José Antonio Carmona Otero: “La fotografía debe tener intuición y eso es innato”

El jerezano acaba de presentar ‘De procesiones’, un libro en el que se adentra en el mundo cofrade a través de fotografías realizadas en los últimos 18 años

José Antonio Carmona posa para Diario de Jerez.
José Antonio Carmona posa para Diario de Jerez. / Vanesa Lobo

José Antonio Carmona Otero (Jerez, 1950) no esconde su predilección por la Semana Santa. Con su hermandad de la Yedra siempre por delante, su inquieta mente le ha permitido durante años dedicarse a una de sus grandes pasiones, la fotografía, una afición que le ha permitido editar numerosas publicaciones. Ahora acaba de estrenar ‘De procesiones’, un trabajo que ahora nos expone.

Pregunta.–Antes que nada, usted es cofrade y lo siente así, ¿verdad?

Respuesta.–Yo soy cofrade de nacimiento, nací encima de un paso porque mi familia arreglaba pasos y estaba muy vinculada a las hermandades. De niño, para mí la ilusión más grande era montarme en los pasos porque sobre todo los pasos de misterio. Imáginate un niño de cinco años lo que disfrutaba cuando me subía al paso de la Lanzada a ayudar a mi tío, con el caballo, el romano...

P.–O sea que fue su tío quien, por lo que deduzco, le introdujo en este mundillo...

R.–Sí, fue mi tío Carlos Otero, que era un cofrade muy conocido en Jerez, y era el que arreglaba muchos pasos, y claro, yo me iba con él. También le ayudaba con la antorcha del Super 8, porque fue uno de los primeros en grabar con aquellas cámaras. Yo tendría diez o doce años, y me iba con él para darle luz. Entonces, no existían baterías, sino teníamos que ir con un cable muy largo, una alargadera, enchufando en los sitios donde podíamos. Ya teníamos los sitios más o menos de un año para otro y decíamos, aquí esto, aquí en el puesto de pescado que hay en la Plaza Platero.... O sea, que ya lo teníamos más o menos previsto. Todo eso que me fuese aficionando a estas cosas. Pero bueno, aparte de eso yo disfruto la Semana Santa.

P.–¿Y cuándo empieza a hacer fotos?

R.–Bueno, yo estudié Bellas Artes y empecé pintando, pero un día, un amigo me trajo una cámara de Melilla y esa fue mi perdición (risas). Recuerdo que la primera foto que hice fue una ola rompiendo en La Caleta, que entonces no estaba ni arreglada. Así que con veintitantos años empecé a hacer fotografías de Semana Santa.

No es un libro de Semana Santa, es de fotografía, en el que el soporte y la temática son las procesiones

P.–O sea que en toda esa historia está el germen del libro ‘De procesiones’...

R.–Sí. En 2011 hice una exposición en el Alcázar que se llamaba ‘Procesiones’, y ahí mostré algunas de todas esas fotografías, pero en este libro he añadido muchas más. Me puse como fecha los últimos 18 años, y e ese periodo son todas las que aparecen.

P.–¿Y qué ha querido recoger?

R.–Sobre todo quiero dejar claro que es un libro de fotografía, no es un libro de Semana Santa, porque además, hay incluidas imágenes de procesiones extraordinarias. Es un libro de fotografía que el soporte y la temática son las procesiones. Ni la Semana Santa, sino las procesiones, porque hay también hermandades de Gloria y algunas de Semana Santa que están fuera de contexto, es decir, son salidas extraordinarias o traslados.

P.–¿Qué tipo de fotografía es la de José Antonio Carmona?

R.–Mi fotografía es en parte documental. Después tiene toques creativos en un momento determinado, creo que estaría a caballo entre lo documental y lo creativo. Además, aunque aparezcan muchos elementos, no hay demasiados, soy, en cierta medida, minimalista.

P.–Dice un compañero suyo, Miguel Ángel González, que la foto debe ser también intuición, ¿qué opina?

R.–Estoy de acuerdo, pero la intuición no la tiene todo el mundo, es algo innato. Eso es como los delanteros goleadores, que se pongan donde se pongan, les cae el gol. Lo mismo pasa en fotografía. En este libro hay mucha imagen surgida de un momento concreto, situaciones con las que me he encontrado y que son cuestión de segundos.

El blanco y negro me trae cierta nostalgia, me gusta porque cambia la realidad y da un toque distinto”

P.–Veo que en el libro todo es blanco y negro, ¿por algún motivo?

R.–Bueno, primeramente creo que el blanco y negro tiene cierta magia. Tú ves en color, todos vemos en colores, y el hecho de contemplar una imagen en blanco y negro, ya está cambiando la realidad, le está dando un toque distinto. Además, mis inicios fueron en blanco y negro, fue lo primero con lo que empecé a trabajar en prensa, bueno, sí, te digo, ya hasta en televisión, en Televisión Española yo empecé con el blanco y negro. A mí me trae cierta nostalgia, pero siempre he trabajado el blanco y negro, porque me da ese toque donde yo me puedo expresar mejor.

P.–Después de tantos años haciendo fotografía, ¿qué personajes son más gráficos en Semana Santa?

R.–Para mí los más fotográficos son los costaleros, de hecho en el libro hay dos o tres fotografías muy impactantes. Después, los nazarenos, el capirote es muy geométrico, entonces hay fotografías en el que te da mucho juego.

P.–Este año ha habido mucho debate en la ciudad sobre el cartel de la Semana Santa, porque hay gente que defiende la pintura y otras la fotografía. ¿Qué opinión tiene usted?

R.–Yo he sido jurado de los carteles de Semana Santa, de fotografía y pintura, y siempre digo una cosa, hay fotos buenas y fotos malas, y pinturas buenas y pinturas malas. Ahora bien, ¿qué debería ser? Pues no lo tengo claro, aunque sí me gusta que se refleje la Semana Santa de Jerez. Yo recuerdo un cartel de una foto de un candelabro de cola de la Soledad. Lo presentaron varias veces y siempre lo defendí, porque era una buena foto.

P.–Y ya por último, ¿cómo hace para seguir editando libros de esta calidad?

R.–(Risas) Porque tengo buenos amigos, de hecho, tengo que dar las gracias al apoyo de Williams & Humbert y Andrés Bertholet, y también al gran trabajo de la imprenta Santa Teresa de Sanlúcar con los que da gusto hacer estas cosas.

stats