Un pregonero que ni 'regalao'
Presentes de hermandades y asociaciones
Pisacorbatas, medallas y hasta la ropa interior componen esta lista de obsequios.

UN pregonero de la Semana Santa de Jerez, además de hacerlo por los pies, se viste con multitud de regalos que distintas hermandades, asociaciones, organizaciones y amistades hacen al predicador de la Pasión de Cristo. A pesar de no haber ostentado este cargo por primera vez, el jerezano asegura que “no me acordaba que te daban tantas cosas. También es verdad que en 1998 era todo diferente al no haber Unión de Hermandades y pillarme más joven”.
Hasta los calzoncillos, aunque pueda parecer mentira, son regalados al pregonero. “Esa fue una tradición impuesta tras una reunión entre los hermanos del Prendimiento, que hasta ese momento regalaban solo los pasadores –cuenta Antonio Moure–. Un día llegó Rodrigo Daza, con lo cachondo que era, con un paquete muy bien liado y dijo: ‘Esto para el pregonero’. Y eran los calzoncillos. Hasta hoy se ha mentido esta tradición”.
La hermandad del Prendimiento también regala la camisa que viste el pregonero durante el Domingo de Pasión. El conjunto lo completa una corbata, que concede la hermandad del Consuelo. “Esta es mi segunda, porque la primera me la entregaron en 1998 y es increíble porque no lo recordaba. También es verdad que no hubo un acto especial como esta vez”, explica Moure.
Sobre la corbata, a pesar de que la Asociación Santo Ángel regaló unos pasadores y un pisacorbatas de plata, Antonio Moure repitió la misma insignia de 1998, obsequiado en aquel entonces por Antonio Gallardo Molina “que es una auténtica preciosidad. Se trata de una greca de un palio, diseñada por él mismo, que acaba con un incensario. Antonio lo llevó a un orfebre e hizo dos, uno para él y otro para mí. Este año dije a la Policía Nacional que agradecía mucho el gesto e iba a llevar los pasadores, pero el pisacorbatas tenía que ser el de Don Antonio. Lo entendieron perfectamente”.
El pañuelo que sobresalía del bolsillo de la chaqueta fue un regalo de su familia política, con sus iniciales bordadas sobre la tela. Por otro lado, la hermandad de la Redención también regaló el sábado anterior al pregón una medalla de María Auxiliadora.
La hermandad de las Tres Caídas también tuvo un gesto muy especial con su hermano pregonero. Una medalla en plata de ley que Moure enseña entre las manos y se le escapa “esto es muy especial. A mí me llega de forma especial”. Por la parte de atrás, la placa lleva un trozo de la antigua túnica que portaba el Señor.
Sin embargo, uno de los detalles más especiales para Antonio Moure fue el que tuvo su amigo, y conocido cofrade, Francis Castell. “En el pregón –explica el jerezano–, le dediqué a Francis la marcha Santísimo Cristo del Desamparo de Francisco Herrera, una de las marchas que sonaron en el Villamarta en agradecimiento por lo que cerca que ha estado en la composición del mismo. Pues no sé cómo, pero Castell movió cielo y tierra y se puso en contacto con el autor y me consiguió la primera página de la partitura firmada y dedicada por él”. Cabe destacar que Castell también regaló los folios que componen las 76 páginas del último pregón de la Semana Santa. Las pastas, por otro lado, son un obsequio de la tertulia ‘Con la venia’.
El resto de regalos protocolarios lo componen un pequeño crucificado con el que los pregoneros pasados recompensan al nuevo protagonista del Domingo de Pasión, así como un fino nazareno de plata que regala la Unión de Hermandades.
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