La OMS aprueba el uso de tratamientos experimentales contra el ébola pero no aclara quién los recibirá
El organismo volverá a convocar a su Comité de Ética antes de fin de mes para que determine qué prioridad deberían aplicar los países en la administración de los escasos tratamientos disponibles.
Ginebra/La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que aprueba desde el punto de vista ético el uso de tratamientos experimentales contra el ébola, pero dejó sin respuesta la gran pregunta sobre quiénes tendrán prioridad para recibir las muestras de fármacos que están desarrollando los laboratorios. "No estamos involucrados en la discusión de quién debe recibir qué droga o en qué momento", dijo la subdirectora general de la Organización, Marie-Paule Kieny.
La subdirectora compareció ante la prensa para explicar el alcance de la recomendación emitida por el Comité Ético de la OMS, que autoriza a utilizar en enfermos de ébola fármacos y vacunas que se encuentran en distintas etapas de desarrollo, pero que tienen en común no haber sido nunca probados en seres humanos. Las vacunas son las más avanzadas, con ensayos clínicos que se planean para finales de septiembre y cuyas conclusiones preliminares -aunque no definitivas- se esperan para finales de este año. También están los medicamentos, de los cuales el que más notoriedad ha alcanzado es el Zmapp, que se administró a dos cooperantes estadounidenses infectados en Liberia, quienes han respondido positivamente al tratamiento; así como al religioso español que falleció. Kieny informó de que las existencias de ese fármaco experimental están agotadas.
Restan otros experimentos con sustancias que contienen anticuerpos para provocar una respuesta inmune del paciente, así como otros de la categoría de los antivirales. De todos esos productos, las muestras existentes son limitadas y, si bien ahora se considera ético utilizarlas -a pesar de que su eficacia en personas todavía está por demostrar y no se excluyen efectos secundarios adversos-, ha quedado abierta la cuestión de quién debe beneficiarse antes.
Para responder a esa cuestión, Kieny adelantó que la OMS volverá a convocar a su Comité de Ética antes de fin de mes para que determine qué prioridad deberían aplicar los países en la administración de los escasos tratamientos disponibles. Muchos opinan que la prioridad debería darse al personal sanitario, como una cuestión de reciprocidad al haber puesto sus vidas en peligro para atender a los enfermos. Sin embargo, otros creen que las familias -incluso las comunidades- tienen tanto derecho como los sanitarios porque ellas también se expusieron a la enfermedad para brindar a los enfermos los cuidados que necesitaban.
Sobre el rol de la OMS, Kieny se cuidó de aclarar que actuará simplemente como un intermediario y que no tendrá responsabilidad en las decisiones del uso de uno y otro tipo de tratamientos, ni sobre quiénes los reciben. "Si recibimos peticiones sobre quién está desarrollando tal o cual tecnología facilitaremos los contactos, si los tenemos, pero la discusión será entre los productores (del fármaco) y los que quieren obtenerlo", sostuvo.
La OMS ha optado por este camino al observar que las intervenciones de control y prevención de infecciones, que permitieron detener anteriores brotes de ébola, esta vez no están funcionando debido a que ahora sus proporciones son mucho mayores. El brote actual, el primero registrado en el oeste de África, comenzó en marzo pasado en Guinea Conakry y ha causado la muerte de un millar de personas -de las casi 2.000 infectadas- en ese país, Liberia, Nigeria y Sierra Leona.
Como único punto positivo, Kieny destacó que por primera vez existe "una gama de potenciales medicamentos y vacunas que pueden ser valiosos y favorecer los esfuerzos de control" de la enfermedad. También opinó que, si hasta ahora no hay cura para el ébola, se debe a una "deficiencia del mercado", pues "se trata de una enfermedad que afecta típicamente a las poblaciones pobres, en países pobres". Esto explica que, a nivel académico, se haya avanzado en teorías sobre posibles terapias, pero que todas ellas se hayan quedado en la fase previa a los ensayos clínicos, la más costosa de todas. Para intentar contener la transmisión del ébola, la OMS declaró la semana pasada una emergencia de salud pública internacional, lo que respalda las medidas excepcionales que los países afectados pueden tomar para romper la cadena de transmisión del letal virus.
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