La 2 estrena 'Guardianes del patrimonio'

Se siguen las pistas y se reconstruyen los mayores robos de arte sucedidos en España en la última década. Es un problema latente, con redes de robo y tráfico organizadas en torno a la riqueza artística que combaten las fuerzas de seguridad. El relato de las principales investigaciones es lo que propone Guardianes del patrimonio, la nueva serie de La 2 de TVE en la que el detective Jorge Colomar mostrará los casos que han tenido mayor repercusión mediática por su valor o trascendencia del delito.

Este sábado a las siete de la tarde se estrenará el primero de los trece capítulos que forman esta producción realizada también de la mano de la división de Patrimonio Cultural de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

En cada uno de ellos Colomar investigará un caso de robo de arte y presentará al espectador unas líneas de investigación para que le acompañe en la resolución del delito. Y para eso se desplazará al lugar de la incidencia, contactará con los agentes de Patrimonio Cultural que investigaron el caso y con el archivo de la época y la documentación obtenida en las primeras fases de la investigación comenzará a reconstruir los hechos a través de una investigación en la que estará ayudado por los agentes de la división de Patrimonio Cultural que intervinieron en cada caso, con explicaciones de los métodos para seguir los robos.

En concreto, en el primer capítulo de esta tarde se abordará el mediático robo del Códice Calixtino, por lo que Colomar viaja a Santiago de Compostela para reconstruir el robo millonario de este documento clave de la historia medieval de España. El robo se produjo dentro de quienes custodiaban las piezas artísticas de la catedral compostelana, en un suceso que tuvo sus peculiaridades.

La desaparición y expolio de piezas artísticas ha sido una constante en nuestra historia reciente. Según destaca esta producción de RTVE, cada año se producen más de 200 robos del patrimonio artístico español de primera línea, de los que solo un 15% se recuperan.

El robo de piezas de arte mueve más de 9.000 millones de euros al año y la mayoría se producen en domicilios de coleccionistas particulares e iglesias.