“Las normas de obligado cumplimiento no tienen ninguna validez jurídica”

José Mazuelos Pérez | Obispo de Asidonia-Jerez

Monseñor Mazuelos Pérez hace un repaso de la actualidad de la Iglesia Diocesana

Anima a los cofrades a vivir intensamente esta Semana Santa que hoy comienza

Monseñor Mazuelos Pérez en su despacho del obispado.
Monseñor Mazuelos Pérez en su despacho del obispado. / Vanesa Lobo
Manuel Sotelino

14 de abril 2019 - 05:00

Jerez de la Frontera/-Quería comenzar esta entrevista quizá por el final. Y es que, lo más importante que celebraremos en estos días que se inician hoy, no es otra cosa que seguir a Jesucristo Resucitado.

-De eso se reflexionó en la exaltación del Papa a los jóvenes. Si Cristo está vivo no podemos tirar la toalla ni entrar en lamentaciones. Es posible por tanto salir de los vicios y estar en la lucha por transformar este mundo más humano. Él está ahí y este es el gran cimiento de la Iglesia. El Papa Francisco es eso precisamente lo que acaba de transmitir a los jóvenes y yo lo quiero también transmitir a toda la Diócesis.

-La atención del Papa Francisco con los jóvenes. Ya comienza a ser una tradición de la Iglesia desde san Juan Pablo II y sus encuentros con ellos.

-Por supuesto. Yo pienso que los jóvenes están afrontando todos los cambios de esta época que estamos viviendo. Ellos son necesarios pero hay que tener en cuenta que también son los más vulnerables para ser esclavizados con este nuevo poder del mundo digital. Eso es un riesgo que aparentemente te hace más libre. Pero en muchas ocasiones acaban haciéndote un esclavo. Hoy el gran ataque al hombre viene por querer meternos en la cárcel del individualismo.

-El Papa Francisco es un gran referente para los jóvenes por su carisma.

-El Papa es argentino y la lengua es importante porque piensa en castellano. Para nosotros es clave porque no es lo mismo una traducción que conectar directamente con él. Pero yo querría ir más allá porque el Papa Francisco se está convirtiendo en el gran referente moral a nivel mundial. Ya lo hizo Juan Pablo II y ahora el Santo Padre prosigue con esta labor. En medio de la mediocridad y de la economía del descarte, el Santo Padre se nos presenta como una luz y como un signo de esperanza.

-Estamos hablando del Santo Padre y me gustaría preguntarle sobre su posible visita a España ¿Tiene usted información de primera mano?

-Le han preguntado hace poco y ha dicho que vendrá cuando estemos en paz (risas). Quizá la razón se encuentre en que estamos imbuidos en continuos procesos electorales que hacen que no sea lo más aconsejable su presencia. Pero estoy seguro de que el Santo Padre vendrá a España. Tarde o temprano. Por otro lado, le puedo asegurar que él tiene un conocimiento perfecto de la Iglesia española.

-Es curioso que siendo Benedicto XVI, más lejano a nuestra cultura, fuera el que proporcionalmente más vino a España.

-Bueno le tocó lo de las familias en Valencia y después el encuentro con los jóvenes. Pero Juan Pablo II también vino y le gustaba mucho España porque fue un enamorado de San Juan de la Cruz y los místicos españoles. Sabía muy bien español. Benedicto vino también mucho cuando fue cardenal a ofrecer conferencias. O sea, que hemos tenido tres Papas recientes que conocen y quieren mucho a España.

-De estos tres últimos Papas, Juan Pablo II fue un gran filósofo. El Papa Benedicto un grandísimo teólogo ¿El Papa Francisco dónde lo colocaría usted?

-Es un pastoralista. Él está recogiendo toda la teología intelectual de Benedicto XVI y la está aplicando y dándonos a conocer en la práctica y en la pastoral. No son Papas tan distantes. La intelectualidad de Benedicto, que será Doctor de la Iglesia, la está poniendo en práctica el actual Papa. Además está dando a degustar toda la doctrina de Pablo VI. Es decir, está todo perfectamente encadenado.

-¿Cómo nos anima el pastor diocesano a vivir estos misterios que se inician hoy?

-Pues dejándose inundar el corazón. El misterio no es un mito. El misterio del amor de Cristo está ahí pero hay que dejarse inundar por él. Para eso hace falta tener abiertos los ojos y el oído del corazón. Escuchar en nuestras imágenes todo este mensaje de amor de Dios. Cuando se habla del amor en mayúsculas hay que escuchar en el silencio. Por tanto invito a todos a escucharse a sí mismos y a mirar a esas imágenes que son páginas del Evangelio que vienen a nuestro encuentro. A dejarse llenar de todo este amor de Dios. A pesar de la intensidad con la que vivimos estos días de reunión, de familia y de encuentro entre todos. En definitiva invito a disfrutar de la catequesis del día a día y que vamos a ver en las cofradías. Que nos dejemos llenar por todo ese amor de Dios.

-Me han trasladado muchas personas que le cuestione sobre la necesidad de no comer carne en Cuaresma en especial los viernes. Parecerá baladí, pero es una cuestión que muchos se hacen sobre esta norma.

-Mire, la Iglesia, como pueblo de Dios, tiene una liturgia que es una expresión de la vida. Es un signo. La vigilia y la abstinencia es una forma de situarnos como pueblo de Dios que nos recuerda nuestra situación terrena. Que no somos dioses y que necesitamos del Señor. Muchas veces, basta que no queramos comer carne para que ese día nos apetezca especialmente. O desayunamos con una tostada de aceite todos los días y sin embargo llega el viernes, vemos la manteca ‘colorá’ y se nos van los ojos. Pues todo esto nos recuerda que es un tiempo especial y que es una preparación. En ocasiones se ha querido imponer como una ley y eso tampoco es bueno. No es como el ramadán islámico. Por encima de todo está el amor y si vas a una casa y te invitan a comer y te ponen carne un viernes de Cuaresma, pues se come y no pasa nada. Porque se trata de un signo más que de una obligación que nos pesa. Es una forma de meternos a todos en esta tradición que nos trae la Iglesia. Es en definitiva una ayuda.

-Para llegar a la Resurrección hay que pasar antes por la Muerte. Por el túnel.

-Todos somos pecadores. El Señor se ha hecho hombre para hacerse también pecado y encontrarse con nosotros. Por tanto, para resucitar hay que morir primero. El signo del encuentro con Cristo Resucitado es el perdón. Teniendo los genes de Adán que nos lleva a la soberbia y a la autosuficiencia, descubrir a un Dios que incluso le robamos la gloria. Por tanto el encuentro con Cristo es siempre para decirte “yo te quiero”. Es decir, experimentar la realidad de pecado y que cuando uno es consciente se puede dar el salto y para disfrutar de la Resurrección. Es vivir el Cielo aquí en la tierra ¿Cómo es posible que tantas religiosas que tenemos y que están dedicadas en cuerpo y alma a los pobres o a la oración puede estar contenta estando muertas a su yo? Pues es así porque tienen la Resurrección. Para amar hay que morir.

-Siempre es necesario hablar de patrimonio ¿Qué le preocupa al obispo en este aspecto?

-Tenemos la torre de la Catedral y la casa del deán que es como un misterio por los hallazgos que se han hecho. Hay restos de la antigua mezquita y de la antigua catedral. Es una joya. Todo esto va a ser muy interesante para la ciudad porque conecta con la historia de Jerez. Estamos esperando el permiso para continuar con las reformas siempre con el máximo respeto de lo que se ha encontrado. San Lucas también hay que mencionarla. Y sobre todo la hermandad que han sido muy valientes y que está resolviendo los problemas que tenía la iglesia. Muchos critican a las hermandades pero lo cierto es que muchas de ellas están velando por el patrimonio. Si fuera por otras instituciones más laicas algunas iglesias ya se hubieran caído.

-En cuanto a la muralla que apareció en la casa del deán ¿se sabe finalmente cómo aparece esos rectos allí?

-Sí. Ya los arqueólogos han encontrado una explicación. Pero permítame que lo dejemos esa aclaración para muy pronto. Queremos explicar a qué corresponde todos estos hallazgos. Se hará en una presentación dentro de poco.

-Ha habido algunos cambios en la curia.

-No han sido cambios sustanciales. Queremos ayudar más al canciller judicial para que se dedique más a esta vicaría. Hay muchas demandas de nulidades y no queremos tardar mucho en resolver estas demandas.

-Pasemos al capítulo cofrade. Dos nuevas cofradías en el centro. Las dos de la zona sur de la ciudad.

-Es una alegría, sin duda. Son dos hermandades con dos tallas importantes. Pero sobre todo son dos hermandades que están creando barrio. Este año le van a dar un aire nuevo a esta Semana Santa. Pero lo fundamental es que sea una ayuda para ellos. Ya se ha visto que han dado frutos en sus zonas. Y para nosotros será una alegría ver al Cristo de la Sed y al Señor de la Salud por las calles del centro.

-El año que viene podrían ser hasta tres.

-Bueno de eso no le puedo decir nada. Se estudiará si llegan las solicitudes de las hermandades que usted me dice.

-Se elimina el Sábado de Pasión.

-No se trata de crear cofradías para llenar el Sábado de Pasión. El Sábado de Pasión ha sido una cosa circunstancial. Y si se acaba pues bendito sea el final del Sábado de Pasión. Yo apostaría por ser el día de la zona rural. Para que los cofrades pudieran acudir a las pedanías.

-No tengo más remedio que preguntarle por las bandas de cornetas y tambores. Ha sido el conflicto que han traído entre manos a las Cinco Llagas y el Nazareno.

-Una idiosincrasia de una hermandad no se puede someter a votación por parte del resto de hermandades. Además, eso de que está prohibido que una banda vaya delante de una cruz de guía lo dice una norma que no tenía sentido sacarla. No hay una norma diocesana que diga eso. Se sacó en una época y ahora lo que se pretende es que el obispo decrete para anular la norma. El obispo no puede decretar eso. El obispo lo que hace es no dar validez a una norma que no tiene validez jurídica, que es distinto. Invita a las hermandades a que se pongan de acuerdo y que cada uno respete su idiosincrasia. Cada hermandad es autónoma y soberana. La Unión de Hermandades es para una coordinación. Todo es necesario pero sin meterse en las tradiciones de una cofradía. Cada caso tendrá su solución pero sin tener que cambiar sus costumbres. En definitiva buscar el bien común pero sin quitar.

-¿No piensa usted que los cofrades se quedan en muchas ocasiones en la hojarasca?

-Todo es necesario. La hojarasca también es necesaria. Lo que no podemos es meternos en la hojarasca y olvidarnos de los árboles que es lo fundamental. Pero nos metemos en la hojarasca porque el árbol está fuerte.

-¿Lo ve positivo?

-Siempre ha existido. En la Iglesia el que convierte lo relativo en absoluto es un hombre mágico y supersticioso. Y el que desprecia lo relativo por ser un relativo es un soberbio. Entonces hay veces que hay una cosa relativa y lo queremos hacer. No se puede despreciar las tradiciones y si se tienen que cambiar será por un bien mayor. Pero no por un capricho.

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