Visto y Oído
Broncano
Seis hermandades conforman la jornada del Lunes Santo jerezano. La primera que pone su cruz de guía en la calle es La Sed que, desde la zona sur inicia un largo transitar de más de nueve horas. Le sigue La Paz de Fátima, una cofradía en crecimiento en los últimos años. Y tras ellas, procesionan las ‘clásicas’ de la jornada con el sello de barrio de La Candelaria, la sobriedad y recogimiento del Amor y Sacrificio, el contrapunto del bullicio de La Cena y la joya de La Viga.
El Crucificado de La Sed, realizado por Elías Rodríguez, se encuentra ya en el grupo de las imágenes más destacadas de la Semana Santa de Jerez. Aprovechando que es la primera en salir, es muy recomendable verla en su recorrido inicial por el entorno de Puerta del Sur o bien su paso por Plateros y Tornería antes de acceder a la carrera oficial.
Ya de vuelta, y como novedad en este Lunes Santo, podrá verse a la cofradía discurrir por la Ermita de Guía, donde será recibida por la hermandad de otro crucificado, la del Perdón.
La corporación penitencial de La Paz de Fátima, radicada en el templo de la barriada de La Constancia, también continúa inmersa en la conclusión de su paso de misterio, que en este año contará con una nueva imagen, la de Poncio Pilato.
Verla pasar de camino a carrera oficial por la calle Zaragoza es un buen momento para disfrutar a esta joven corporación, aunque su momento álgido se produce en su regreso a su barriada. Especialmente singular es la ofrenda floral que realiza el cuerpo de bomberos, muy vinculado a la cofradía, cuando pasa por el parque de la calle Martín Ferrador.
Los primeros minutos de la hermandad de La Candelaria, radicada en Santa Ana, por su barrio, así como el regreso a su templo por Porvera y Lealas son momentos muy especiales para acompañar a esta cofradía.
También es muy recomendable disfrutarla cuando discurre por el eje formado por plaza Peones, Carpintería Baja, Carmen, Plateros y Tornería donde las cuadrillas de ambos pasos ‘se vacían’.
El silencio y recogimiento que infunde su cofradía desde la cruz de guía hasta las andas de la Virgen del Amor y Sacrificio hacen que cualquier momento sea especial para disfrutarla. No obstante, contemplarla en su camino de regreso por las calles del barrio de San Miguel (Plaza León XIII, Barja, Cruz Vieja o Sol, entre otras) evocan el verdadero sentido de la Semana de Pasión.
Si Amor y Sacrificio sobrecoge por su sobriedad, el contraste lo pone La Cena. El buen y característico andar de su imponente misterio y el singular paso de palio de Santa maría de la Paz y Concordia hacen de la corporación radicada en San Marcos una de las cofradías que más gustan del Lunes Santo.
Su regreso por calle Tornería es uno de los puntos álgidos de este día que comienza con su más que recomendable salida y primeros metros de recorrido por el entorno de su templo.
La jornada la cierra el Crucificado de la Viga, una joya histórica del patrimonio jerezano por su antigüedad. Su recogida, con un Reducto de la Catedral iluminado con bengalas, es desde hace décadas en una de las imágenes más conocidas y singulares de la Semana Santa jerezana
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