Siempre esperanza nuestra
Previa a la festividad de la Esperanza
Las hermandades de las Cinco Llagas, Esperanza de la Yedra, Sagrada Lanzada y la Defensión celebran sus triduos dedicados a las titulares marianas en el tiempo de la expectación de María
Jerez/El próximo día 18 de diciembre la Iglesia celebra la festividad de la Virgen de la Esperanza también llamada de la Expectación. María espera ya el alumbramiento del Verbo Divino y, por tanto, la Iglesia se encuentra en expectación coincidiendo con el tiempo litúrgico del Adviento, que es la venida del Señor como hombre.
Distintos nombres para una misma advocación: Expectación, Esperanza o de la O, haciendo esta última referencia a las antífonas mayores o de Adviento de la liturgia de las horas —o de la oración de la Iglesia— que, justamente siete días antes al 25 de diciembre, antecede al cántico del Magníficat, plegaria que se reza en las vísperas durante todos los días del año.
La hermandad de la Defensión, a través de un comunicado reciente, ofrece un interesante repaso histórico a la advocación de la O y explica que en estos siete días de espera las antífonas mayores contemplan a la Santísima Virgen de las siguientes formas: O Sapientia (Oh Sabiduría) el 18 de diciembre; O Adonai (Oh Adonai) el día 19 de diciembre; O Radix Jesse (Oh Raíz de Jesé) el día 20 de diciembre; O Clavis David (Oh Llave de David) la antífona del día 21 de diciembre: O Oriens (Oh Amanecer) el día 22; O Rex Gentium (Oh Rey de las naciones) para el día 23 de diciembre y O Emmanuel (Oh Emmanuel) para la víspera del alumbramiento.
Prosiguiendo con el relato histórico, el origen de esta festividad se sitúa en el año 656 cuando se celebra el Concilio X de Toledo donde se trata la cuestión de la festividad de la expectación de María. La Iglesia ya lo celebraba de alguna forma el día 25 de marzo, nueve meses antes de la Natividad del Señor. Pero fue la iglesia visigoda de la antigua Hispania —reinada por Recesvinto— la que decreta a través de este concilio la celebración de la expectación de María el día 18 de diciembre, sin dejar de acordarse, junto al resto de la Iglesia Universal, de la antigua festividad del día 25 bajo la advocación de la Maternidad Divina o la fiesta de Santa María.
El concilio fue presidido por el obispo de Toledo, San Eugenio III, y normalizó contemplando todo este tiempo litúrgico del Adviento. Hay quien apunta que fue concretamente San Ildefonso, un teólogo importantísimo que está reconocido como Padre de la Iglesia y que fue posteriormente obispo de Toledo, el gran precursor de esta festividad que no deja de estar ligada a la iglesia española, de ahí que sea precisamente en España donde con más fervor se sigue celebrando la Expectación de María que aguarda a la llegada del Mesías.
Las cofradías han estado especialmente ligadas a esta tradición de la expectación de María. Sevilla, especialmente, con varias advocaciones que tiene la Esperanza como motor fundamental de todo un devocionario que abarca el mundo entero, como pueden ser la Esperanza Macarena y la Esperanza de Triana. Curiosamente, la Virgen de Gloria conocida como la Divina Enfermera, titular actualmente de la hermandad de la Lanzada de Sevilla, adquiere también la advocación de Esperanza al haber sido titular del antiguo hospital de la O.
La primera de las advocaciones de Esperanza en Jerez la encontramos en la hermandad de las Sagradas Cinco Llagas que ya en su fundación en el siglo XVI contempla como titular a la Esperanza de María. Hubo un contencioso entre la cofradía y los franciscanos menores que se saldó con la salida de la hermandad de San Francisco, radicando en San Juan de los Caballeros hasta su disolución. La Esperanza también ha sido tradicionalmente una advocación muy franciscana.
Después vendrían otras advocaciones de la expectación como Gracia y Esperanza en la Lanzada, la Esperanza de la Yedra, la de la O en la hermandad franciscana de la Defensión o Salud y Esperanza más recientemente en la cofradía de la Clemencia.
A partir de hoy se inician los cultos dedicados a las advocaciones de la Esperanza que tendrán su punto álgido en la misma festividad del próximo viernes.
Convocatorias
La hermandad de las Cinco Llagas inicia hoy su triduo dedicado a María Santísima de la Esperanza en la iglesia de San Francisco.
La eucaristía estará presidida por el sacerdote diocesano y párroco de San Pedro, José Hachero Álvarez, y comenzarán a las 20 horas con el rezo del rosario, ejercicio del triduo, y la misa.
En la parroquia de San Miguel se está celebrando desde ayer martes y hasta mañana jueves, el triduo a la Nuestra Señora de la Esperanza de Yedra Coronada. Los cultos se inician con el rezo del rosario a las 19,45 horas. Los mismos serán presididos por el párroco de San Miguel el sacerdote Manuel Lozano Jiménez. El viernes, día 18 de diciembre, tendrá lugar la función solemne a partir de las 20 horas en San Miguel siendo también predicada por Manuel Lozano. Desde las 10 y hasta las 14 horas así como desde las 17 y hasta el comienzo de la eucaristía, la iglesia parroquial estará abierta a todos los fieles.
La hermandad de la Defensión comienza hoy el triduo a María Santísima de la O en el convento de Divina Pastora, iniciándose a las 20,10 horas con el rezo del rosario, el ejercicio del triduo y clausura de Su Divina Majestad. La predicación estará a cargo del padre fray Felipe Ortuno Marchante, comendador de la basílica de nuestra Señora de la Merced Coronada. El día 18, festividad de la Expectación de la Virgen, al finalizar la eucaristía, se entregará por segunda vez el galardón “Esperanza de los Niños”.
Por último, la hermandad de la Sagrada Lanzada celebra el próximo viernes, día 18, una función solemne dedicada a su titular, María Santísima de Gracia y Esperanza. La eucaristía tendrá lugar a las 20 horas en la basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada.
95 años del primer besamanos de la Macarena
Fue el 18 de diciembre de 1925. Ciertamente se vivían tiempos muy convulsos en el mundo a nivel político y social. Sin antecedente alguno, los cofrades del barrio de San Gil quisieron poner a su Esperanza lo más cerca posible del pueblo fiel. Así que la mañana del día de su festividad, la Esperanza Macarena amanecía al pie del altar mayor de la parroquia. Nadie sabía con antelación a ese día que la Esperanza iba a estar más cerca que nunca de todos sus hijos. No hubo convocatorias ni tampoco había redes sociales. Sin embargo, cuentan las crónicas que durante todo el día estuvo la iglesia parroquial abarrotada de fieles y devotos ya no solo del barrio sino de Sevilla entera al correr como la pólvora que la Esperanza esperaba a sus hijos para que le besaran la mano. Fue el primer besamanos conocido. Nunca antes su había organizado un acto que resultara con tanto fervor. Tanto fue así que al día siguiente se volvieron a abrir las puertas de San Gil para proseguir con este acto que marcaría un referente para el resto de hermandades de Sevilla. Una vez más, la Esperanza Macarena era pionera.
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