La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el listón de la vergüenza?
Tres meses después del terremoto y tsunami que dejó más de 23.000 muertos y desaparecidos en el noreste de Japón, la ciudad de Sendai, una de las más golpeadas por la tragedia, lucha por reconstruir su costa palmo a palmo y asistir a miles de personas aún evacuadas.
El Ejecutivo nipón ha levantado de momento 28.000 de las 52.000 casas temporales proyectadas para alojar a los evacuados por el terremoto de 9 grados Richter, el tsunami y la crisis aún abierta en la planta nuclear de Fukushima.
En la provincia de Miyagi, cuya capital es Sendai, hay todavía 23.500 refugiados y, a las grúas contratadas por el Gobierno y a los miles de voluntarios que ayudan en las duras labores de limpieza, les quedan aún por retirar buena parte de los 24 millones de toneladas de escombros y 16 de barro que dejó el tsunami.
Tanto en esta parte de Sendai como en otras localidades destruidas aún se encuentran a diario cadáveres, según explicaron a Efe los voluntarios que trabajan en la zona. Además, tres meses después de la tragedia, todavía se trata de identificar, mediante muestras de ADN, a unos 2.000 de los más de 15.000 fallecidos.
La compañía Tepco, gestora de la central nuclear de Fuskushima, anunció ayer que se encontró estroncio radiactivo en las aguas subterráneas en torno a la planta dañada.
La concentración de estroncio radiactivo se sitúa hasta 240 veces por encima de los niveles permitidos. Los científicos consideran al estroncio un "devorahuesos", que daña la médula ósea y puede causar leucemia.
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