Los traslados de regreso escriben el epílogo de la Magna Mariana de Jerez

En la jornada del domingo se escribió el epílogo de la multitudinaria Magna Mariana del pasado sábado. Para esta jornada se realizaron los traslados de regreso de tres dolorosas a los templos donde sus hermandades tienen su sede canónica.

Aunque en los previos del magno acontecimiento se hicieron hasta 11 traslados, el grueso de las cofradías regresó a sus templos en la noche del sábado una vez pasaron por carrera oficial. Sin embargo, hubo cuatro que se recogieron en las iglesias de las que salieron en la histórica Magna.

La primera en hacerlo fue la hermandad de Pasión en la mañana de este domingo, con un largo traslado de regreso desde San Miguel hasta la Iglesia de Santa Ángel de Santa Ángela de la Cruz, en la calle Playa del Rompidillo, al este de la ciudad. La dolorosa de Angustia de María fue llevada en el palio que procesiónó durante la Magna —el paso de la hermandad del Cautivo de Chipiona— y fue acompañada musicalmente por la banda de la Asociación Cultural Musical San José Artesano, de San Fernando.

Ya por la tarde, desde la Iglesia de la Victoria partió el cortejo de la hermandad de la Sagrada Cena para que Santa María de Paz y Concordia regresara a la Iglesia de San Marcos. Lo hizo sobre su paso de palio, aunque este presentaba una imagen inusual dado que fue sin el característicos techo de palio. Sobre las siete y media de la tarde, la dolorosa de la corporación del Lunes Santo volvía a su templo.

Minutos más tarde, y muy cerca de este templo, regresaba también la Virgen de la Estrella, que ya se encuentra de vuelta en el Colegio de San José tras haber permanecido más de dos semanas en San Miguel. También lo hizo en su paso, pero sin el techo de palio.

Por otro lado, en la noche del sábado también se recogió en San Miguel la dolorosa de la hermandad de la Entrega, la Reina de los Ángeles. La hermandad no ha apuntado públicamente cómo realizará la vuelta de la imagen a la pedanía de Guadalcacín. Ahora bien, el traslado de ida lo hizo de manera privada desde la Parroquia de San Enrique y Santa Teresa hasta el Convento de las Clarisas, en la calle Barja.