Ibáñez, atado a una mesa en la Editorial Bruguera

Las historietas, en ocasiones de proporciones bíblicas, de Mortadelo y Filemón, expresan la propia evolución de la sociedad española. Desde que formaban una extraña pareja a una sola página en Pulgarcito hasta que entraron en gruesos tomos con sus desventuras olímpicas y sus tejemanejes con la actualidad.

El de la levita y el calvo de los dos pelos están tan vivitos y coleando en el papel como su padre y creador, Francisco Ibáñez (Barcelona, 1936), autor de otros tantos personajes con el que se han reído ya un puñado de generaciones: el botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio (¿hay mejor retrato social en viñetas que este dúo?) o Rompetechos, miope disparatado, casi trasunto del propio autor. Y por supuesto hay adelantadas telecomedias en recuadros como La familia Trapisonda y, cómo no, 13 Rúe del Percebe, que a día de hoy sigue estando presente en La que se avecina, heredera de la muy valiosa Aquí no hay quien viva, que bebía del tebeo.

Ibáñez es un trozo bien gordo de la historia del cómic español y no sólo parecía que era uno de los autores más prolíficos de la memorable Editorial Bruguera, es que vivía casi en condiciones de esclavitud al servicio de esos tebeos de la casa, con una factoría inagotable. Humor a precio de coste. El propio Ibáñez lo ha relatado en sus historietas y se ha autodibujado expresando su arte a la vez con pies y manos, atado a una mesa en la que debía destripar garabatos y guiones con chispa.

El autor del edificio más popular de España es uno de nuestros Imprescindibles y La 2 le rinde homenaje a partir de las 21.25. Para hablar de este padre de agentes con disfraz, obreros glotones y directores pelotas recorren el documental figuras heterodoxas como Alaska (que participó en la infausta telecomedia de TVE dedicada a Sacarino), Santiago Segura (que dio vida a un compadre de Ibáñez, otro maestro de los trazos como Vázquez) o Pepe Viyuela, el más evidente Filemón con el que nos podríamos encontrar por la calle.

El ensayista Luis Alberto de Cuenca, la cantante Eva Amaral, el actor Carlos Areces, o la humorista Eva Hache se reúnen en este tributo a Ibáñez, que sigue lucido en su trabajo a los 84 años y con una carrera profesional que dentro de dos años cumplirá una vigencia de 70, un récord en el mundo del cómic.

Clever & Smart, como se conoce en Alemania a Mortadelo y Filemón (Mort & Phil en el Reino Unido), han sido también un fenómeno internacional. Desde los años 70 han protagonizado más de 200 aventuras de unas 40 páginas, divirtiendo a unos lectores sin edad concreta. En los mejores tiempos de Bruguera los personajes de Ibáñez tenían una tirada de un millón de ejemplares al mes y casi todos los personajes llevaron una cabecera de revista con su nombre. Mortadelo llegó a ser la más leída con diferencia, y a su lado, con un perfil de personajes más infantiles, Zipi y Zape, aunque las criaturas gemelas de Escobar tienen un peso sociológico también considerable.

Atados también por la censura durante muchos años, deudores de los intereses de sus editoriales, Ibáñez y José Escobar encabezaban Bruguera aunque en la calle se vivía un duelo vivo de hinchas entre mortadelistas y zipizaperos. Sergi Escobar, nieto del padre de los hermanos, también aporta esta noche su visión de la editorial, sus dibujantes y la intrahistoria tras las viñetas.

Ibáñez, historia de una vida de bocadillos y el inconformismo de los autores de Bruguera, está dirigido por Marcos Hernández Bermejo y Marina Collazo