Un Viernes Santo retrasado

Las cinco cofradías que hacían estación de penitencia en la jornada de ayer pudieron finalmente salir a la calle a pesar del aguacero caído en la ciudad a primera hora de la tarde. Una lluvia copiosa que era de ‘transito’ y que auguraba una tarde nubosa pero sin apenas posibilidades de precipitaciones.

Con las previsiones en la mesa, la primera en pedir su hora denominada ‘de cortesía’ para decidir si salían a la calle fue la hermandad de la Exaltación. A la hora prevista para su salida, todavía caían gotas sobre Jerez. Esta circunstancia propició que todas las hermandades pidieran esa hora con lo que la jornada se retrasó una hora.

Se cumplieron las predicciones y finalmente la Exaltación tomaba las calles de su barrio para cumplimentar su estación de penitencia. Tras ella, la hermandad de Loreto, hacía lo propio y salía a la calle.

Por tanto, resultó ser una jornada tardía pero lucida. Con un paso de todas las hermandades con total normalidad y en la que destacaron todas y cada una de las corporaciones en una jornada en la que desapareció la amenaza de lluvia por una tarde noche muy húmeda. Un fresco que no impidió poder disfrutar de la Exaltación por el centro de la ciudad, de Loreto con su estreno del realejo –un órgano que acompañó tirado por un carro a la capilla de voces de San Pedro Nolasco-, el Cristo de la Expiración que volvió a reinar en la jornada, la cofradía de la Soledad que lució a su bellísima Dolorosa y su portentoso misterio del Sagrado Descendimiento y la hermandad de la Piedad con el Santo Entierro y el estreno de sus faroles.

Precisamente fue esta última cofradía la que llegaba con la hora de retraso pedida a la capilla del Calvario y cerraba las procesiones de la Semana Mayor en la ciudad. A la espera ya de la jornada de mañana domingo para culminar con la hermandad del Resucitado.