Avances en investigación terapéutica sobre fibrilación auricular

La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más frecuente generando un gran número de visitas a los servicios de urgencia y muchos ingresos hospitalarios. Esta enfermedad, que afecta a más de seis millones de personas en Europa, la mayoría de las veces es asintomática y se detecta frecuentemente por las complicaciones derivadas de ella, como el ictus o la insuficiencia cardiaca. La fibrilación auricular es un factor de riesgo muy importante para el ictus, ya que aproximadamente uno de cada cinco ictus isquémicos son consecuencia de esta patología. En la actualidad se están investigando tratamientos de nueva generación para la prevención del ictus relacionado con la fibrilación auricular ya que los tratamientos existentes hasta la fecha presentan limitaciones y complicaciones relacionadas con la dosificación y las interacciones con otros fármacos y alimentos.

Una de las compañías que trabaja en este campo es Bayer HealthCare, que recientemente ha presentado su estudio Rocket AF, en el que se evalúa la eficacia y seguridad de una nueva terapia, rivaroxaban, en comparación con el tratamiento estándar actual, para la prevención del ictus en pacientes con fibrilación auricular. En el estudio Rocket AF, cuyos resultados se esperan para 2010, participan 14.269 pacientes de más de 1.100 centros de 45 países de todo el mundo. Actualmente rivaroxaban está aprobado en más de 50 países, entre ellos España, para la prevención de la enfermedad tromboembólica venosa en pacientes sometidos a cirugía de reemplazo de rodilla o de cadera.

El Instituto de Investigación en Trombosis, fundación independiente dedicada a la investigación y mejora de la atención a los pacientes con enfermedad cardiovascular, ha anunciado también recientemente la puesta en marcha de un registro de 50.000 pacientes con fibrilación auricular. Con esta iniciativa se evaluarán los resultados en la vida real de la prevención del ictus. El registro hará un seguimiento de los pacientes durante seis años para evaluar la carga global que supone la fibrilación auricular.