Los objetivos clave en vacunas se amplían a adultos y embarazadas
vacunación
Durante estos días se celebra la Semana Internacional de la Inmunización de la OMS, que este año destaca la importancia de la vacunación no sólo en la etapa infantil
Barcelona/Durante estos días se celebra la Semana Internacional de la Inmunización de la Organización Mundial de la Salud. El lema elegido este año es "Protegidos colectivamente, las vacunas funcionan", que destaca la importancia de la vacunación no solo en la etapa infantil y que debe prolongarse toda la vida. El motivo es que los riesgos de las enfermedades infecciosas no solo se concentran en los primeros años de vida, ya que llegan a la edad adulta.
Coincidiendo con la campaña, el Hospital Valle de Hebrón de Barcelona ha celebrado esta semana su XXII Curso de Actualización Vacunas 2018. Como explica la doctora Magda Campins, responsable del servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del centro, la cobertura vacunal en España es "excelente": más del 95% de los niños tienen, en su primer año de vida, las vacunas necesarias.
"Esta cifra nos sitúa en un nivel óptimo y podemos estar muy satisfechos. Pero no pasa lo mismo con los adultos, en los que tenemos un problema de cobertura. El ejemplo más claro es la vacuna antigripal: la gripe es una enfermedad que puede tener unas complicaciones importantes y, sin embargo, tenemos coberturas en grupos de riesgo -como los mayores de 60 años- de menos del 60%", advierte. Otro campo de mejora es la vacunación contra la gripe de trabajadores sanitarios, que no llega al 30%.
"El tercer reto es la vacunación frente a la gripe de las embarazadas, que está recomendada porque cuando esta enfermedad afecta a una gestante, aumenta el riesgo de hospitalización por problemas cardiovasculares o respiratorios. En este grupo, la cobertura ronda el 22%, una cifra que debe mejorarse, porque esta y otras vacunas protegen tanto a la embarazada como al recién nacido en sus seis primeros meses de vida, que es cuando el niño no puede vacunarse. Y, así, se está investigando en una vacuna frente el virus respiratorio sincitial, que causa la bronquiolitis, una infección respiratoria que es la principal causa de ingreso de los niños en los dos primeros años durante el invierno", explica Campins.
Además, se está desarrollando otra vacuna frente al estreptococo grupo B, una bacteria que coloniza la vagina de las mujeres. Y, cuando este hecho sucede en una embarazada, puede infectar al feto y causar sepsis, una infección grave. De hecho, a principio de los años 70, este tipo de infección neonatal era de las principales causas de morbilidad. La prevención antibiótica intraparto logró reducirlas drásticamente.
Como detalla la doctora Campins, esta situación se controla en parte mediante cribado a embarazadas en la que se busca y, si se detecta, se trata con antibióticos. Pero no cubre el 100%, por lo que, en su opinión, esta vacuna sería "muy necesaria". Otra línea de trabajo se centra en meningococo, una bacteria que causa meningitis y sepsis y que afecta sobre todo a adolescentes, ya que la bacteria coloniza su faringe.
En Reino Unido comenzó a vacunarse hace tres años, con una efectividad de más del 80% y, desde el año pasado, se vacuna específicamente a los adolescentes con una nueva vacuna tetravalente y evitar así la colonización en adolescente, con la idea de evitar la diseminación.
10 años de la vacuna para el VPH
La vacuna frente al virus del papiloma humano comenzó a administrarse hace diez años. Para la experta, "hay que esperar más años para ver el impacto a largo plazo, pero el balance es absolutamente positivo: se ha disminuido tanto el número de verrugas genitales como de casos de cáncer de cuello de útero. Y ahora, además, tenemos otra vacuna que protege más y pasamos de una cobertura del 70% al 90% de los genotipos que causan cáncer de cuello de útero". Por último, destaca que, en vacunas contra el cáncer, se investiga frente a melanoma y algunos tipos de tumores cerebrales. La mayoría de las infecciones por VPH de alto riesgo ocurren sin síntomas y desaparecen en 1 o 2 años. Sin embargo, algunas infecciones pueden persistir y se trata de tipos de VPH de alto riesgo pueden aumentar el riesgod e cáncer de cuello de útero.
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