Entre serranitos y pimientos

Comer en la Feria tiene, como todo, sus pros y sus contras. Pero por encima de todo tiene el encanto de disfrutar de un buen momento entre familia y/o amigos mientras que se saborea los platos de nuestra tierra. Hay algunos que son ya tradicionales y que no faltan casi en ninguna caseta. Es el caso de montadito de filete de lomo o con mayor relevancia, el serranito. Este montadito está compuesto de filete, pimiento y jamón y es un clásico de las casetas. Es el típico plato que te encuentras allá donde vayas y que en algunos sitios se les cambia de nombre, personalizándolo con algo referente a la casetea en cuestión , sobre todo en el caso de las Hermandades.

También es un plato típico de la Feria los pimientos fritos. Y es que casi ya comemos pimientos y nos sabe a Feria. También son típicos el pescaíto frito - ya sea choco, adobos, pijotas, gambas fritas (aunque menos), el jamón, el queso, y las gambas frescas.

Y todo sin olvidarnos de la tortilla, aquella que es la gran buscada por saber si es casera o no. Aunque gracias al gran nivel de las tortillas de la Feria, en ocasiones es casi imposible diferenciar cuál lo es y cuál no.

También son típicos los revueltos, o los huevos rotos, que en algunas casetas se disfruta en mini sartenes.

Otro plato que casi nunca falta en las casetas es el ‘guiso del día’ que va variando lógicamente cada día y según considere la cocina en cuestión.

Un clásico cada vez más demandado en la Feria es el pinchito e incluso hay casetas especializadas en este tipo de plato. Y es que cuando un pinchito está bien hecho es casi adictivo.

También pueden encontar en la Feria otro tipo de fritos muy demandados como el flamenquín, las croquetas o las lagrimitas.

Incluso platos tan nuestros como los famosos Antojo que se componen de patatas fritas, huevos fritos, cebolla frita y jamón ibérico. Un plato que junto con un par de montaditos te hace el día. Aunque depende también del hambre que cada uno tenga en el momento que lo saboree.

Lo que sí le recomendamos es que si quieren disfrutar de todo este abanico gastronómico sentados deben reservar con antelación. Es difícil - que no imposible - encontrar sitio en la Feria a medida que se van acercando las horas claves. Por eso, si huye usted de los agobios y quiere disfrutar de una buena comida o cena en familia o amigos, reserve y se ahorrará un disgusto. Puedes encontrar muchas publicaciones de las propias casetas de la Feria de Jerez en las redes sociales. En caso contrario, paciencia. Que siempre nos quedará la barra de la caseta y comer de pie.

Este año en concreto, es probable que haya una subida de los precios en la Feria, dado que los precios están al alza y han subido bastante desde la última Feria allá por 2019.

Aunque nada cambiará la alegría de volver a disfrutar de una Feria del Caballo como deseamos desde hace casi tres años y que será el reencuentro con los amigos entre vino de Jerez, serranitos y pimientos fritos.