"Esta es una mirada rigurosa y fresca del franquismo"

Entrevista a Luis Carrizo

DMax estrena a las 22.30 los dos primeros capítulos de 'El franquismo en color', continuación de 'La Guerra Civil en color', vista en 150 países

Manuel Fraga, en su etapa de ministro de Información y Turismo, en una imagen coloreada para la serie
Manuel Fraga, en su etapa de ministro de Información y Turismo, en una imagen coloreada para la serie / Discovery
Francisco Andrés Gallardo

21 de mayo 2019 - 05:00

La Guerra Civil en color se vio en más de 150 países, a lo que aspira también su continuación, El franquismo en color. DMax estrena a las 22.30 esta producción de Minoría Absoluta (Polònia), que recorre la historia del régimen de Franco con recuperación de centenares de documentos, algunos inéditos, y coloreados para darle una renovada imagen. Luis Carrizo es el director de este trabajo.

El cartel anunciador de la hagiografía de Franco, en 1966, en un cine de la Gran Vía
El cartel anunciador de la hagiografía de Franco, en 1966, en un cine de la Gran Vía / Discovery

–Han sido meses viajando por el tiempo ¿cómo es la experiencia de ‘colorear’ el franquismo?

–Apasionante. Han sido dos años de trabajo, de selección, redacción y posproducción de las imágenes. Queríamos acercarnos al público de hoy y contar este período sobre todo a las nuevas generaciones.

–¿Han descubierto cosas que no conocían?

–Hemos tenido acceso a datos que nos han sorpendido. La serie es un mirada fresca, rigurosa y no contaminada.

–¿Cómo han contado casi 40 años de nuestro pasado?

–Lo hemos dividido por épocas. Es una panorámica, pero no se puede ser exhaustivo si hay que contar 36 años. Hemos querido es imprimir una nueva mirada y narrar, desde lo que fue totalitarismo fascista, de qué manera fue mutando el franquismo para sobrevivir y terminó entrando en decadencia.

–¿Y cómo se acercan al público de hoy con imágenes de ayer?

–Hay que hacer un relato vibrante, con ritmo de ahora.La serie cuenta con 4 capítulos que son otros 4 períodos históricos. Arranca con un régimen que queda en entredicho cuando acaba la Segunda Guerra Mundial. A continuación, contamos cómo bregó por su aceptación internacional entre 1945 y 1959. La Guerra Fría juega a favor y Franco se afianza porque se le tolera. Después narramos la etapa entre 1959 y 1968, el desarrollismo;y el período de agonía final, cuando arrecian las disidencias, surge el terrorismo y se agudiza el rechazo internacional.

La selección de la URSS en la final de la Copa de Europa de 1964
La selección de la URSS en la final de la Copa de Europa de 1964 / Discovery

–¿El No-Do ha sido clave?

–El No-Do es la base de trabajo y hemos ido a buscar los pocos reportajes sobre España en las televisiones belga o francesa en los años 60. Hay una película valiosa, España 68, de Helena Lumbreras que captó las revueltas estudiantiles, el concierto de Raimon.

–¿La decadencia definitiva la marca el Proceso de Burgos?

–La presión internacional era asfixiante y a partir de ahí el búnker se gestionó con muchos errores. El franquismo nunca dejó de ser totalitario, pero la gente empezó a perder el miedo a finales de los 60.

–Nunca existió reconciliación...

–Nunca hubo una honesta intención de reconciliación. Se hicieron gestos, cuando interesaba, ante Estados Unidos, Europa. Se mantuvo un continuo espíritu de venganza.

–¿Alguna imagen coloreada que le haya impresionado?

–Las ceremonias militares de la posguerra. Esa imaginería sobrecoge a día de hoy.

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