Jerez acogió con fervor la procesión de la Virgen del Carmen

Un buen número de devotos y cofrades se dieron cita en la salida más clásica de todo el verano en la ciudad

Imágenes de la procesión de la Virgen del Carmen en Jerez

La Virgen del Carmen regresó a la basílica después de las misiones en el Perpetuo Socorro

Procesión de la Virgen del Carmen en Jerez
Procesión de la Virgen del Carmen en Jerez. / Miguel Ángel González

Una luz cargada de vida salió un año más desde la basílica del Carmen. Una luminaria incomparable por su belleza y señoría. La Virgen del Carmen volvía a cumplir con la tradición saliendo a las calles de Jerez para reencontrarse con sus hijos.

Salió en una tarde ciertamente calurosa como mandan los cánones. En su día. El día de las gentes del mar. La jornada en la que Jerez se acerca metafóricamente a esa espuma blanca y pura que caprichosamente dibuja la orilla de la playa cuando acecha el mar.

Los símbolos basilicales no faltaron ni tampoco un nutrido cortejo de damas y caballeros de Nuestra Señora del Carmen con sus escapularios marrones. Además de monseñor Rico Pavés, obispo de Asidonia-Jerez, destacar la presencia de Luis López Cuervo, párroco de San Dionisio, en la procesión más importante del espíritu carmelitano. Y junto al prelado, el Superior General de la Orden del Carmen, fray Míceál O'Neill. Ocupando también lugar en la presidencia, la comunidad carmelitana de Jerez encabezada por su prior, el padre fray Alejandro Peñalta Mohedano, como preste, un misionero bueno capaz de adaptarse a cualquier ámbito por distinto que sea de las extremas condiciones del tercer mundo.

Todo ocurrió a un año del centenario de su Coronación Canónica, el último capítulo antes de los grandes fastos. Pero sin dejar atrás su elegancia y su personalidad.

La cuadrilla de costaleros avanzaba a la rampa de salida mientras que la banda del Maestro Tejera, otra vez Tejera y su gente en esta maravillosa tarde de verano, preparaba la marcha ‘Reina del Carmelo’ que con tanta elegancia compusiera el genial músico don Germán Álvarez-Beigbeder. Un gran devoto de la Santísima Virgen.

Y así fue desgranándose este capricho del verano que es la procesión del Carmen por la ciudad. Poco a poco. Sorbo a sorbo. Sin prisa, pero sin pausa. Adentrándose en las calles más céntricas de la ciudad. Y es que no hacen falta salidas extraordinarias para contemplar este primor de hermosura. Y si se hace esperar a su día, que es el del Carmen, mucho mejor lo disfrutan los paladares. Lo bueno si breve, ya se sabe.

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