El funeral de un Pontífice, el entierro de "un simple pastor"
Las exequias por Francisco empezarán esta sábado a las 10:00 en San Pedro y terminarán con su sepelio en la intimidad ante un grupo de necesitados, en la sencilla tumba de Santa María la Mayor

El funeral de un monarca y el entierro de "un simple pastor y discípulo de Cristo", como era la voluntad de Francisco. El Vaticano, Roma y el mundo despiden este sábado al Papa en unas honras fúnebres que darán comienzo a las 10:00 en la plaza de San Pedro –la misma que recorrió el Domingo de Resurrección en su última aparición pública–, en un solemne ceremonial que congregará a unos 200.000 fieles y más de 150 delegaciones de dignatarios de todo el mundo, incluidos el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el ucraniano, Volodimir Zelenski, y los Reyes de España. Y finalizarán horas después con un sencillo acto privado, íntimo, en la basílica de Santa María la Mayor, donde sus restos serán recibidos por un grupo de pobres, presos, transexuales, sin techo y migrantes antes de reposar a ras de suelo, como dejó escrito Franciscus, el nombre papal en latín que aparecerá junto a la reproducción de su cruz pectoral del Pontífice en la lápida de mármol de Liguria, la misma región de la que eran originarios sus abuelos maternos.
Así será después de que ayer concluyera la segunda de las estaciones de las exequias como dispone en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, la de la Basílica Vaticana, por donde han pasado 250.000 fieles tras aguardar en muchos casos hasta cinco horas de espera para rendir homenaje al Papa, cuyos restos estuvieron expuestos hasta ayer a las 19:00 en un ataúd de madera, situado a ras de suelo, sobre una simple tarima, a pocos metros de la tumba de san Pedro.
La enorme afluencia de fieles obligó a la Santa Sede a cerrar los accesos a la plaza de San Pedro a las 17:00, para que todo estuviera dispuesto a las 20:00 y diera comienzo el rito del cierre del féretro bajo la supervisión del cardenal camarlengo, Kevin Farrell, quien también certificó la muerte del Pontífice y será el encarcagado del entierro, junto a l decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, y otros seis seis cardenales.
Las colas eternas de fieles que se han presenciado desde que se conoció la muerte de Francisco volverán hoy desde bien temprano a San Pedro, que quedará abierta, sin necesidad de entrada y hasta completar el aforo, a los más de 200.000 personas que llegadas de todas las partes del mundo se prevé que accedan al funeral .
Pobres e inmigrantes entre los invitados
El lado derecho de la plaza de San Pedro estará ocupado por las 156 delegaciones con los cerca de 50 jefes de Estado representantes del poder del mundo, mientras que en el lado izquierdo estarán los cardenales. También tendrán su lugar como invitados un grupo de personas sin hogar que conocieron a Francisco durante sus 12 años de pontificado o encontraron cobijo en el Palacio Migliori, un espacio para gente sin hogar inaugurado por Francisco, así como refugiados que el Papa se llevó de los campos de refugiados de Chipre o la isla griega de Lesbos, participarán en el funeral.
La liturgia del funeral será igual de solemne que las de su predecesores y estará cargada de símbolos que marcaron el papado de Francisco. Después de que los restos del Pontífice sean transportados desde el interior de la basílica hasta la plaza por los sediarios, que lo colocaran en el centro del sagrado, con el Evangelio situado sobre el féretro, el decano del Colegio Cardenalicio será el encargado de celebrar el solemne Réquiem por el Pontífice.
En uno de los cambios en la liturgia que realizó el Papa argentino, se usarán únicamente el término papa Francisco, excluyendo otras denominaciones usadas en anteriores celebraciones. Y cómo hizo Francisco en el funeral de Benedicto XVI, el cardenal Re pondrá su mano sobre el féretro a modo de despedida.
Con el canto de la Antífona, el féretro será conducido primero al interior de la basílica de San Pedro para preparar el cortejo que le llevará a Santa María la Mayor y cuyos detalles, por ser algo inédito, los decidirá el maestro de ceremonias, Diego Ravelli.
El íntimo adiós de "los últimos"
Finalizada la misa exequial, el féretro será trasladado, acompañado en procesión “a paso solemne” a una de las cuatro basílicas papales de Roma, la de Santa María la Mayor, a unos 6 kilómetros del Vaticano. En lugar de las Grutas Vaticanas, Francisco eligió esta iglesia para su reposo eterno por su “gran devoción a la virgen” y por ser el lugar donde solía rezar antes y después de los viajes que emprendió durante su papado.
A la entrada de la basílica, en la escalinata, un grupo de 40 personas pobres, presos, transexuales, sin techo y migrantes, cada uno con una rosa blanca en su mano, recibirán los restos mortales del Obispo de Roma. La atención “últimos” ha sido una constante en los poco más de 12 años de Ponfiticado de Francisco. Y con este último gesto lo reafirma.Serán éstos los que tendrán el privilegio en decirle “adiós”, pero sobre todo “gracias” a un Papa que para muchos de ellos fue como un “padre”.
Sus restos mortales recibirán sepultura entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la Basílica Liberiana, en un sepulcro “en la tierra”, sin decoración y con la única inscripción de Franciscus, el nombre que eligió por San Francisco de Asís, a quien definió como “el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el que ama y cuida la creación” y a quien el Santo Padre argentino honró con su ejemplo en su pontificado.
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