Cartagena, Hernández y Moura consiguen un trofeo cada uno
Andy Cartagena, Leonardo Hernández y Joao Moura consiguieron los únicos trofeos en la segunda corrida de la Feria de Castellón, que se saldó con un buen espectáculo. En el balance del espectáculo, con media entrada del aforo cubierto, se lidiaron seis toros de la ganadería de Castillejo de Huebra, bien presentados y que dieron un juego desigual. Andy Cartagena, una oreja; Sergio Galán, saludos tras ovación; Joao Moura, una oreja; Leonardo Hernández, una oreja; Manuel Manzanares, saludos tras ovación; Lea Vicens, saludos tras ovación y dos avisos.
Al borde del triunfo quedaron los rejoneadores que ofrecieron un buen espectáculo en la segunda de la Magdalena de Castellón. Una oreja pasearon Andy Cartagena, Joao Moura y Leonardo Hernández pero también gustaron el clasicismo de Galán o la voluntad de Manzanares y Lea Vicens. Triunfos menores al entretenido festejo que da por finalizada la primera parte de la feria de la capital de La Plana.
Leonardo Hernández cortó una trabajada y merecida oreja del cuarto ante un toro manso con el que tuvo que arriesgar. Ya en la primera parte, el astado pegó arreones y se acunó en tablas pero el jinete, a base de constancia y de estar por encima del toro, logró arriesgar para alcanzar el triunfo. Lo mató de un rejón aunque tardó en caer. El mejor, hasta el momento, fue el tercero de Castillejo de Huebra.
El portugués Joao Moura realizó una faena limpia y concisa, que mucha conexión con los tendidos. El jinete llevó cosido al astado, toreando de costado para, después, poner tres banderillas largas y tres cortas. El rejón de muerte fue muy efectivo y la oreja, unánime.
Andy Cartagena cortó la primera oreja de la tarde gracias a su buen hacer ante un toro que se rajó pronto. El benidormí intentó encelarlo, dejándose llegar a la grupa para conseguir momentos emocionantes. La labor llegó al tendido, junto con un rejonazo de efecto fulminante le sirvió para pasear el primer triunfo del festejo.
Sergio Galán estropeó una buena actuación con el fallo reiterado con el descabello. No hizo justicia a lo que realizó antes, desde que recibió al toro con Amuleto en la puerta de toriles, al clasicismo con el que realizó cada suerte con Ojeda y Apolo. Destacó un par a dos manos.
Lea Vicens se complicó el triunfo en el último tercio porque estuvo valiente y con mucha voluntad de agradar. Lo más destacado vino al violín, cuando el toro apretó al final de la suerte, solventando dignamente el envite.
Manuel Manzanares estuvo por encima del descastado quinto que condicionó toda la labor. El rejoneador le puso voluntad, se dejó llegar muy cerca al toro pero no pudo sacarle lucimiento. Erró dos veces con el rejón supremo.
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