Manzanares, rey del ciclo sevillano

El diestro alicantino consigue su segunda Puerta del Príncipe tras una actuación histórica en la que corta cuatro orejas y receta, en la suerte de recibir, una de las estocadas más importantes de los últimos tiempos

Manzanares, en un natural a su segundo toro, al que desorejó en el festejo del 20 de abril, en el que cortó un total de cuatro orejas.
Manzanares, en un natural a su segundo toro, al que desorejó en el festejo del 20 de abril, en el que cortó un total de cuatro orejas.
Luis Nieto / Sevilla

01 de mayo 2012 - 01:00

La Feria de Abril de 2012 pasará a la historia con el nombre de José María Manzanares. Sumó su segunda Puerta del Príncipe. El alicantino ha sido coronado rey del ciclo sevillano.

Gracias a una naturalidad increíble, Manzanares volvió a conquistar los corazones de los aficionados sevillanos. Sucedió el viernes 20 de abril -otra fecha para los anales de la Maestranza y del propio diestro-. Manzanares desgranó un toreo de temple y gusto, de inteligencia y torería, que sólo está al alcance de los elegidos. Arte puro. Fueron dos faenas distintas, en función de sus toros. Más meritoria la realizada a su segundo, con tandas más cortas, debido a que fue a menos. En la suerte suprema, volvió a rubricar que se ha convertido en uno de los mejores estoqueadores de la historia de la tauromaquia. Mató a ambos bureles en la suerte de recibir; y al segundo, tras aguantar un par de amagos del astado, le recetó una de las mejores y más emocionantes estocadas de los últimos tiempos. En su primera tarde, el Domingo de Resurrección, cortó una oreja a un toro de Juan Pedro, anovillado y flojo. Y en su tercera comparecencia, aunque sin trofeos, volvió a demostrar su gran momento en la corrida de Núñez del Cuvillo.

Del resto de matadores de toros a los que se les da trato de figuras, quien mejor respondió fue Alejandro Talavante, quien en dos tardes consiguió sendos trofeos. Cortó una oreja, dando la talla, sin amilanarse, el día del gran triunfo de Manzanares y, posteriormente, consiguió otro trofeo de un toro de Jandillla.

Decepcionaron, en gran medida y distinto grado, cuatro toreros que eran pilares fundamentales -tres tardes cada uno-: Morante de la Puebla, El Cid, Luque y Castella. Se marcharon de vacío. Morante no pasó de bellos apuntes a la verónica el Domingo de Resurrección y un precioso quite por chicuelinas a su último toro. El Cid tampoco cumplió con las expectativas. Luque plasmó sus mejores momentos con un buen toreo a la verónica el Domingo de Resurrección y en su última tarde se eternizó en un buen trasteo que no remató con la espada. Y el francés Castella pasó de puntillas.

Dentro de unos resultados artísticos muy pobres, Joselito Adame, López Simón, Iván Fandiño, David Mora, Antonio Nazaré, Esaú Fernández, El Fandi y Rafaelillo cortaron una oreja cada uno. Adame gustó por su calidad en su debut en Sevilla, con una faena medida y preciosa. López Simón, en su doctorado, logró una faena variada, con ligazón y temple, que acabó en una cornada leve en su pierna derecha, a cambio de un espadazo. Fandiño, que también contó con dos tardes, cortó una oreja a un toro de Victorino Martín. Mora, sin cubrir expectativas con victorinos, consiguió un trofeo de un gran toro de El Pilar por una faena notable. Nazaré, que hizo doblete, cortó una oreja en su segunda actuación, tras ser herido en el gemelo de la pierna derecha, de pronóstico leve. Fernández consiguió su premio en la corrida de Fuente Ymbro. El Fandi, que hizo doblete, consiguió otro trofeo bajo un diluvio. Y en el cierre, Rafaelillo cortó una oreja en la miurada.

Dos guerreros, Juan José Padilla y El Fundi, fueron tratados cariñosamente en la Maestranza. El jerezano cumplió en su retorno a la Maestranza, tras su gravísima cornada del año pasado en Zaragoza; y el de Fuenlabrada, en su despedida, dio una vuelta al ruedo. Ambos despacharon toros de ganaderías denominadas comerciales; como premio a sus intachables trayectorias.

Aunque sin trofeos, destacaron Saúl Jiménez Fortes, Oliva Soto, Luis Bolívar, Javier Castaño, Alberto Aguilar, Diego Silveti y José Luis Moreno. En blanco, Salvador Cortés, Antonio Barrera y Rivera Ordóñez. Decepcionaron Diego Urdiales y, fundamentalmente Cayetano, quien en su única tarde estuvo por debajo de un buen lote; al igual que El Cordobés.

En la novillada, bella faena de Fernando Adrián a un gran fuenteymbro; oreja al debutante Gonzalo Caballero, muy verde para su presentación en Sevilla; en tarde en la que Javier Jiménez pechó con el lote más complicado.

El festejo de rejones, con Cartagena, Ventura y Hernández resultó gélido y se saldó sin trofeos (¡lo que ya es noticia en un espectáculo ecuestre!). Y en el espectáculo matinal con seis rejoneadores, Ventura, en comparación con el resto, estuvo intratable, cortando dos orejas. Con un trofeo: Noelia Mota, en su presentación, y Fernandes, quien perdió a Xalín, por una cornada en el vientre.

En el aspecto ganadero se ha dado un paso atrás. Bien por escaso trapío o mal juego; o, incluso por ambas condiciones, el balance ha sido desalentador y paupérrrimo. Además, el tercio de varas ha sido un simulacro en demasiadas ocasiones. Ni una corrida completa, ni tampoco un toro de máxima categoría. Interesantes: Victorino Martín, desigualmente presentada, descollando un toro; Fuente Ymbro, bien presentada, destacando otro; El Pilar, con un toro de gran transmisión en la muleta; y Torrestrella, con una buena presentación y nobleza. Cuadri, imponente en trapío, resultó complicada y Miura estuvo marcada por su blandura. A la baja: Garcigrande, Torrehandilla y Núñez del Cuvillo, que andaron en la cuerda floja. Y de pésima nota fueron los encierros de Daniel Ruiz, mal presentado e inválido; El Ventorrillo, descastadísimo; Conde de la Maza, mansada superlativa. Jandilla, bien presentada, de juego desigual, con la flojedad como denominador común. Por su parte, Juan Pedro Domecq, que lidió el Domingo de Resurrección, en su retorno a Sevilla, decepcionó con una corrida desigualmente presentada, noblota y muy blanda en su conjunto. En cuanto a los hierros que lidiaron en corridas de rejoneo, destacó en positivo el de Bohórquez y falló El Capea.

En cuadrillas, aunque el elenco de nombres es amplio, destaca en su conjunto la de Manzanares, totalmente compenetrada y magistral tanto en varas, brega y banderillas: Barroso, Chocolate, Curro Javier, Trujillo y Blázquez despertaron pasiones, con toda justicia, en el público.

La Feria de 2012, mal planteada, con ausencias significativas, como las de El Juli -Puerta del Príncipe en las dos últimas ediciones-, Perera, Curro Díaz o José Tomás y sin carteles redondos arrojó un balance muy pobre, con pérdida de abonados y público. En uno de los ciclos abrileños más desalentadores, en todos los sentidos, de las últimas temporadas, Manzanares, en estado de gracia, fijó su nombre en letras de oro.

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