncias por presuntos abusos de menores. Sobre este asunto el Obispado emitió un comunicado este pasado viernes.
Pregunta.Este verano se cumplirán cuatro años desde que fue designado obispo de la Diócesis de Asidonia Jerez. ¿Qué balance hace de este tiempo? ¿Ha cambiado mucho la Iglesia jerezana?
Respuesta.No vine con intención de cambiar muchas cosas porque esta es una diócesis que tiene realidades muy vivas, pero sí que es verdad que en este tiempo el Señor me está concediendo ver realidades crecientes que yo pensaba que iban a tardar más en brotar. Me refiero en concreto al catecumenado. El catecumenado de adultos es una realidad creciente en esta Europa que se está descristianizando, pero siendo una realidad reciente, es una realidad también que nos llena de esperanza. Cuando propuse establecer un catecumenado de adultos en la Diócesis, se comentó que en Jerez todavía no sufría una secularización que ya hay en otros lugares de España. Pero fue ponerla en marcha y en la Vigilia Pascual del año pasado 12 adultos recibieron los sacramentos de iniciación después de dos años y medio de catecumenado. Y, si Dios quiere, en la Vigilia Pascual de este año tendremos 18 adultos. Otro dato muy significativo es que la mitad de los bautizados en Jerez en el año 2023 eran mayores de 7 años. Esto quiere decir que muchos van a la catequesis de primera comunión sin estar bautizados, algo que antes era extraordinario pero cada vez es más frecuente. Por otro lado, hemos tenido a nivel de Conferencia Episcopal un congreso de vocaciones que tenía como objetivo llamar la atención de la necesidad de impulsar una pastoral vocacional en todos los estados de vida de la Iglesia, pero ahí lo importante es caer en la cuenta por qué estamos padeciendo una crisis de vocaciones y es debido a una crisis previa de iniciación cristiana. Estamos perdiendo la capacidad de formar personas que planteen su vida de cara al Señor y que, por tanto, acojan la pregunta más importante de la vida: Señor, ¿qué quieres de mí? Hay jóvenes que van creciendo y llegan a edad adulta que no acaban de encontrar su sitio en la Iglesia o en el mundo, pues hay que cuidar bien la iniciación cristiana es el primer paso para ir renovando la tarea catequética de transmisión de la fe. Ahí, gracias a Dios, estamos dando pasos y estoy contento. Estoy también muy contento con la puesta en marcha de una delegación de migraciones que no teníamos en la Diócesis. La atención a las personas migrantes se hacía desde Cáritas y ahora tenemos una delegación propia que va abriendo la riqueza y complejidad de esta situación y también está dando sus frutos. En este balance de estos cuatro años me surge también otra realidad positiva y esperanzadora, que es la acogida en la diócesis de un nuevo carisma de consagración como es el de la virginidad consagrada. Esta es la forma más antigua de consagración que hay en la Iglesia, que ya se cita en las Cartas de San Pablo. Ya hay posibilidad de que mujeres que vivan en el mundo y también se consagren al Señor. La familia sigue siendo también un elemento crucial y ahí la Diócesis ofrece programas de acompañamiento que van dando sus frutos, pero es verdad que vivimos en este punto tan a contracorriente que muchos piensan que sus problemas no tienen soluciones y una y otra vez hay que levantar la voz un poco más alto y decir que sí, que es posible reconciliarse.
P.La asistencia a misa de los domingos es un buen termómetro para conocer la salud de la Diócesis. ¿A qué temperatura está en la Diócesis en este aspecto?
R.Aquí tenemos una situación heterogénea pues no es la misma en todas las partes de la Diócesis, ni siquiera en la misma ciudad de Jerez. La dificultad para medir exactamente en toda esta zona de Andalucía es el papel importante que siguen jugando las hermandades, en las que hay convocatorias importantes en determinados momentos del año que suscitan una respuesta más grande. Y esto es un bien que tenemos que cuidar, pero eso no significa que no estemos también en este punto cayendo. Comparado con otros lugares de España, podríamos decir que estamos mejor, pero comparados con los datos de años anteriores vamos hacia abajo.
P. ¿Y qué se está haciendo para tratar de revertir esa situación?
R.Se insiste en la importancia del domingo como primer día de la semana. Antes me he referido a las hermandades y lo se ha dicho es que aquellas que tengan su eucaristía propia no la ubiquen en el domingo para que no estén solo con su grupo, sino que el domingo se invite a todas las realidades de una parroquia para que formen parte de esta convocatoria central para la vida de los cristianos. Lo que estamos haciendo es acoger las indicaciones del Papa quien está insistiendo mucho en que las homilías sean más breves. Estamos acogiendo también las directrices que nos recuerdan la importancia de cuidar la liturgia, no dejando la celebración a la originalidad del celebrante. Estamos insistiendo también en la transmisión de la fe con la participación en la eucaristía dominical. Cuando las catequesis empiezan o concluyen con la eucaristía es más fácil que los padres que acompañan a los niños también participen.
P.Ya que ha hecho referencia a ello, en diciembre firmó un decreto en el que aludía a la necesidad de corregir algunos aspectos litúrgicos que estaban viciados en la Diócesis. ¿Tan mal se estaban haciendo las cosas que fue necesario recordar las normas?
R.Lo que simplemente he querido recoger es lo que se iba diciendo desde hace tiempo en el consejo presbiteral, que es un órgano consultor que tiene el obispo. Ya se decía que había que decir algo sobre la necesidad de que los grupos se unan en la eucaristía dominical o sobre el respeto del horario propio de determinadas celebraciones, que tienen su significado por la hora en la que se realiza. Así, recogiendo todas esas indicaciones, se preparó el decreto, que no añade nada nuevo. Yo digo, aunque en tono de broma, que es algo así como si un ayuntamiento tuviera que sacar un edicto para que se cumplieran las normas de tráfico. Pero si el ayuntamiento lo tiene que recordar es porque no estamos cumpliendo las normas. Pues algo así nos estaba pasando. Cierto es que no eran cosas que afecten mucho pero que, si no se cuidan con el tiempo, generan algunas deformaciones. Pongo un ejemplo. En algunas hermandades ha causado un poco de perturbación que no se puedan celebrar los oficios del Jueves Santo por la mañana. Esto no es cosa mía, esto ya lo dijo el Papa Pío XII. Al regular la Semana Santa estableció la hora de los oficios del Jueves Santo desde los años 50 del siglo pasado. Pero hay inercias que han llevado a mantener y no acoger en este punto una reforma litúrgica que es anterior al Concilio Vaticano II. Yo creo que ya era el momento de decir: vamos a hacer las cosas bien. Hay quien dijo que eso altera los horarios. Pues es una buena ocasión para recordar que las expresiones de piedad popular manifiestan su riqueza y aportan a la evangelización en tanto en cuanto nacen y tienden a la vida litúrgica. Si chocan con la vida litúrgica deformándola o desplazándola, es que están mal planteadas. Pues a lo mejor ha llegado el momento de plantear un buen ajuste de horarios para que no choquen y que quienes participen en las procesiones del Jueves Santo tengan la posibilidad holgada de acudir también a los oficios.
P. ¿Y había muchos incumplimientos por parte de las hermandades?
R.Las hermandades, como una realidad eclesial viva, se van renovando con las personas y, es lógico que los jóvenes que se van incorporando necesiten formación como en su día los que hoy son adultos la recibieron. Y esa formación pasa con conocimiento del alcance de lo que se profesa en el Credo, la protestación de fe y sus implicaciones, lo que tiene que ver con la participación litúrgica, las celebraciones y su expresión en la piedad popular, el compromiso de caridad y la vida de oración. Cuidando esos pilares y, en cierto modo, generando procesos formativos para que los que se van incorporando sean capaces de expresar en lo que creen, lo que celebran, lo que viven y lo que oran, la autenticidad de su fe, todo funciona con normalidad. No es que el decreto surja porque tenemos problema y hay que resolverlo, sino que forma parte de la dinámica creciente de la vida. Llegan generaciones nuevas que necesitan lo que hemos necesitado todos en su momento, una formación actualizada que nos haga ir creciendo de manos de la Iglesia.
P.Hablamos de un movimiento dentro de la Iglesia muy numeroso y da la impresión de que toda decisión va dirigida hacia él...
R. A veces puede dar esa impresión. Pero, siendo numeroso, mi impresión es infinitamente superior en sentido positivo respecto a los aspectos corregibles. Lo ilustro simplemente como ejemplo. De los 18 que, si Dios quiere, recibirán los sacramentos de iniciación en la Vigilia Pascual que dije antes, tres proceden del mundo de las hermandades. Es decir, su encuentro con el Señor y su deseo de pertenecer a la Iglesia ha venido de manos de las hermandades y de las expresiones de la piedad popular.
P.Quiero preguntarle también por el decreto que firmó días atrás de creación de nuevas parroquias en el centro de la ciudad, que no es más que estos templos vuelvan a tener esta catalogación. ¿Por qué se divide un enclave que pierde población?
R.Es cierto que puede confundir el hecho de hablar de nuevas parroquias pero en realidad lo que se ha querido hacer es restituir el estatuto canónico que estos templos tenían, con una motivación inmediata que es la conservación. Los templos agrupados en torno a la Parroquia de los Cuatro Evangelistas estaban todos bajo un único y mismo CIF y la práctica de estos años nos dice que es más difícil para pedir ayudas cuando se trata de un conjunto. Entonces, simplemente, se ha devuelto a cada iglesia su estatuto canónico. Y con esto nos hemos acomodado a lo que en las diócesis de España se está haciendo. Aunque desaparezca la población, la tendencia no es suprimir parroquias, sino crear unidades parroquiales. La Diócesis de Jerez, con los datos que maneja la Conferencia Episcopal, tiene 86 parroquias. En cambio, diócesis como Burgos, que tiene una población inferior a la de Jerez en torno a casi 200.000 habitantes menos, supera las 1.000 parroquias. La manera de conservar muchos templos y de muchas parroquias en poblaciones de cinco o 10 habitantes es que no pierdan su identidad jurídica canónica. Entonces, esa pequeña población puede seguir recibiendo ayudas que permitan mantener el templo y ellos no quedar desatendidos. En el caso de los Cuatro Evangelistas, las parroquias tienen una peculiaridad histórica y artística que requiere también preservar su identidad jurídica.
P.¿Hay necesidad de crear nuevas parroquias más allá del centro de la ciudad? ¿Jerez está cubierto desde el punto de vista pastoral?
R.Aunque se erigió hace tiempo, la Parroquia del Rocío está en una zona en expansión. En ese proyecto que se pensó en tiempos de don Juan del Río, estamos haciendo un esfuerzo para que efectivamente se pueda levantar un templo que alivie la carga pastoral que tienen que atender desde la Parroquia de La Granja y desde la Asunción, que son las limítrofes. Ya tiene un proyecto de construcción muy apoyado por la agrupación de Barbadillo, que está haciendo un esfuerzo grande y que hay que reconocer.
P.Hizo mención antes de las vocaciones. ¿En qué situación se encuentran las vocaciones en Jerez?
R.Ahora mismo tenemos a 18 seminaristas para una diócesis que supera el medio millón de habitantes. Necesitamos más, pero seguimos en unos números que nos permite tener todavía seminario propio. La Santa Sede está también insistiendo en que, si no se alcanza un número de 10 o 12, se considera que no hay garantías de una comunidad formativa. Hoy por hoy tenemos este número, pero no nos podemos confiar. En el tiempo que llevo, ha habido dos años sin ordenaciones de presbíteros diocesanos, aunque sí ha habido ordenaciones presbiterales, pero de religiosos. Si Dios quiere, este año tendremos la ordenación de cuatro sacerdotes y de tres diáconos. Es decir, la perspectiva es moderadamente buena, pero tenemos que seguir rezando mucho.
P.Hablando de vida consagrada. ¿Teme que alguna congregación se marche a medio plazo de Jerez?
R.De las que hay ahora mismo en Jerez, en principio, por número, no tendríamos que temer. La Santa Sede establece que, cuando una comunidad contemplativa baja de seis, se considera que no es una comunidad suficiente para mantenerla. De los conventos que ahora mismo tenemos en la ciudad de Jerez, todos superan este número. Pero eso no quiere decir que, en una mirada más amplia, una congregación tenga dificultades en un sitio y, por reajustes, y tal como está el panorama de la vida consagrada, no podemos garantizar con una perspectiva muy amplia que los conventos vayan a estar sin más con vocaciones suficientes.
P. Lo de la Cartuja fue una inmensa suerte, por tanto...
R.Ahí se dio la paradoja de que, siendo una comunidad monástica como las Hermanas de Belén, con vocaciones jerezanas, dejó la Cartuja por la dificultad de acomodar las necesidades del edificio a las necesidades propias de su vida contemplativa. Con la expresión "ruido", ellas querían decir que no podían mantener un edificio que sigue reclamando una atención que supera lo que una comunidad monástica puede hacer. Pero tuvimos la dicha providencial de encontrar una comunidad de vida activa. Es cierto que son cuatro, pero su tarea es ayudar a mantener la dimensión pastoral y espiritual de La Cartuja. Este estilo de vida ha permitido abrir las visitas, que era también una realidad demandada.
P.Hace tiempo se anunció la renovación de la normativa diocesana de hermandades y cofradías. ¿Qué plazos maneja para contar con un nuevo ‘libro verde’?
R.El borrador completo del nuevo libro que contiene la normativa diocesana está ya hecho. La idea es no terminar el curso sin que esté publicado.
P.¿Va a haber muchos cambios?
R. En realidad no serán tantas las variaciones, pero sí tenemos que unificarlas porque sabemos que las hermandades son una realidad que tenemos que ir abordando con una mirada cada vez más amplia, no solo pensando en la realidad de Jerez. Sí es cierto que las comparaciones están al orden del día con lo que se hace en otras diócesis. Por este motivo, los obispos de Andalucía queremos ir caminando hacia una convergencia normativa, si se puede llamar así. Los delegados de hermandades y cofradías tienen reuniones periódicas y van tratando situaciones. La novedad que puede aportar nuestra nueva normativa es que recogerá lo que ya en otros lugares se está poniendo en marcha, adaptándolo siempre a nuestra necesidad. No va a haber mucha novedad con lo que ya hay. No soy amigo de una normativa que quiera abarcarlo todo. Cuando uno pretende eso, al final siempre se deja a cuestiones y, además, provoca el efecto contrario. La normativa significa fijar reglas de convivencia y conforme a estas reglas ponernos a trabajar una realidad esperando que produzca sus frutos, con capacidad para corregir lo que no se acomode e impulsar nuevos proyectos. A mi modo de ver, uno de los problemas que está dañando la vida de las hermandades es la judicialización de los conflictos. No todo hay que llevarlo a un proceso judicial. El ‘libro verde’ no quiere favorecer los procesos judiciales, sino darnos unas normas de convivencia que muchas son de sentido común y que respeten la idiosincrasia de cada hermandad. Cada hermandad tiene su seña de identidad en sus propios estatutos. Pues una normativa no debe apagar esa identidad propia, sino ayudar a que conviva con las otras hermandades.
P.En estas semanas en las hermandades se habla mucho sobre lo que se permite y lo que ya no se permite hacer dentro de los templos. Hay algunos en los que no se han permitido celebrar conciertos, expedir papeletas de sitio o celebrar cabildos. Hay una norma del año 2020 en este sentido, pero ¿se ha dado alguna directriz ahora al respecto?
R.Más que un toque de atención, ha habido una llamada de los obispos de las diócesis de Andalucía al cumplimiento de la normativa del uso no litúrgico de los templos que tienen culto habitual. Hay hermandades que tienen confiadas templos que no tienen culto habitual, que no funcionan como parroquias, que tienen la celebración de la Eucaristía al menos una vez al mes u ocasionalmente, que un régimen distinto al de los templos parroquiales donde hay que combinar la actividad catequética, las exequias, los sacramentos como matrimonios, primeras comuniones, confirmaciones, etc. Lo que se ha hecho es recordar que existe esta normativa que restringe los usos no litúrgicos en los espacios consagrados a la liturgia. Es como el decreto de las normas litúrgicas, es recordar cosas que ya estaban, pero estoy convencido que no se trata tanto de prohibir, sino de recordarnos algunas cosas elementales que a veces también se olvida. No se prohíben los conciertos en los templos. Los de música sacra están permitidos porque se entiende que se deben plantear como una oportunidad también para la oración, lo que siempre se prohíbe, pero esto ni nosotros ni la normativa de los obispos del sur, sino a nivel de Código de Derecho Canónico que es que los espacios especialmente sensibles de la celebración no se toquen. El presbiterio, la zona donde está el altar no se puede invadir ni en un concierto ni en otro tipo de acto. Hoy también, gracias a Dios, la mayoría de los municipios de nuestra diócesis disponen de lugares donde se pueden desarrollar estos actos.
P. Estamos celebrando el Año de la Esperanza y ha habido peticiones de salidas extraordinarias por este motivo. ¿Las autorizará?
R.Con el Año Jubilar, ya hemos tenido y, de una manera dignísima, una Magna Mariana. Cuando se proyectó algo extraordinario para el jubileo se hizo con tanta antelación que todavía no había salido la convocatoria por parte del Papa. No hemos sabido exactamente el contenido del jubileo hasta el 9 de mayo de 2024, cuando la Magna Mariana estaba ya aprobada porque se había solicitado un año antes. Entonces, como no sabíamos exactamente el calendario de las convocatorias del Jubileo en Roma, como no sabíamos cuál era la petición concreta en relación a las diócesis y su coordinación con lo que se está celebrando en Roma, entonces pensamos organizar algo que nos sirva de antesala y que nos permita introducirnos en el jubileo. Y eso es lo que hicimos en la Magna Mariana, poner en la calle el amor a la Virgen María expresado en los nombres con los que en Jerez se invoca a nuestra madre como preparación para recibir la gracia del jubileo, que siempre era un encuentro renovado con Cristo. Por eso, en relación al jubileo, lo que había que hacer ya se ha hecho. No hay previsto nada extraordinario
P.¿Y sobre nuevas coronaciones canónicas? Actualmente hay dos solicitudes, una de María Auxiliadora y otra de la Soledad...
R.Yo las veo con esperanza. La Soledad lo solicitó hace tiempo y nos queda perfilar la obra social. Han presentado un proyecto en relación con las Hermanas Mínimas por su vínculo con esta orden pues ellos tienen confiado el templo de la Victoria, donde en su día hubo convento de hermanos mínimos. La obra social que han previsto quiere estar vinculado a las necesidades del convento y con la actividad caritativa que desde el convento se realiza. Y esto es lo que nos queda por perfilar, pero soy optimista porque va por buen camino. En el caso de María Auxiliadora, el tema es más complejo, pero es una complejidad que pienso se puede ir gestionando bien. Cuando tuve noticia de este deseo dije que tenía que ser una petición de toda la familia salesiana. En Jerez tenemos al menos cuatro comunidades religiosas que tienen imágenes y que suscitan devoción por María Auxiliadora. Primera cuestión, ¿qué imagen de María Auxiliadora es la que se va a coronar? Cuando se plantea la propuesta, que está más que justificada, es coronar la primera imagen de María Auxiliadora que llega a Jerez, que además guarda relación directa con San Juan Bosco. Pero aquí se da otra peculiaridad. Se pide la coronación de una imagen que está en una comunidad religiosa, en un colegio, cuando María Auxiliadora tiene dedicado un templo, el Santuario de María Auxiliadora. Lo que yo pedí era que la petición sea conjunta de toda la familia salesiana y que los salesianos dieran su visto bueno porque en cierto modo a ellos también le hipotecan. Yo entiendo que la coronación significa el reconocimiento a una devoción en torno a una advocación porque hay una comunidad que la respalda. Ese tema queda resuelto porque por parte de los salesianos, cuando les he preguntado, están totalmente de acuerdo que de coronarse, la imagen que debe ser coronada es la más antigua, que es la que custodian las salesianas.
P.Por lo tanto, sigue su trámite...
R. Sigue su trámite. También es peculiar el procedimiento que están siguiendo, porque están recogiendo adhesiones cuando el proyecto aún no ha sido presentado, aunque el propósito es que a final de este curso se entregue el expediente. Pero ya tienen adhesiones numerosísimas y muchas, eclesiásticamente, de mucho nivel. En la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa consiguieron adhesiones de cardenales y de obispos. Yo les felicité pero el proyecto todavía no se ha entregado. Es una devoción muy extendida y querida, y yo veo justificado plenamente que se inicie el proceso y que se pueda culminar. Ahí también se dará la peculiaridad de que la obra social, que tiene que ser un elemento sustancial de todo el proyecto de coronación tenga o esté vinculado al mundo educativo, que es también seña de identidad de toda la familia salesiana, y también están trabajando en ello. Las dos peticiones que están en marcha están bien encarriladas y no deberían tardar mucho en completarse.
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