El campo, un valor sano y sostenible
Otros sectores
Juan José Tripiana
La sociedad mira hacia el campo con los ojos de quien reconoce el buen hacer de un sector que trabaja de forma constante, sin especular con lo que produce, ofreciendo lo mejor de sí mismo, y al servicio del consumidor.
Calidad por encima de cantidad. Inconformismo e innovación en su ADN. Mejora y aprendizaje continuo. Solidaridad. Esfuerzo. Trabajo. Disponibilidad las 24 horas del día, los 365 días del año. Son solo algunas de las pinceladas que dibujan la acuarela que compone el sector agroalimentario y su industria auxiliar.
Así lo viene demostrando durante décadas, alejado de burbujas y del ruido de los ‘tambores’ del dinero fácil. Y así lo ha refrendado, una vez más, con la crisis sanitaria de la Covid-19, consolidándose como una actividad esencial, capaz de garantizar el abastecimiento de la población, incluso, en los momentos más complicados del confinamiento, cuando la histeria se apoderó de la sociedad y escaseaba hasta el papel higiénico en los lineales de los supermercados, algo que no ocurrió con los productos frescos, con las frutas, las hortalizas o la carne.
Transcurrido más de un año y medio desde que comenzó la pandemia, los ciudadanos han sido conscientes de los valores que rodean a la agricultura. Hasta tal punto de que el interés por cuidar un jardín o unas plantas en el hogar se ha visto acrecentado y ha dado paso a una tendencia imparable por cultivar un huerto propio, ya sea en un espacio cercano a la vivienda, en una zona rural, o, incluso, dentro de la misma, en la terraza, en el terrado, en el jardín o en maceteros. De igual forma, se ha disparado el atractivo de residir en el medio rural, junto al campo, pues desde que se desató esta crisis sanitaria, se ha demostrado que es un lugar mucho más sano y seguro para vivir.
Este movimiento tiene un valor incalculable, pues demuestra el respeto, la admiración y el amor hacia esta profesión. Piensen, por ejemplo, en todas las personas que, fijándose en sus ídolos deportivos, se han comprado una bicicleta de carreras para parecerse a Perico Delgado o a Miguel Indurain; o una raqueta de tenis para intentar emular a Rafa Nadal… Esto es lo que ha conseguido la agricultura en la sociedad, después de haber permanecido denostada durante décadas, relegada al ostracismo y para la que, tradicionalmente, se pensaba que no era necesario investigar ni innovar; ni tan siquiera tener estudios para dedicarse a ella. Nada más lejos de la realidad. En la actualidad, los profesionales del campo están incorporando a una de las generaciones mejor preparadas, con estudios superiores relacionados con la agroindustria y las nuevas tecnologías; jóvenes con idiomas, que han viajado y ello les ha permitido conocer las necesidades y las oportunidades que presenta el mercado internacional al que dirigir sus producciones.
La agricultura y su industria auxiliar no es un sector esencial solamente porque permite alimentar a la población mundial con unos precios de venta al público asequibles y en libre competencia.
Además, es una actividad imprescindible porque contribuye a impulsar un mundo más sostenible, desde todos los puntos de vista. Es un sector implicado con la realidad que le rodea y contribuye constantemente a mejorar el entorno allí donde está radicado, para devolver a la sociedad buena parte de lo que ha recibido de ella.
Es una actividad que pelea en primera línea contra las consecuencias del cambio climático, apostando por actuar en el marco de los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) y siguiendo una clara estrategia de responsabilidad social corporativa. Por ello, su objetivo pasa por trabajar la tierra para obtener un rendimiento económico que permita la subsistencia de quienes se dedican a ello, una rentabilidad digna y proporcional al trabajo desempeñado, en armonía con su entorno, respetando los recursos naturales disponibles para llevar a cabo sus tareas, de forma que la producción de alimentos garantice la continuidad de los mismos y no los ponga en peligro o los acabe destruyendo.
Se trata de producir más con menos recursos para poder afrontar los desafíos a los que se enfrenta la Humanidad: el crecimiento progresivo de la población y la necesidad de alimentos sin amenazar la sostenibilidad del planeta. La tierra y el agua son recursos finitos y, por lo tanto, susceptibles de verse esquilmados por un mal uso y gestión por parte del ser humano, algo que conoce muy bien el agricultor, que optimiza mejor que nadie su uso.
En Suministros Tripiana conocemos bien la realidad de la agricultura. Nuestra experiencia y compromiso nos ha llevado a trabajar durante más de 60 años de la mano de los agricultores, proporcionándoles semillas, fitosanitarios, trampas, abonos o polinizadores, entre otras herramientas. Junto a ellos, hemos comprobado cómo contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático con sus invernaderos solares. Durante todo este tiempo, hemos trabajado codo con codo con ellos, al igual que seguimos haciéndolo hoy y continuaremos haciéndolo mañana, para ofrecerles lo mejor de nosotros y ayudarles a conseguir sus objetivos.
Además, desde nuestro establecimiento especializado en ‘mascotas vegetales’ ubicado en la Calle Javier Sanz, número 7, de la capital almeriense, estamos muy orgullosos de contribuir a mejorar la calidad de vida de nuestros clientes. No en vano, se ha demostrado la importancia de tener plantas en los hogares y la capacidad de la jardinería doméstica de proporcionar el mismo bienestar emocional que caminar o pasear en bicicleta. Son muchas las investigaciones que acreditan que las personas que dedican tiempo al cuidado de plantas en el hogar tienen una mayor calidad de vida que aquellas que no lo hacen, de igual forma que las ciudades que cuentan con mayor superficie de espacios verdes, sus ciudadanos se muestran más satisfechos y felices que aquellas que apenas disponen de ellos.
Todo ello nos anima a seguir con nuestro trabajo y a continuar aportando nuestro granito de arena en este entramado esencial de empresas dedicadas a la agricultura y a su industria auxiliar.
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