Goyesca para la posteridad en Madrid
Desde 1996 Madrid no vivía una goyesca del 2 de mayo tan emocionante y triunfal como la de ayer. Por aquel entonces fue Joselito el encargado de firmar una de las tardes más gloriosas de cuántas se recuerdan en la historia de Las Ventas. Diecinueve años después el triunfo fue compartido a partes iguales por un heroico Alberto López Simón y un soberbio Morenito de Aranda, que protagonizó la faena más completa de la tarde frente a un toro de bandera de Montealto. Precisamente esta ganadería madrileña se merece también compartir los titulares de la tarde, pues lidió una gran corrida de toros. Los seis embistieron y sirvieron mucho para hacer el toreo, pero del sexteto habría que destacar sobre todo al bravísimo quinto, de nombre Frutero, una máquina incansable de embestir, un gran toro. Lástima de las dos graves cornadas que enturbiaron en parte el festejo, una para Ángel Teruel, que quedó inédito ante un toro que se movió sin mayores complicaciones y con el que estuvo constantemente en un mar de dudas y precauciones, y otra para López Simón, que se erigió en titán para aguantar el dolor y no volver la cara, y seguir en el ruedo como si no estuviera herido. En la enfermería fue operado Ángel Teruel de una cornada en el muslo derecho, con dos trayectorias y de "pronóstico grave".
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