Los usuarios catalanes pagan con resignación el euro en farmacias menos concurridas
La actividad ha caído en picado con la entrada de la tasa por receta, tras las colas registradas los últimos días. Se teme que los negocios puedan ir ahora a la deriva.
Los usuarios abonan desde primera hora con resignación la tasa de un euro por receta sin que se registren grandes incidencias en las farmacias catalanas, en las que la actividad ha caído en picado este sábado tras las colas registradas los últimos días. "Qué le vamos a hacer, habrá que pagar", explicaba esta mañana Francisco Planas mientras pagaba la tasa del euro por receta, que ha entrado en funcionamiento esta medianoche, en una farmacia del centro de Barcelona.
A diferencia de los miles de ciudadanos que se han amontonado en las farmacias en los últimos días para retirar medicamentos antes de la aplicación de la tasa, Planas ha ido este sábado a la farmacia con una receta que tiene desde hace días: "Ya no viene de un euro más con todo lo que tenemos que pagar". Planas es el segundo usuario de la mañana que ha pagado la tasa en la farmacia Franquesa, ubicada cerca del Hospital Clínic.
La primera ha llegado pasadas las nueve de la mañana y, al principio, se ha negado a abonar el euro por receta, aunque finalmente ha cedido, según ha relatado la titular del establecimiento. Todas las farmacias disponen de un formulario en el que el usuario que no quiera debe introducir sus datos y que el farmacéutico remitirá al Departamento de Salud, para que tramite la pertinente reclamación del tributo, con una recargo del 20% sobre el importe. "Estamos cansados de tener que dar la cara y hacer la tarea de recaudadores que no nos toca", ha lamentado la titular de la farmacia Franquesa.
Frente al Centro de Atención Primaria (CAP) de Manso, abierto los sábados, la farmacia Teresa Ciurana había cobrado ya una decena de euros por receta a la media hora de abrir sus puertas, con algún pequeño problema en el sistema informático que no le ha impedido llevar a cabo los trámites. Según una empleada de esta farmacia, la actividad es baja para ser sábado y el establecimiento está muy poco concurrido si se compara con la "locura" de los últimos días, en los que hubo colas para retirar medicamentos y se registraron "numerosos" problemas con el sistema informático por el alto volumen de entradas."La gente se ha llevado reservas para tres meses, la actividad va a caer en picado a partir de ahora", destaca, por su parte, la titular de la farmacia Torrents, en el Eixample de Barcelona. Esta farmacéutica teme que, con la entrada del nuevo sistema del copago del Gobierno a partir de julio, más el euro por receta y la caída de los precios de los medicamentos, el negocio pueda ir a la deriva: "Ya son muchas las farmacias que han cerrado", recalca.
Desde esta medianoche, todos los catalanes que van a una farmacia con una receta expedida por el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) deben abonar una tasa de un euro -hasta un máximo de 61 euros anuales-, a excepción de unos 127.000 ciudadanos en riesgo de exclusión social que son beneficiarios de pensiones. Con esta medida, también conocida como "tique moderador", el Govern de la Generalitat quiere reducir el abuso en el abastecimiento de medicamentos y recaudar unos 100 millones de euros anuales que se destinarán a financiar el sistema sanitario catalán.
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