Un ambicioso proyecto para que la Iglesia de San Marcos recupere su esplendor
Este viernes se presenta la propuesta de rehabilitación y conservación de esta histórica iglesia
En una primera fase se actuará sobre la espadaña y las cubiertas para evitar filtraciones y humedades
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La Iglesia de San Marcos es una de las joyas arquitectónicas de Jerez, de ahí su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC). Construida sobre la base de una antigua mezquita, el templo cristiano originario es del siglo XIII, aunque la mayoría de las construcciones que actualmente se conservan son del siglo XVI.
Como es lógico, el paso de los siglos ha hecho mella en ella. Bien es cierto que en la actualidad no sufre problemas estructurales, como sí llegaron a tener otras iglesias como Santiago, pero sí arrastra importantes problemas de filtraciones de agua y humedades, además de que cuenta con elementos externos como la espadaña que requiere de una urgente intervención para evitar que se sigan produciendo desprendimientos.
Todos estos problemas se pretenden atajar con un ambicioso proyecto que empezó a andar en 2020 y que el próximo viernes se presentará públicamente en un acto que contará con la presencia de la alcaldesa de la ciudad, María José García-Pelayo, y del obispo de la Diócesis, José Rico Pavés. Este acto institucional será el arranque de una primera etapa de la intervención exterior prevista en el templo que ya contó con una fase previa con la actuación de urgencia realizada en la Capilla de los Ceas.
Los arquitectos del proyecto de conservación y restauración de San Marcos, Miguel Ángel López Barba y Delia Villaverde Montero, de Malb Arquitectos, explican que el párroco de los Cuatro Evangelistas, Carlos Redondo, se puso en contacto con ellos para iniciar esta necesaria intervención ante los problemas que presenta el edificio. Lo primero fue comprobar cómo estaba el templo. Para ello, contaron con la colaboración de la empresa Arqpericial para la ejecución del diagnóstico y con Gisa SL, que realizó un escaneo y una reproducción en tres dimensiones (3D) de todo el edificio que ha permitido conocer más detalles y facilitar la propuesta de actuación.
En este tiempo se ha realizado un "estudio completo" y pormenorizado del edificio religioso para conocer con detalle su estado real, concretar las patologías que sufre y su origen para, de este modo, establecer las mejores soluciones. Ahora bien, una intervención de este tipo en un edificio de estas características es de tal envergadura que, para su viabilidad, se ha optado por fasearlo, fundamentalmente por el importante esfuerzo económico que requiere. Estas actuaciones se podrán realizar gracias a las donaciones que está recibiendo la Parroquia ya que, a día de hoy, una intervención de estas características no ha podido acogerse a ningún tipo de ayuda pública para la conservación del patrimonio.
Por este motivo, actualmente se está en la primera fase, centrada en eliminar los problemas exteriores para luego, una vez culminada, empezar a actuar en el interior. "De nada sirve arreglar lo de dentro si no se arregla primero lo de fuera", explican desde el estudio de arquitectura que ha diseñado la propuesta. Dentro de esta primera fase, se ha dividido a su vez en cuatro etapas de las que una ya ha sido ejecutada y otra ya cuenta con la autorización de la Consejería de Cultura.
Así, en unos trabajos previos, y dada la urgencia, ya se intervino en la Capilla de los Ceas, aunque está pendiente de que se termine la restauración del retablo para su instalación. Y está previsto que a lo largo de este primer trimestre pueda iniciarse la primera fase para impermeabilizar las cubiertas y reforzar la espadaña. En las cubiertas del templo, se levantará la pintura y tela asfáltica que tiene en la actualidad y se sustituirá por un material innovador que, además de impedir la filtración de agua, permite que el edificio "respire" y, por ende, no se concentre el vapor de agua que por condensación se genera en su interior. También se actuará en la espadaña, que es uno de los elementos que se encuentra en peor estado de conservación. De este modo se procederá a tapar las grietas, restituir la piedra desprendida, renovar los agarres de las campanas y consolidar los elementos que tienen riesgo de derrumbe.
Las dos siguientes etapas de esta primera fase consistirán en restaurar y conservar el resto de elementos de la fachada y del exterior del templo, unas intervenciones que se irán ejecutando conforme haya disponibilidad económica y se obtengan los permisos correspondientes de Cultura, según explica desde este estudio de arquitectura que también ha participado en otras actuaciones de conservación y mantenimiento del patrimonio jerezano como fue la sacristía y fachada de la Parroquia de San Dionisio, la fachada del Santuario de San Lucas, la sacristía y espadaña de San Mateo o el claustro grande del Monasterio de La Cartuja.
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