Alberto Chicote se niega a comer lo que le sirven en 'Pesadilla en la cocina' en su regreso

Tras un parón de más de un año, vuelve Pesadilla en la cocina. Los disgustos de Alberto Chicote, sus reprimendas y las reparaciones para que locales dejados de la mano de Dios tengan una oportunidad ante los clientes y tomar un nuevo rumbo. HIstorias diferentes en cada entrega y un proyecto que ha retomado Warner con el chef madrileño, afrontando la novena temporada. Una remesa de nuevas visitas a restaurantes y equipos que necesitan de ayuda.

El programa vuelve el próximo martes a las 22.45 en La Sexta, un esperado regreso con la nueva temporada de la programación que ya arranca de manera definitiva a partir de este lunes con la vuelta de la mayoría de presentadores titulares a los espacios diarios.

Chicote vuelve y el primer capítulo de esta temporada 9 será en Barcelona. Una capital llena de locales de calidad y de vanguardia que conviven con muchos rincones destinados a sacar los euros a los turistas o desvencijados locales que viven de glorias pasadas.

Es el caso de Nicasso, primera parada de las Pesadillas de 2024. Es un establecimiento enclavado en el barrio del Clot donde su empresario, Manel, malvive sobrellevándolo y pernoctando en un cuarto del local, junto al negocio de su hijo.

Chicote ya tiene los recelos sobre su primer encargo con ese nombre de "Nicasso", que en realidad es un guiño al apellido "Picasso". Junto a su museo tuvo su primer restaurante Manel. El 'coach' hostelero aucde a almorzar al restaurante barcleonés para una primera toma de contacto y se lo encuentra sin nadie, con algunas de las comidas al aire entre el polvo, cables pelados de electricidad y "mucha mierda" como define sinceramente el visitante, que termina de sorprenderse por el desparpajo de Pintxo, el gato adoptado por el dueño y que transita entre las mesas.

El conductor de Pesadilla en la cocina reconoce de inmediato que tendrá mucho trabajo por delante. Y así será. Hay una historia personal además detrás del drama y la pinta de Manel.. Pero antes de descubrir qué hay detrás del dueño del Nicasso, Chicote se enfrenta a su menú y no va a tener muchas ganas de probarlo. Casi se niega a probar bocado y opta por catarlo y poco más. El chef pide callos, tortilla de patatas, pulpo a la brasa y paella de marisco. Ya se verá en antena qué reacción tiene sobre esos bocados, pero Alberto en verdad no tienes ganas de comer nada tras saber de la proliferación de cucarachas en el Nicasso por las lamentables condiciones y la ausencia de limpieza.

Una de las camareras le reconoce que las cucarachas son una plaga (y se intenta exterminar por las bravas). Es tal el asco que de forma casi lógica le sacude a Chicote que probará la comida sólo por responsabilidad profesional. Hay mucha tela que cortar, y sobre todo limpiar, en el Nicasso, restaurante de Barcelona que sigue abierto tras el trabajo del equipo de Pesadilla en la cocina.