La organización de la ceremonia, un delicado ejercicio de diplomacia
Meloni y Milei estarán en primera fila, por delante de Trump, que estarán junto a Macron, y alejado de Zelenski
De diplomáticos a moderados, las corrientes del cónclave

El rígido protocolo para el funeral de Francisco, al que acudirán dirigentes de 156 delegaciones internacionales, 50 jefes de Estado y miembros de la Casa Real de 12 países, incluidos los reyes de España, Bélgica, Dinamarca, Suecia y Jordania, es un delicado ejercicio de diplomacia para evitar situaciones conflictivas al asignar el lugar que ocupará cada dignatario, y para el que sigue el orden alfabético en francés.
Las delegaciones entrarán a través de los muros vaticanos por la Puerta del Perugino, donde aparcarán los coches para encaminarse a la plaza de San Pedro y entrar por una acceso lateral, donde serán recibidos por el prefecto de la Casa Pontificia Leonardo Sapienza, antes de que el personal del ceremonial pontificio les acompañe a su posición.
Las delegaciones internacionales se colocarán al lado derecho de la plaza, mientras que en lado izquierdo estarán los cardenales.
El protocolo vaticano, que ha tenido duras pruebas durante el funeral de Benedicto XVI o el multitudinario adiós a Juan Pablo II -que contó con 80 jefes de Estado o Gobierno-, aseguró que las primeras filas están reservadas a los jefes de Estado, pero con prioridad para las delegaciones italiana, la más multitudinaria con la presencia del presidente, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni;y la argentina, país natal de Francisco, encabezada por el presidente, Javier Milei.
Las primeras filas, además, están dedicadas a las Casas Reales católicas, por lo que los Reyes de España, don Felipe y doña Letizia, estarán en esa posición junto al resto de monarcas que anunciaron su presencia: Felipe y Matilde de Bélgica, el Gran Duque Enrique y la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo, los príncipes Alberto y Charlène de Mónaco, y del copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives, actual obispo de la Seu de Urgell. Junto a ellos se sentará el Gran Maestre de la Orden de Malta, frey John T. Dunlap. A continuación, el Vaticano sitúa a los reyes no católicos, como Carlos Gustavo de Suecia y la Reina Silvia, y el príncipe Guillermo de Inglaterra.
Y luego está el complicado juego diplomático de los presidentes que sigue el orden alfabético francés. Donald Trump, junto a su esposa Melania, se encontrará en la misma fila que el francés Emmanuel Macron, pero muy alejado del ucraniano Volodimir Zelenski, quien pretende una reunión con el presidente estadounidense, pero que será difícil, ya que que tiene intención de regresar a su país justo después de la misa.
Entre los primeros puestos también figuran el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres , los representantes de la Unión Europea -con los presidentes del Consejo, de la Comisión y del Parlamento, Antonio Costa, Ursula von der Leyen y Roberta Metsola.
Entre los jefes de Estado más cercanos al altar, siempre en primera fila, estarán los alemanes y austriacos, Frank Walter Steinmeier y Alexander van der Bellen, con sus homólogos albaneses Bajram Begaj y el angoleño João Manuel Gonçalves Lourenç. También el presidente brasileño, Lula da Silva, junto a la gobernadora general de Canadá, Mary Simon, y los jefes de Estado de Cabo Verde y Chipre, José Maria Pereira Neves y Nikos Christodoulides, así como el presidente de Ecuador, Daniel Noboa.
Un enigma será saber si el ex presidente de EEUU Joe Biden, quien confirmó su presencia en Roma debido a su estrecha relación con el papa Francisco, será incluido en la delegación, pero es seguro es que estará en filas de atrás. En la tercera habrá ministros, otros miembros de las delegaciones y embajadores, como será el caso del representante de Israel ante la Santa Sede, Yaron Sideman.
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