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La Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) ha publicado una guía dedicada a pacientes con hiperhidrosis.
Esta afección, definida como “exceso de sudoración”, es una condición que provoca la secreción de sudor más allá de lo necesario para la regulación térmica y las condiciones ambientales.
El documento proporciona información exhaustiva sobre ella, incluyendo su definición, incidencia, causas y las diversas opciones de tratamiento disponibles. Su objetivo es orientar tanto a los pacientes como a sus familiares, ofreciendo un recurso valioso que, junto con el apoyo psicológico y una atención dermatológica adecuada, puede mejorar significativamente la calidad de vida de quienes sufren esta condición.
El documento señala, entre las medidas generales a adoptar en caso de sufrir hiperhidrosis, evitar el calor situaciones de estrés cuando sea posible y prescindir de los alimentos que puedan agravar la sudoración, al respecto es fundamental reducir el consumo de cafeína, alcoholo comidas picantes. También recomienda, en función de las áreas corporales afectas, no usar ropa ajustada y prendas de tejidos sintéticos.
La mayoría de personas con hiperhidrosis axilar suele decantarse por prendas de tonos oscuros, que disimulan mejor las manchas de sudor. En este caso, la guía señala que la depilación de la zona puede ser útil para evitar la humedad que queda retenida en el vello.
También indica la conveniencia de procurar mantener la piel limpia y seca y prevenir el desarrollo de infecciones favorecidas por la humedad. Además, es importante evitar o paliar olores desagradables asociados a la sudoración (bromhidrosis), que están relacionados con la interacción entre el sudor y determinadas bacterias. Por todo ello, se recomienda el uso de jabones sin perfume y también pueden ser útiles algunos productos de higiene corporal que contienen también sustancias antisépticas. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, no se identifica un claro desencadenante de la hiperhidrosis que sea fácilmente tratable o evitable, y no es posible un buen control de la sudoración a pesar de estas medidas generales, por lo que hay que recurrir a tratamiento sintomático. La elección del tratamiento dependerá del área afecta, la gravedad, la respuesta (eficacia, tolerancia…) a tratamientos previos, y de los antecedentes personales (otras patologías, edad, medicación habitual…).
Con esta publicación, la Fundación Piel Sana suma un total de 16 guías dirigidas a pacientes con problemas cutáneos, reafirmando su misión de mejorar el conocimiento sobre las enfermedades de la piel y sus cuidados.
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