Manzanares y El Fandi, a dos orejas por coleta, y una para Ponce
En la plaza de toros de Huesca, con lleno, se lidiaron toros de El Pilar, el cuarto como sobrero. Enrique Ponce, silencio tras aviso y oreja tras aviso; El Fandi, silencio y dos orejas y José María Manzanares, dos orejas y silencio.
El tercero, muy flojo. Manzanares consiguió series con plasticidad. Al final hubo una perfecta conjunción entre toro y torero. Tras matarlo de una entera recibiendo, Manzanares cortó dos orejas de unánime petición. El sexto, con una embestida brusca y de pronta reposición. Manzanares templó.
El quinto tampoco fue un dechado de fuerza y casta, pero humilló en la muleta. El Fandi cumplió y mató al primer envite. El Fandi cautivó a los peñita de sol boca en el segundo de la tarde. Lo lidió en los medios con mucha suavidad y a media altura, tratando de que el animal se mantuviera en pie. Lo mató con eficacia.
El cuarto fue devuelto por inválido y le sustituyó otro ejemplar del mismo hierro. El sobrero escaseó igualmente de fuerza. Enrique Ponce puso su mejor voluntad pero la faena no pudo tomar altura. Tras una gran estocada, sonó un aviso y el presidente dejó el pañuelo, lo que fue entendido como una oreja. Enrique Ponce no quiso pasearla. Al primero le faltó fuerza y casta. El valenciano realizó una faena con oficio, pero falló con la espada.
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