Francisco Andrés Gallardo

'The Floor', ese programa con Chenoa que debes ver pero que su horario lo hace difícil

Chenoa en la presentación de 'The Floor'
Chenoa en la presentación de 'The Floor' / RTVE

La 1 ha recuperado uno de los formatos recientes de concurso con más posibilidades en cuanto a su mecánica y objetivo. En The Floor cien participantes luchan duelo a duelo mortal, en pruebas temáticas a contrrareloj y gana quien al cabo de los programas se queda con todo el mapa de casillas. Es un juego de mesa gigante que con tono y ritmo se convierte en adictivo, como una telenovela donde los concursantes más carismáticos son protagonistas intermitentes.

The Floor comenzó en Antena 3 y se estrenó en pleno verano. En esta privada hubiera merecido mejor suerte, la oportunidad de una continuación. Era cuestión de pulir aspectos y aliviar el peso de las historias personales, a veces forzadas, de los concursantes. La 1 ha incorporado este recomendable formato a la noche de los miércoles, producido por una nueva firma, Satisfaction Iberia. Pero hubo que esperar hasta bien pasadas las once para contemplar el estreno. Excesos irrespetuosos con los horarios con el fin cortoplacista y roñoso de que La Revuelta gane, o no, décimas de audiencia. No merece la pena si el estreno es bueno, como confirmaron los índices de audiencia.

Chenoa es la nueva presentadora y tan acostumbrada a las cámaras y al trato directo le viene como un guante ser la anfitriona de la numerosa concurrencia donde a cada momento cambia todo. Insistir en las reglas cuando hay más de una decena de duelos por entrega se hace reiterativo. Cada enfrentamiento tiene su pequeña historia y es difícil como espectador no intentar interactuar con las preguntas eliminatorias.

The Floor ha ganado con su conductora, sin desmerecer al anterior presentador, Manel Fuentes, y también gana en competitividad en el tablero con el premio de cada noche a quien tenga más territorios. El rescatado concurso tiene aspecto abigarrado pero un desarrollo ágil y en dosis. Para un público que lo ve desafiando no irse a la cama ya tiene más aliciente que el resto del lujoso trastero que es el prime time español.

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