Un sueño compartido
Jerez 2031
La candidatura de Jerez a Capital Europea de la Cultura se ajusta a los valores comunes que defiende Europa: diversidad, inclusividad, sostenibilidad y tolerancia
El pasado 18 de julio, Jerez se postulaba de manera oficial para ser Capital Europea de la Cultura en 2031, en un acto que tuvo lugar en los Museos de la Atalaya y ante una amplia representación del tejido cultural y social de la provincia, instituciones, representantes internacionales de anteriores candidaturas, al igual que contó con la presencia de los miembros del Consejo Asesor del proyecto, integrado por el Ayuntamiento de Jerez, la Diputación Provincial de Cádiz, la Universidad de Cádiz y la Cámara de Comercio de Jerez.
Se iniciaba así una carrera de fondo para la que, aunque la meta parezca lejana, la ciudad ya calienta motores y afronta este ilusionante reto, este sueño compartido, en el que pondrá todo el empeño en salir victoriosa.
De momento, ya se sabe que la candidatura estará enfocada desde un punto de vista del territorio provincial, conectando no solo su historia, sus señas de identidad y su rico patrimonio natural y monumental, sino también su larga historia de acogida, integración y convivencia multicultural. Extremo este último que se ajusta a la perfección con los valores comunes que defiende Europa: diversidad, inclusividad, sostenibilidad y tolerancia.
No obstante, aún queda una ardua labor por realizar. Por este motivo, el Ayuntamiento de Jerez, consciente de ello, ha dado los primeros pasos: ya se cuenta con un manifiesto, una web y un consejo asesor. Además, en el mes de febrero se llevó a cabo la contratación de una consultoría especializada en gestión cultural y capitalidad cultural europea y se ha integrado en la red europea Culture Next, una organización internacional compuesta por un total de 34 capitales culturales de 19 países europeos.
Proceso
A partir de ahora, toca elaborar la propuesta con la que Jerez se presentará a la convocatoria, que lanzará al respecto el Ministerio de Cultura, previsiblemente, el próximo año. Desde entonces, las ciudades interesadas dispondrán de diez meses para remitir un dossier en defensa de sus candidaturas.
Estas serán analizadas por un panel de expertos independientes en el ámbito de la cultura, bajo una serie de criterios establecidos por ellos, que seleccionará lo que se llama una ‘lista corta de finalistas’, cuyos componentes deberán revisar su solicitud, a la luz de las recomendaciones que se realicen, y preparar, entregar y presentar el resultado de este proceso de revisión.
Posteriormente, los expertos se reunirán y recomendarán una ciudad por país anfitrión, que será designada formalmente como Capital Europea de la Cultura por la Comisión Europea, algo que sucederá a lo largo de 2027, cuatro años antes de la entrada en vigor del nombramiento.
No hay que olvidar que, en 2031, serán España y Malta los países europeos que aportarán las localidades distinguidas. Tras la renuncia de Gijón, son de momento seis las ciudades que compiten en suelo patrio: Cáceres, Granada, Las Palmas, Toledo, Oviedo y Burgos, que ya presentó su candidatura en 2016.
Objetivos
Por otro lado, en este trayecto, ya iniciado, además de los atractivos culturales que cada ciudad va a destacar y exhibir, hay que tener en cuenta los objetivos generales de las capitales europeas de la cultura y que el comité evaluador ponderará y valorará antes de tomar una decisión. Así, con este ‘premio’ continental se trata de proteger y promover la diversidad de culturas en Europa y poner de relieve las características comunes que estas comparten, así como intensificar el sentimiento de la ciudadanía de pertenencia a un espacio cultural común. También, se busca fomentar la contribución de la cultura al desarrollo a largo plazo de las ciudades, de acuerdo con sus respectivas estrategias y prioridades.
Respecto a los objetivos específicos, hay que mencionar el reforzar el alcance, la diversidad y la dimensión europea de la oferta cultural en las ciudades, en particular a través de la cooperación transnacional, ampliar el acceso y la participación en ella, fortalecer la capacidad del sector y sus vínculos con otros , mejorar el perfil internacional de las ciudades a través de la cultura, poner de relieve la riqueza y diversidad de esta en Europa, celebrar las características culturales que comparten los europeos; aumentar el sentimiento de pertenencia de la ciudadanía europea a un espacio cultural común, y promover su contribución al desarrollo de las ciudades.
Repercusión
Es importante señalar que ser Capital Europea de la Cultura supone un gran impulso para las ciudades no solo para los sectores atañidos, sino también influye en otros ámbitos. Por ejemplo, se estima que San Sebastián, la última urbe española en ostentar el título, tuvo unos ingresos de 47 millones de euros relacionados con su nombramiento en 2016. Además, factores muy positivos son también el impacto mediático y el reconocimiento de sus habitantes.
En definitiva, hasta 2027 queda mucho por transitar para lograr ser Capital Europea de la Cultura y Jerez dispone de numerosas cualidades para conseguirlo. Sin embargo, tal y como dijo la alcaldesa, María José García Pelayo, en la presentación, “seamos elegida o no, ya hemos ganado, pues lo importante será recorrer este camino”.
Pasado, presente y futuro de este título
Desde que en 1985 se puso en marcha para promover la riqueza y diversidad cultural de Europa y así reforzar el sentido de pertenencia de los ciudadanos a una cultura común, cuatro ciudades españolas han sido Capital Europea de la Cultura. Se trata de Madrid (1992), Santiago de Compostela (2000), Salamanca (2002) y San Sebastián (2016). Hasta ahora ya han sido más de 60 las urbes elegidas. Mientras que Atenas fue la primera en ostentar esta designación, Luxemburgo lo ha sido en dos ocasiones: 1995 y 2007. Este año son Tartu, en Estonia; Bad Ischl, en Austria y la noruega Bodo, la primera ciudad situada al norte del Círculo Polar Ártico en alcanzar el título de Capital Europea de la Cultura. Estas cederán el testigo en 2025 a Chemnitz (Alemania) y Nova Gorica (Eslovenia). Para 2026, está previsto que sean Oulu (Finlandia) y Trenčín (Eslovaquia); en 2027, Liepāja (Letonia) y Évora (Portugal) y en 2028, serán Budweis / České Budějovice (República Checa), Skopje (Macedonia del Norte) y Bourges (Francia). Actualmente, se están realizando las competiciones para 2029, cuando el título recaerá en una ciudad de Polonia o Suecia, y 2030, que será para una de Bélgica, Chipre y de un país candidato a la adhesión a la UE.
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