Gran tarde de toros y toreros en el coso de San Lorenzo de El Escorial
Los diestros Antonio Ferrera y Miguel Abellán salieron a hombros junto al mayoral de la ganadería de Carlos Charro en el mano a mano que dirimieron en San Lorenzo de El Escorial (Madrid).
El primero de Ferrera tuvo buen son por el pitón derecho, y el extremeño, que brilló con capote y banderillas, lo exprimió en una labor de suavidad y buen gusto. Al natural también logró momentos meritorios. El tercero tuvo más pies de salida y Ferrera lo saludó con una larga en el tercio. Volvió a destacar su espectáculo con los rehiletes, y ya en la muleta se vio a un Ferrera muy entregado, disfrutando de cada embestida del extraordinario toro para firmar una obra cumbre. El pinchazo previo a la estocada dejó todo en una oreja. El quinto tuvo también movilidad aunque con aspereza. Robó muletazos limpios ante un animal que acabó domeñado por completo. Un feo metisaca le hizo perder los trofeos.
Abellán toreó variado de capote a su primero, al que cuajó una faena rotunda y compacta, de mucho regusto, y mejor argumentada por la izquierda, lado por donde el burel se desplazó mejor. Toreo encajado, ajustado y de suma prestancia el que interpretó Abellán, que, tras varios adornos y una buena estocada, cortó las dos orejas. Bonito galleo por la espalda para poner en suerte de Abellán, que interpretó junto a Ferrera un sorprendente quite al alimón por chicuelinas, suerte que ejecutó también el sobresaliente Salvador Ruano. La faena de muleta la comenzó con las dos rodillas en tierra para, a continuación, irse a los medios y pegar un pendulazo, prólogo a una labor en la que suavidad, gusto y hondura fueron sus principales baluartes, aunque el borrón con la espada dejó todo en una ovación. El sexto, que echó mano en banderillas a Juan Rivera, no tuvo la franqueza de sus hermanos, pero Abellán, a base de mucha disposición, solventó la papeleta. Gran estocada, y dos orejas.
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