Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
La falta de raza y de fondo de la terciada corrida de la divisa de Fuente Ymbro anuló toda posibilidad de emoción en la segunda corrida de la feria de San Isidro celebrada ayer en Las Ventas, a excepción de un segundo toro con más movilidad que fondo de bravura.
Seis toros de Fuente Ymbro (el tercero, como sobrero), de terciada presencia, aunque con seriedad en las cabezas, y de juego manejable pero muy descastado, a excepción del segundo, con más movilidad que fondo de bravura.
César Jiménez: estocada trasera tendida y descabello (silencio); estocada baja trasera (silencio).
Paco Ureña: estocada caída delantera y cinco descabellos (silencio); estocada trasera desprendida (silencio).
El Payo: estocada trasera desprendida y dos descabellos (silencio tras aviso); pinchazo hondo y cuatro descabellos (silencio). Tres cuartos.
Entre las cuadrillas, fueron ovacionados los picadores Pedro Iturralde y Tito Sandoval.
Sólo un toro, una única excepción a la norma, impide hacer tabla rasa a la hora de calificar globalmente la descastada corrida que soltó en Las Ventas la ganadería de Fuente Ymbro. Porque entre tanta sosería, entre tanta nobleza desfondada e insulsa, el segundo de la tarde tuvo al menos una briosa movilidad momentánea.
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