Hallan en Extremadura las primeras representaciones humanas de Tartessos
Arqueología
El hallazgo supone un cambio de paradigma en la interpretación de la cultura tartésica
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Las excavaciones en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo, en las proximidades de Guareña (Badajoz), han sacado a la luz los restos de cinco relieves antropomorfos del siglo V a.C., los primeros pertenecientes a la cultura tartésica, la mítica civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica entre los siglos VIII y IV a.C.
El descubrimiento se ha realizado durante la excavación del sector este del yacimiento, el área por el que se accede al patio del edificio donde se documentó un masivo sacrificio de animales, principalmente caballos.
Lo insólito del nuevo hallazgo es que las representaciones corresponden a rostros humanos, lo que supone un cambio de paradigma en la interpretación de la cultura tartésica, considerada anicónica por representar la divinidad a través de piedras sagradas y de motivos animales o vegetales.
Así es el yacimiento
El yacimiento de Casas del Turuñuelo está situado en la comarca de las Vegas Altas del Guadiana, próximo a la desembocadura del río Búrdalo. Aunque el yacimiento era conocido con anterioridad y había sido incluido en diversas publicaciones las excavaciones arqueológicas se iniciaron en el año 2014, momento en el que se llevaron a cabo la limpieza de varios perfiles y la ejecución de un primer sondeo cuyo objetivo era conocer la potencia arqueológica del enclave y el arco cronológico en el que se insertaba la ocupación.
La importancia de los restos recuperados llevó a plantear desde el Instituto de Arqueología la creación de un equipo de trabajo, al que no han dejado de sumarse especialistas de diferentes disciplinas, con el objetivo de emprender un estudio sistemático y completo del enclave.
Desde el año 2015 se han sucedido tres campañas de excavación que nos han permitido sacar a la luz parte de un majestuoso edificio construido en tierra que conserva en pie sus dos plantas constructivas, lo que lo convierten en un ejemplo único de la arquitectura protohistórica del suroeste peninsular.
Así, aunque apenas se lleva excavado un 20% de la superficie total del túmulo, ya conocemos tres de las estancias que se localizan en la parte superior del edificio y un enorme patio localizado en la parte inferior.
La presentación del hallazgo
En la presentación del hallazgo han estado presentes la delegada institucional del CSIC en Andalucía, Margarita Paneque; el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), Pedro Mateos; y los directores de la excavación e investigadores del CSIC, Esther Rodríguez y Sebastián Celestino.
Sebastián Celestino ha explicado que "se trata de las primeras figuras humanas de Tartesia, ya que hasta ahora había figuraciones pintadas en cerámicas, pero no había ninguna representación".
También ha detallado que hasta ahora se creía que la cultura tartésica era icónica, pero "nos hemos encontrado con que poco antes de la Dama de Elche ya se hacían este tipo de esculturas".
Sobre las figuras, Esther Rodríguez ha puntualizado que son "rostros idealizados" y que les ha llamado la atención "no solo la belleza de las esculturas, sino sobre todo las joyas que portan", ya que son tartésicas.
"Las arracadas que llevan como pendientes aparecen documentadas en Cancho Roano y otros yacimientos del sur peninsular, por lo que va a revolucionar la historia del arte antiguo en nuestra península", ha señalado la directora de la excavación.
De las cinco cabezas halladas, dos se encuentran enteras y representan la figura de dos mujeres, otra a un guerrero y otra figura "quizás sea también masculina", aunque han puntualizado que siguen trabajando en determinar más detalles.
Lo que sí han confirmado los investigadores del CSIC es que se trata de figuras que pertenecen a un relieve porque la parte trasera de dichas figuras está completamente lisa.
"Seguramente estas figuras cuentan una historia, pero no la podemos reconstruir aún", ha añadido Sebastián Celestino, que ha avanzado que podrían conservar algún pigmento, aunque las piezas están aún en grado incipiente tras su hallazgo.
"Aún no se han hecho analíticas, pero hemos visto restos de color rojo en alguna de ellas", ha dicho al respecto.
En cuanto al significado del hallazgo, Esther Rodríguez ha señalado que "en cierto modo cambia la lectura que desde la historia del arte se había realizado sobre la cultura tartésica".
"Por primera vez le ponemos un rostro idealizado y ya sabemos cómo llevaban sus joyas. Eso nos permite interpretar el uso de su orfebrería o qué personajes la portaban", ha añadido.
Sobre los siguientes pasos, Sebastián Celestino ha detallado que ahora hay que restaurarlas, consolidarlas y limpiarlas.
Además, desde la Escuela de Ingenieros de Almadén van a analizar la procedencia de los materiales empleados en dichas figuras, lo que permitirá a los investigadores determinar la procedencia de los materiales y se sabrá si la piedra viene o no de fuera de la península.
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