Japón recuerda a las víctimas de Hiroshima ante un movimiento antinuclear creciente
A la ceremonia asistieron representantes de 71 países, entre los que destacó Clifton Truman Daniel, nieto del ex presidente estadounidense Truman.
Hiroshima recordó a las víctimas de la bomba atómica que hace 67 años arrasó la ciudad y dejó 140.000 muertos, en un aniversario marcado aún por la sombra del accidente de Fukushima el año pasado y un movimiento antinuclear cada vez más consolidado. Unas 50.000 personas se congregaron en el Parque de la Paz de Hiroshima para rendir homenaje a las víctimas con un minuto de silencio a las 08:15, la misma a la que la bomba impactaba sobre la ciudad.
Little Boy, el nombre con el que Estados Unidos bautizó el primer artefacto nuclear de la historia, redujo a cenizas una urbe hoy reconvertida en una activa ciudad de más de un millón de habitantes que, cada 6 de agosto, pide al mundo que la tragedia no caiga en el olvido. A la ceremonia asistieron representantes de 71 países, incluido Estados Unidos y otras potencias atómicas como el Reino Unido y Francia, que escucharon el llamamiento por la paz y el desarme nuclear del alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui. En su discurso, Matsui exhortó a que las experiencias de los ancianos supervivientes de la bomba atómica sean compartidas con el mundo y pidió que Japón lidere el movimiento para la abolición total de las armas nucleares.
Ante un público entre el que se encontraba también el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, el alcalde pidió al Gobierno nipón más ayudas para los hibakusha, como se conoce en Japón a las víctimas de las bombas atómicas, que durante años tuvieron que soportar el estigma de la discriminación. El país "está inmerso en un debate nacional sobre su política energética, con voces que insisten en que la energía nuclear y la humanidad no pueden coexistir", recordó Matsui, y pidió al Ejecutivo "una política energética que garantice la seguridad de los ciudadanos".
El desastre desatado por el tsunami de marzo de 2011 en el noreste nipón llevó a paralizar gradualmente los 50 reactores atómicos de Japón, aunque el mes pasado dos de ellos fueron reactivados en el centro del país ante la amenaza de cortes en el suministro eléctrico en verano. Noda, que respaldó esa puesta en marcha, insistió en Hiroshima en que su política es la de reducir a medio-largo plazo la dependencia de Japón de las centrales atómicas, de las que antes de la crisis de Fukushima el país, tercera potencia mundial, obtenía el 30% de su electricidad. Sin embargo, el movimiento antinuclear considera insuficiente el discurso de Noda y pide un apagón nuclear total, con concentraciones cada viernes frente a la oficina del primer ministro en las que semana a semana crece la participación, en un país poco habituado a las manifestaciones.
Durante la conmemoración del 67 aniversario de la tragedia atómica de Hiroshima hubo también protestas de algunos grupos antinucleares contra las centrales y contra el Gobierno de Noda, que entre una estrecha vigilancia policial marcharon por las inmediaciones del Parque de la Paz. En la ceremonia estuvo presente este año el nieto del presidente estadounidense Harry S. Truman, quien ordenó el lanzamiento de las bombas de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente, en el capítulo final de la II Guerra Mundial. Clifton Truman Daniel, de 55 años, viajó a Japón invitado por una ONG para la paz a fin de asistir a las ceremonias en las dos ciudades y reunirse con supervivientes de ambas tragedias. En unas declaraciones el fin de semana en Tokio, antes de viajar a Hiroshima, Truman Daniel subrayó que para su familia es muy importante entender qué pasó y las "consecuencias totales" de las decisiones que tomó su abuelo.
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