"Ahora sé cómo se vive con un nudo constante en el estómago"

Tras patrullar durante 15 años por las calles de Barcelona y ser uno de los agentes más populares de la Ciudad Condal, Pablo Vadillo acepta la propuesta que le lanza Cuatro para mostrar en primera persona cómo se mueve un agente de policía en los barrios más conflictivos de países con alto índice de peligrosidad como Honduras, El Salvador o Río de Janeiro. Cabo Vadillo mostrará que no todo lo que se cuenta en las películas de acción de Hollywood es ficción.

-Es uno de los agentes más condecorado de la comisaría de Las Ramblas de Barcelona. ¿Cree que ha sido su trayectoria lo que ha llevado a La Competencia a fijarse en usted para protagonizar este programa?

-No soy el agente más condecorado ni mucho menos, el más popular de Las Ramblas, puede que sí lo sea... La Competencia se fijó en mí a través de la intervención que tuve en el programa Callejeros, allí me conocieron. Por lo que dicen, les gustó mi carácter y la manera de enfrentarme a realidad de mi trabajo, espero que esa naturalidad llegue también a los espectadores.

-¿Qué le lleva a aceptar un proyecto de televisión como éste? ¿Por qué se decan ta por Mediaset?

- Principalmente conseguir trasmitir a toda la gente cómo es el trabajo de la policía, acercarlos a nuestra realidad y que puedan llegar a ponerse en nuestra piel.

-¿Qué le dijeron en casa cuando dijo que se marchaba a patrullar por los barrios más conflictivos de Sudamérica?

-Yo soy hijo único y, aunque no tengo hijos, puedo ponerme en el lugar de mis padres. Así que decidí no contarle todos los detalles del proyecto, por ejemplo, " olvidé" mencionarles que iba a visitar las ciudades más peligrosas del mundo...no les mentí pero evité mencionarles eso para que no sufrieran más de lo que sabía que iban a sufrir.

-¿En qué se diferencia Cabo Vadillo de los programas sobre policías que se ven actualmente en televisión? ¿Qué opinión le merecen éstos?

- La gran diferencia de este programa respecto a otros es que yo no soy un periodista que acompaña a la policía, yo soy un policía que interviene junto a la policía de las ciudades más peligrosas del mundo. De esta manera, vamos a hacer que el telespectador pueda ver el país desde los ojos de la policía, desde los ojos de un sicario o un narcotraficante.

-Hasta ahora en televisión hemos visto cómo se vive en los barrios y en las cárceles más conflictivas de los países que usted va a visitar pero, ¿cómo es la vida en las comisarías?

- La situación de las comisarías de estos países es muy precaria, sueldos escasos para poder comer, falta de medios incluso para poder salvar sus propias vidas, con horarios interminables y con instalaciones infrahumanas.

-¿Cómo le recibieron los compañeros y qué consejos le dieron antes de salir a patrullar?

-Me han recibido con los brazos abiertos, siempre dispuestos a ayudarme, me ponían al corriente de lo que nos podíamos encontrar desde el minuto uno. Me han hecho sentir como uno más. Me preguntaban cosas sobre España, cuánto tiempo llevaba de servicio y cuando les decía 15 años aún confiaban más en mí.

-¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de esta experiencia televisiva?

- Lo dura que es la vida en zonas de estos países y cómo se puede vivir con ese nudo constante en el estómago. Hay familias que se despiden por la mañana cuando se van a trabajar como si ya no se fueran a verse por la noche. Allí el verdadero infierno está en las calles.

-¿En algún momento de la grabación ha temido por su vida? ¿Ha pasado miedo?

- Sí. Y pasar miedo es lógico si estas cuerdo y estás vivo. El miedo es lo que te hace mantenerte en alerta y aumentar tus probabilidades de supervivencia. Tener miedo no es ser cobarde, es estar cuerdo.

-Tras vivir esta experiencia ¿Considera que España es un país más seguro de lo que pensaba?

-Sin duda alguna España es un país seguro, aquí que te puedan robar, pero allí te arrebatan la vida sin que les tiemble el pulso.

-¿A qué tiene miedo Pablo Vadillo?

-Igual que te digo cuando he pasado miedo, también te puedo decir que a nivel genérico no pienso en miedos. Sólo me limito a enfrentarme a ellos.