Wyoming, 'El intermedio' y 2.000 noches después
El programa satírico de La Sexta celebra hoy una edición especial desde el Florida Retiro con políticos y compañeros de cadena
El 30 de abril de 2006 se estrenaba en la recién nacida La Sexta (en Andalucía salvo en Sevilla había que sintonizarla con los nuevos codificadores de la TDT), un espacio satírico semanal titulado El intermedio. Lo presentaba el Gran Wyoming, que venía de darse una costalada en TVE con La azotea. Parecía que aquel público generalista sin tantos canales en su oferta le había dado la espalda al descarado showman que antes de recalar en Caiga quien caiga también había sufrido los contratiempos de la censura en la cadena pública con El peor programa de la semana, con David Trueba.
No parecían tiempos de acidez con Zapatero en un buen momento de popularidad. El intermedio debutó ante un... 0,2% de audiencia. “Si es difícil partir de cero, como hacíamos en La Sexta, más díficil es comenzar con un 0,2”, comentaba a este periódico Miguel Romero, el director del programa (un motor de guionistas) hasta 2016. El que fuera miembro del cuarteto de Rota, hablamos del Carnaval de Cádiz, no hubiera nunca pronosticado que 13 años después y 2.000 noches más tarde El intermedio hubiera estado de pie para contarlo. Y lo consiguieron. Es un formato en forma, que ha superado vaivenes políticos, altibajos en una cadena que tuvo etapas de total desconcierto y hasta la fusión de Atresmedia por la que la cadena de Televisa y las productoras pasaba a Antena 3, que respetó su línea editorial.
Sin esa independencia, sin el inconformismo que ha marcado a este espacio de Globomedia, de clara visión progresista e irreverente, no habría llegado esta noche a su edición especial número 2.000. Será un programa en directo desde el Florida Park (ahora Florida Retiro), con políticos, compañeros de empresa y un buen puñado de famosos. Es el mismo entorno que acogió el programa especial de las primeras elecciones generales en TVE en 1977.
El intermedio, dirigido ahora por Carmen Aguilera, ha aguantado borrascas de polémicas (la última, la de la bandera y los mocos de Dani Mateo), enfrentamientos mediáticos como la acusación de Hermann Tertsch tras haber sufrido una agresión noctámbula o la falsa toma falsa con la que picaron en Intereconomía; ha contado con visitas de dirigentes políticos de casi todos los colores y reportajes comprometidos y serios como los de Gonzo o Sabatés. “Tratamos con humor toda la actualidad: pero todas las noticias son verdad”, recordaba Romero. La actualidad,la verdad, es la base de la saña de los de Wyoming. En el mundo de las fake news El intermedio siempre ha estado en su sitio y por eso se disparan los audímetros cuando suceden cosas: una abdicación, un referéndum ilegal o un vuelco electoral en Andalucía.
Wyoming comenzó con el recordado Juan Luis Galiardo, en un programa que sobrevivió en aquella incubadora de formatos como era La Sexta. Bastó un poco de confianza y el respaldo de pasar a ser una entrega diaria nocturna a la hora en la que los otros canales generalistas, entonces mucho más poderosos que La Sexta, emitían sus informativos. Mientras en unos daban las noticias, en La Sexta contaban “la verdad”.
En el otoño de 2006, después de instalarse la nueva cadena en el mando gracias al mundial de fútbol y tras aquel glorioso verano del baloncesto (todo con la voz de Andrés Montes), El intermedio fue ocupando su sitio en las noches. Thais Villas es la única que ha estado desde entonces. Sandra Sabatés debutó en enero de 2012 relevando a la sonriente Beatriz Montañez. En la primera etapa estaban la coreana de Utrera (broma de los guionistas) Usun Yoon, Yolanda Ramos o Cristina Peña. Al poco llegó Juanra Bonet, que venía de Caiga quien caiga, y en 2010 se sumó Fernando González Gonzo y al año siguiente, Dani Mateo.
La presencia chanante llegó en 2014 con los personajes de Joaquín Reyes y cuando el programa llegó a emitirse los viernes en las primeras temporadas Pablo Carbonell suplía a Wyoming en aquellas noches extras. El espíritu de Caiga quien caiga fue fundamental para que El intermedio prendiera en los primeros meses.
Trece años y dos mil noches son suficientes para un buen homenaje.
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