Expectación en el preludio de la primera tarde Los toros desde la barrera
Aratos sol y a ratos sombra. Así transcurre la mañana de viernes en Huelva, en un verano que tarda en llegar. Suena el ruido metálico de los barriles de cerveza, que ruedan calle abajo empujados por unos camareros, mientras que otros atienden al gentío que se reúne en la barra que rodea la Plaza de Toros de La Merced. El clima tan impropio y otoñal no impide que decenas de personas quieran disfrutar del preludio de la primera tarde de toros de las Fiestas Colombinas.
Al entrar en la plaza se observa un continuo ir y venir, corrillos de gente que charla animadamente; pero también se ven caras serias, se palpa la expectación y la impaciencia de algunos de los presentes. El sorteo de los toros que se lidiarán en la faena vespertina está a punto de comenzar. Los mozos esperan apoyados en la barandilla de los chiqueros, aún vacíos. Siete toros esperan en el corral de la plaza, contemplados por los miembros de las cuadrillas. Murmullos y señas por doquier.
En la pequeña sala contigua a la cuadra, el presidente de la plaza de La Merced, Juan León, ya se encuentra tras el escritorio de madera, ataviado con un sombrero cordobés. Los banderilleros de la cuadrilla de Enrique Ponce, Iván Fandiño y Alejandro Talavante llegan a la habitación, y Juan León se quita el cañero. Por orden de antigüedad en la trayectoria taurina de cada diestro, van sacando del sombrero papeles de fumar muy bien doblados, en los que se encuentran escritos la pareja de astados que torearán. Una vez realizado el sorteo, observan a los animales, y realizan comparativas sobre los pitones, la alzada y el pelaje. Algunos conformes con su suerte, otros menos. Poco a poco van abandonando el coso.
Horas después, el sol pega con fuerza. Cientos de personas se encuentran en el exterior de la plaza. Un ambiente que se repite año tras año en las Fiestas Colombinas. Maestros, novilleros, espadas, esperan para disfrutar de los festejos. También políticos, críticos, prensa y sociedad asidua a este evento clave en la feria onubense por su gran tradición. Suenan los cascabeles del coche de caballos en el que vienen mujeres engalanadas con mantillas de encaje blanco y broches de plata que brillan tanto como el sol. La banda de música entona el clásico Mi Huelva tiene una ría. Abanicos de papel y vivos colores adornan el suelo de la calle. Se cierra la gran puerta de madera y da comienzo la primera tarde taurina de las Fiestas Colombinas 2014 en la plaza de La Merced.
CUALQUIER festejo taurino está lleno de matices. Desde la barrera, la panorámica de la tarde brindó a nuestro viñetista Esteban este momento en el que la desesperación de Fandiño frente al quinto acaba por acarrear el poco acierto con los aceros. Visto en clave de humor, estos momentos formarán parte habitual de este rincón de nuestro especial.
Fuera de cacho se quedan en la recámara el momento culminante de un monosabio 'poniendo en suerte al caballo del picador' , el de dos señoras comentando su particular festejo desde el tendido o el ambiente de unos señores de trazo elegante pasándose por la Puerta Grande de la plaza. Prometemos recuperarlos todos ellos, pero valga como cita y encuentro diario durante la feria este apartado en clave simpática.
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