Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
El novillero salmantino Alejandro Marcos protagonizó un ilusionante debut en Las Ventas gracias a la notable faena que llevó a cabo ante su primero, dilapidada a última hora con los aceros. Se lidiaron cinco novillos de González Sánchez-Dalp y un sobrero -el primero- del Puerto de San Lorenzo, que sustituyó a un remiendo de este mismo hierro, bien presentados y de juego desigual. El mejor, el tercero, aplaudido en el arrastre; el primero fue también manejable y el sexto fue encastado. Los otros tres apenas se prestaron por falta de raza, fuerzas o por desarrollar mal estilo. Juan Miguel, silencio tras aviso y silencio tras aviso. Clemente, ovación y silencio. Alejandro Marcos, ovación tras aviso y silencio tras aviso. La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde agradable.
Alejandro Marcos logró lo mejor del espectáculo ante el mejor novillo del envío. Gustó manejando el percal, tanto con las bonitas verónicas que dibujó en el recibo como en un posterior galleo por chicuelinas para poner en suerte a un novillo que, ya por entonces, apuntaba cosas muy buenas por su fijeza y briosa movilidad. El joven salmantino sorprendió también por el pellizco y la suavidad con la que trata de hacer el toreo. Todo con personalidad y componiendo muy bien la figura. Muy bien el torero, pero falló con la espada.
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