El consultorio de Paca, la revelación de 'Veneno'
Atresplayer Premium estrena hoy los dos primeros pases de ‘Paca la Piraña, ¿dígame?’, la tira cómica protagonizada por la mejor amiga de Cristina Ortiz, protagonista de la última serie de los Javis
No fue fácil convencerla, pero lo que no sabía Paca la Piraña es que la serie que preparaban los Javis sobre su amiga, Veneno, se convertiría en una de las mayores alegrías profesionales de su vida. Atresplayer Premium estrena hoy los dos primeros episodios de Paca la Piraña, ¿dígame?, una tira cómica en la que la vedette andaluza aporta su particular visión y consejos sobre cuestiones tan diversas como el amor, la familia, la sexualidad, la moda y el estilo de vida healthy, con el que particularmente no se se siente muy identificada.
Diez piezas, dirigidas por Isabel Durán, que han sido grabadas íntegramente en el domicilio almeriense de la protagonista, donde da rienda suelta a sus reflexiones sobre la vida y a su peculiar forma de expresarse. Esos chascarrillos y rimas picantonas forman parte de su faceta más artística, esa que se fraguó en la década de los 80 en salas de espectáculos de Valencia donde llevaba a cabo imitaciones y parodias de grandes divas de la música nacional como Sara Montiel.
Madre adoptiva de Cristina Ortiz
La ‘mejor coach de España’, como ella misma se define, fue el ángel de la guarda de Cristina Ortiz. Tenían en común su tierra natal, Almería, y la transenxualidad, pero el entorno más cercano de ambas aceptó el cambio de género de manera muy distinta. La familia de la de Adra se sintió avergonzada y nunca dejó de ser José Antonio, especialmente para su madre, María Jesús Rodríguez Rivera. En cambio, Paca tuvo el apoyo y reconocimiento de los suyos. Probablemente por ese motivo, la nueva Elena Francis de la cadena de San Sebastián de los Reyes se convirtió en consejera, protectora y madre adoptiva de su mejor amiga.
A principios de los noventa, antes de que Cristina diera el salto a la fama televisiva en Esta noche cruzamos el Mississippi (Telecinco) y posteriormenta en La sonrisa del Pelícano (Antena 3), Paca se traslada a la costa mediterránea por cuestiones laborales. Todo fue a las mil maravillas hasta que el mundo del espectáculo ligado al transformismo empezó a sufrir una fuerte crisis, que le obligó a compaginarlo con la prostitución.
Hasta allí se desplazó Cristina cuando en 2006 salió de la prisión de Aranjuez, donde cumplió tres años de cárcel y fue víctima de violaciones y maltrato. Paca se convirtió en su refugio, en el mejor apoyo para superar una de las peores épocas de su vida.
Eran en inseparables, incluso en las últimas intervenciones de La Veneno en Sálvame, acudieron juntas y en defensa conjunta. Cristina, fiel a su esencia, se dejaba llevar por la pasión del momento, pero allí, a su vera, estaba su amiga para sosegarla y hacerle algún reproche cariñoso sobre su soez verborrea.
Hasta en cuatro ocasiones se desplazaron los productores a Almería, donde regresó en 2018, con la intención de convencerla para que hacer de sí misma en Veneno, basada en el libro de Valeria Vegas: ¡Digo! Ni puta, ni santa. Las memorias de La Veneno.
Asegura Javier Calvo que en aquellos encuentros compartieron mesa en su restaurante chino favorito y entre rollitos de primavera y arroz tres delicias lograron persuadirla. Ambrosi destacaba de Paca, uno de los descubrimientos de este confinado 2020, su generosidad por formar parte de un proyecto con un desenlace tan desdichado: la despedida definitiva de su mejor amiga, a la que cuatro años después de su muerte defiende con uñas y dientes.
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