La flota de Magallanes suma dos muertos más en apenas tres días

Diario de una gran hazaña | Capítulo 22 (15 de julio de 1520)

El maestre de la nao 'San Antonio', Juan de Elorriaga, ha fallecido hoy víctima de las heridas sufridas por Gaspar de Quesada al intentar impedir el motín del 1 de abril

Un calafate italiano pierde la vida al caer enfermo, lo que eleva a 12 las víctimas mortales registradas en la expedición en 10 meses

Este monumento en Puerto San Julián recuerda que el 1 de abril de 1520 la flota de Magallanes celebró aquí la primera misa de la historia en el cono sur de América.
Este monumento en Puerto San Julián recuerda que el 1 de abril de 1520 la flota de Magallanes celebró aquí la primera misa de la historia en el cono sur de América. / D.C.
Francisco Sánchez Zambrano

15 de julio 2020 - 05:00

Cuando faltan cinco días para que se cumplan los diez primeros meses desde que la flota de las especias partiera de Sanlúcar el pasado 20 de septiembre, la expedición tiene que lamentar ya la pérdida de una docena de vidas. Este oscuro panorama se ha ennegrecido aún más en este mes de julio, cuando en pleno confinamiento invernal en Puerto San Julián, en la Patagonia, se han producido dos fallecimientos más en apenas tres días.

Y es que hoy, 15 de julio de 1520, ha tenido lugar la muerte de Juan de Elorriaga, maestre de la nao San Antonio. Este oficial ha terminado sucumbiendo después de estar luchando por su vida durante tres meses y medio. En concreto, Elorriaga resultó herido durante el intento de motín vivido en este enclave del cono sur de América el pasado 1 de abril.

Fue el día anterior, el 31 de marzo, cuando Magallanes decidió que la flota fondeara en esta bahía debido a las malas condiciones climatológicas provocadas por el incipiente invierno austral. Al día siguiente, el 1 de abril, y coincidiendo con la festividad del Domingo de Ramos, se celebró en tierra, en una zona bautizada como Puerto San Julián, en la bahía del mismo nombre, la primera misa de la historia en esta tierra tras al sur del nuevo continente. Y pocas horas después de la eucaristía estalló ese intento de motín que el capitán general de la flota, Fernando Magallanes, atajó a tiempo.

En esa revuelta se produjeron algunas víctimas mortales y varios heridos. Uno de ellos fue Juan de Elorriaga, que se posicionó desde el primer momento al lado de Magallanes. Y Gaspar de Quesada, entonces capitán de la nao Concepción y que terminó siendo ajusticiado, le asestó algunas heridas de espada que con el paso de las semanas le ha terminado costando la vida al maestre de la San Antonio.

Pero, como las tragedias nunca vienen solas, esta no ha sido la única pérdida que ha sufrido la flota de las Molucas en estos días. Y es que el pasado día 12 de este mismo mes de julio fallecía igualmente un calafate –carpintero de barco– de nacionalidad italiana enrolado en la nao Trinidad. Una enfermedad, provocada posiblemente por el intenso frío, terminó originando este nuevo fallecimiento.

Con tantas bajas la tripulación de las cuatro naos que permanecen operativas ronda ahora las 230 personas. Todos ellos siguen esperando a que mejore la climatología para que Magallanes ordene a la flota zarpar de nuevo en busca del paso interoceánico. Y es que estos cuatro meses en tierra se están haciendo terriblemente largos.

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