El agro, la supervivencia de nuestros pueblos
Opinión
Apoyar a esta industria es apostar por la cohesión territorial y por un desarrollo sostenible desde lo social, económico y medioambiental
Una vez superadas las consecuencias más graves de la pandemia, hemos podido comprobar que la amenaza de la despoblación sigue estando presente. Constituye una amenaza real sobre la que hay que actuar de forma urgente si queremos frenar e incluso revertir los efectos del éxodo rural. Si algo hemos aprendido después de dos años de emergencia sanitaria es que necesitamos sectores productivos fuertes en los territorios. Necesitamos generar actividad, empleo y riqueza en todas las comarcas.
En este contexto, la agricultura es uno de los sectores que garantiza el volumen de actividad que necesitamos para que las personas decidan quedarse en sus pueblos, en sus comarcas, donde tienen trabajo, servicios públicos y condiciones dignas. La agricultura, en definitiva, garantiza futuro para todos y todas, al margen del tamaño del municipio. Esa es una certeza con la que trabajamos en la Diputación de Granada.
Por eso, en junio presentamos la iniciativa “Granada se Puebla: Estrategia Provincial frente al Reto Demográfico”, donde la agricultura juega un papel esencial. Una herramienta que confiamos en que sea útil y eficaz frente a una de las amenazas más graves a la que nos enfrentamos como provincia. Se trata de un documento que da respuesta a uno de los retos que la Diputación se marcó para este mandato, que estuvo incluido como compromiso en el discurso de investidura.
La estrategia frente a la despoblación es realista pero también ambiciosa. Tenemos la certeza de que si todos ponemos de nuestra parte podemos conseguir no sólo frenar sino revertir los procesos de despoblamiento que sufren algunas zonas de nuestra provincia. Por eso, hablamos de una estrategia para una década 2022-2032. Hay que recordar que la despoblación no es un problema exclusivo de nuestra provincia. Afecta al 80% del territorio europeo. En Andalucía el 55% de los municipios han perdido población en los últimos 20 años.
Nuestra provincia arroja datos complejos. A nivel provincial nuestros datos son mejores que otras provincias de España, pero por zonas presentamos datos demográficos preocupantes. Y es que la estructura poblacional de nuestra provincia está muy polarizada. El 43% de la población provincial se concentra en tan solo el 2% de la superficie provincial (área metropolitana). Solo el 18% de la población reside distribuida en 131 municipios de menos de 5.000 habitantes. El 64% de nuestros municipios de los municipios (110 municipios) tienen registros globales negativos.
Las diputaciones no pueden mirar para otro lado ante esta situación. De hecho, debemos ser actores centrales en este escenario porque somos conocedores de primera mano de los problemas de los alcaldes y alcaldesas y de los pequeños municipios, que son, fundamentalmente, los que sufren este problema. Y porque el trabajo de las diputaciones consiste precisamente en garantizar atención, asistencia y servicios públicos de calidad a los municipios de menos de 20.000 habitantes que es la base para frenar este proceso.
Estrategia
La estrategia se estructura en 7 desafíos y 22 líneas de trabajo, que se complementan con un plan de acción bianual 2022-2023, que cuenta con 128 acciones. Uno de esos desafíos se refiere a transformar el modelo productivo impulsando el desarrollo rural sostenible. La agricultura, reconoce el documento, es futuro y garantía de desarrollo.
Por eso, debemos crear las condiciones para avanzar hacia una actividad agraria rentable por sí misma en la que los precios garantices el coste de producción. También debemos trabajar en la competitividad de las empresas, con la elaboración de productos innovadores, y en la imprescindible transformación digital, para, entre otros objetivos, poder acceder a los mercados exteriores en buenas condiciones. Es uno de nuestros activos más valiosos si queremos que nuestros pueblos sigan teniendo vida, que los jóvenes no abandonen los municipios y las zonas rurales. Entre otros muchos campos, trabajamos para mejorar las infraestructuras, reforzar los servicios públicos, apoyar a los ayuntamientos y ofrecer oportunidades y empleo en estos pueblos.
Por lo tanto, en esta estrategia frente al reto demográfico, la actividad agrícola y la ganadería se presenta como un generador de oportunidades, de trabajo y riqueza; un eje de actividad que nos permite, junto a otras muchas iniciativas, fijar la población al territorio e impedir que nuestros pueblos se mueran.
Sabor Granada
Entre estos objetivos encaja a la perfección el proyecto de Sabor Granada, una marca de la Diputación que engloba los productos y empresas de sectores complementarios, para promocionar el consumo y la comercialización e internacionalización de los alimentos de Granada, de su calidad y su variedad.
Actualmente la marca suma ya un total de 267 empresas, con productos de enorme calidad. El fin último de Sabor Granada es apoyar la agricultura local procurando la entrada en la marca de empresas y cooperativas de productos frescos para que se puedan aprovechar de la promoción en mercados nacionales e internacionales en los que participa Sabor Granada, respaldando también el trabajo de los Consejo Reguladores, y lanzando una serie de campañas de promoción de los productos granadinos. Por lo tanto, Sabor Granada se convierte en una herramienta para conseguir que consigamos creer en nosotros mismos y en nuestras potencialidades como provincia.
Trabajamos también en la ayuda a la internacionalización, con un programa que desarrollamos junto a la Cámara de Comercio. Hay que perder el miedo a salir fuera a hacer negocio porque tenemos un producto de gran calidad. Y seguimos apostando por soluciones innovadoras que mejoren la producción y la comercialización, junto a otros aspectos como la mejora de las infraestructuras, implantar medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, que garantice que los agricultores cobren un precio justo por sus productos, controles para evitar el reetiquetado, crear un sistema de gestión de crisis de precios ágil, o esforzarnos por conseguir dotar de valor añadido a nuestros productos.
En definitiva, estamos convencidos de que apoyar a esta industria es apostar por una mayor cohesión territorial y por un desarrollo sostenible desde el punto de vista social, económico y medioambiental. La Diputación de Granada siempre va a estar con el campo granadino. Es la principal actividad económica de gran parte de los municipios, la mayoría de pequeño tamaño, de la que viven miles de familias. Es el sustento de muchos hombres y mujeres de nuestra tierra y es nuestra mejor oportunidad para impedir que los pueblos se queden vacíos.
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