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Arqueología
Arqueólogos del ELTE BTK, el Museo Jász y la Red de Investigación Eötvös Loránd encontraron los restos de un médico de 50 años enterrado en el siglo I con todo su material de operaciones en Hungría. Además de los restos, se encontraron bisturís y herramientas que indican que hace dos mil años se pudieron realizar serias intervenciones médicas. Es particularmente raro que tal hallazgo se encuentre fuera de las fronteras del Imperio Romano.
Los arqueólogos han encontrado rastros de un médico que había estado descansando en el suelo durante casi 2000 años cerca de la población de Jászberény. El hallazgo de Hungría también es único en términos europeos, hasta ahora solo se ha descubierto equipo médico completo de un diseño similar en Pompeya.
Según la datación por radiocarbono, la tumba de un individuo que se puede fechar en el siglo I. Cabe destacar la extraordinaria calidad de las herramientas médicas utilizadas para la curación y la intervención quirúrgica.
Llama la atención que un médico de aquella época estuviera equipado con un equipo tan prestigioso, por lo que cabe suponer que se trata de un doctor instruido en un centro imperial que pudo haber viajado a esta zona para salvar a alguien.
Durante la excavación del departamento, la tumba excavada con la ayuda de los estudiantes primero sacó a la luz instrumentos médicos que alguna vez se colocaron en cofres de madera cerca de los pies. Se encontraron alicates, agujas, pinzas, así como bisturíes de primera calidad aptos para intervenciones quirúrgicas, así como residuos de medicamentos. Los escalpelos de aleación de cobre estaban decorados con plata y equipados con hojas de acero reemplazables. En la rodilla del difunto se colocó una piedra de moler que, según las marcas de desgaste, podría haber sido adecuada para mezclar hierbas y otras medicinas.
La importancia del hallazgo se destaca por el hecho de que, según la gama de herramientas, estamos hablando de un conjunto médico completo, en las condiciones de la época.
"El examen de las herramientas reveló rápidamente que se trataba de un complejo funerario romano, y la tumba era la de un médico, cuyo equipo había sido colocado en dos cajas de madera junto a sus pies. La tumba contenía los restos de un hombre de entre 50 y 60 años, sin signos de trauma o enfermedad. La tumba estaba casi completamente intacta, excepto por una perturbación animal que había movido uno de los escalpelos del pie a la cabeza. En la tumba se encontraron tenazas, agujas, pinzas y bisturíes de alta gama aptos para operaciones quirúrgicas, así como restos de productos medicinales", expresó Leventu Samu, investigador asistente del Instituto de Arqueología de la ELTE, en la conferencia de prensa de presentación.
Este período en Jászság puede haber sido un período de transición entre las poblaciones celta y sármata romana. No queda claro a partir de los datos actuales si el médico enterrado en la tumba estaba allí para curar a un líder local de alto prestigio o si acompañaba un movimiento militar de las legiones romanas, explicó András Gulyás, arqueólogo y museólogo del Museo Jász.
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