Los acusados niegan la agresión a los guardias civiles de Alsasua
Los ocho rechazan su pertenencia a un colectivo del entorno de ETA en el inicio del juicio
San Fernando de Henares (Madrid)/Los ocho jóvenes acusados de la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en 2016 en Alsasua (Navarra) negaron en el juicio su participación y que dirigieran o integraran un colectivo del entorno de ETA para expulsar a las fuerzas de seguridad del Estado del País Vasco y Navarra. La Audiencia Nacional inició ayer el juicio de todos ellos por la paliza con puñetazos y patadas a un teniente y a un sargento de la Guardia Civil y a sus parejas en la madrugada del 15 de octubre de 2016 durante las fiestas de Alsasua en el bar Koxka.
Los acusados, siete de ellos de entre 21 y 24 años y un octavo de 31, se enfrentan a penas de entre 12 y 62 años de prisión por lesiones y amenazas terroristas y se negaron a contestar al fiscal y a las acusaciones, entre las que se encuentran la ejercida por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite). La Fiscalía encuadra la actuación de los acusados al colectivo "Ospa!" (¡Fuera!) y las campañas Alde Hemendik (Fuera de aquí) creadas por el entorno de ETA y que buscan la expulsión de las fuerzas de seguridad estatales.
Ohian Arnanz, para quien se pide la mayor pena -62 años y medio de cárcel- y uno de los tres que están en prisión provisional, admitió que estuvo en el bar, aunque no participó en nada, si bien en la instrucción negó que hubiera estado. "Se me quedaba la cosa grande", aseguró a preguntas de su abogado para justificar los motivos por los que al principio negó su presencia.
Explicó que un chico de su pueblo lo llevó hasta el fondo de bar para que no se metiera en el altercado e insistió en que no amenazó a los agentes con pegarles ni con nada, ni tampoco le preguntó a uno si era "madero". "Nunca he tenido problemas ni altercados con la Guardia Civil" ni ha sentido animadversión por ningún cuerpo policial, continuó Arnanz, que también negó pertenecer a Ospa! y haber participado en alguna de sus actividades.
Otro de los acusados en prisión, Jokin Unamuno, afirmó que cuando entró en el bar ya estaba bastante borracho y se enfadó con los agentes porque le habían puesto cuatro multas, dos de tráfico por circular en dirección contraria y las otras por infracciones contra la seguridad ciudadana. "Le dije que menuda jeta que tenían porque se dedicaban a crujir a multas a los jóvenes del pueblo y que luego acudían a los bares", dijo Unamuno, quien se enfrenta a 50 años de cárcel.
Y añadió: "No golpeé a nadie, ni dentro, ni fuera, ni en la puerta del bar", para subrayar que no salió del establecimiento hasta después, cuando vio "al teniente tendido en el suelo y a una mujer encima suya como protegiéndole con el cuerpo". Tras negar que pertenezca a algún movimiento radical, sí que acudió a alguna asamblea preparatoria del Ospa Eguna, pero de forma "muy esporádica".
El tercer acusado encarcelado, Adur Ramírez, para quien también piden 50 años, explicó que no estuvo en "toda la noche" en el bar y negó ser un cabecilla del Ospa Eguna pese a participar en actos. "Hace años cuando jugaba a pelota coincidí en el mismo club con un hijo de un guardia civil y no hubo problemas", dijo.
También declararon los cinco acusados en libertad: cuatro se enfrentan a 50 años de prisión y la única mujer imputada a 12 y medio. Todos negaron su participación en la agresión y pertenecer a un colectivo del entorno de ETA.
Urkullu considera un "exceso" la penas reclamadas
El lehendakari, Íñigo Urkullu, consideró este lunes un "exceso" la calificación de las penas del juicio que comenzó este lunes en la Audiencia Nacional contra los ocho acusados de Alsasua. Urkullu hizo hincapié en la "controversia" que ha generado esta causa y defendió que los hechos por los que se los juzgan "no se corresponden con la tipificación" del delito de terrorismo. En cambio, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) confió en que el juicio por las agresiones "sirva como elementos disuasorio contra el hostigamiento" a los agentes. La AUGC, personada como una de las acusaciones particulares en el juicio, se sumó a las peticiones de penas de la Fiscalía.
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