Magallanes toca tierra al fin
Diario de una gran hazaña | Capítulo 6 (13 de diciembre de 1519)
La flota de las especias desembarca en Río de Janeiro, ahora rebautizado como Santa Lucía, tras dos semanas navegando junto a la costa de Brasil
El capitán general de la flota asegura que, a la vista de sus cálculos, la zona del desembarco pertenece a España de acuerdo con el Tratado de Tordesillas firmado con Portugal
Cádiz/Después de 84 días de navegación desde que zarpara de Sanlúcar de Barrameda el pasado 20 de septiembre, la flota de Magallanes hoy ha tomado tierra al fin en la costa de Brasil.
Fue a finales de noviembre de este año cuando las cinco naos que conforman esta expedición avistaron al fin Brasil, en concreto el cabo de San Agustín o Cabo Branco, que es la punta más oriental de esta zona sur del nuevo continente que descubriera Cristóbal Colón hace ahora 27 años.
Sin embargo, Fernando de Magallanes, capitán general de esta flota de las especias, volvió a sorprender una vez más al resto de los capitanes y a las cinco tripulaciones cuando, tras avistar suelo brasileño, decidió que aún no era el momento de desembarcar y que había que seguir navegando ahora con rumbo sur.
Casi dos semanas ha estado la flota navegando en esta dirección y siempre en paralelo a la costa de Brasil, hasta doblar el conocido como Cabo Frío. Y ha sido hoy, 13 de diciembre de 1519, cuando las cinco naos han recibido la orden de fondear en una zona que años atrás fue bautizada por los portugueses como Río de Janeiro. La orden del capitán general ha sido permitir el desembarco pero siempre dejando un retén de guardia en cada una de las embarcaciones.
Del mismo modo Magallanes ha ordenado que una de estas naos realice un rodeo de vigilancia por la zona para comprobar que no haya presencia portuguesa en este punto del continente americano. Este cometido ha recaído en la Santiago que es la más pequeña de las cinco naves pero que por su condición de híbrido entre nao y carabela hace que sea la más capacitada de todas ellas para remontar las desembocaduras de los ríos.
Nada más tomar tierra en Río de Janeiro la primera decisión que ha tomado Magallanes ha sido rebautizar esta zona, a la que ha llamado Santa Lucía de acuerdo con el santoral y la coincidencia de la festividad hoy de esta santa italiana.
Esta decisión la ha adoptado el capitán general de esta expedición a las Molucas porque, según sus cálculos, está convencido de que esta zona ya pertenece a la Corona española y no a Portugal de acuerdo con el Tratado de Tordesillas que ambos países firmaron en 1494. En virtud de ese acuerdo se estableció un reparto de las zonas de navegación y conquista del océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante una línea situada 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde.
En concreto, Magallanes considera que después de navegar tanto hacia el oeste la expedición que lidera ha logrado sobrepasar el meridiano de demarcación fijado en el Tratado de Tordesillas y que, por tanto, Río de Janeiro –o ahora Santa Lucía– está ubicado ya en la parte del planeta de predominio español.
El lugar en el que ha desembarcado la flota de las especias es una amplia bahía rodeada de montañas, hermosas islas e indígenas que se han mostrado muy cercanos y contentos de recibir visita. En la zona hay claros vestigios del paso de los portugueses, aunque de momento no se ha detectado la presencia actual de tropas o expedicionarios lusos en este enclave.
Hay que recordar que la Armada portuguesa se atribuyó el descubrimiento de Brasil hace ahora 19 años, en concreto en abril de 1500. Sin embargo, hay documentación que confirma que dos navegantes españoles, Vicente Yáñez Pinzón y Diego de Lepe, ya estuvieron en este punto al sur del nuevo continente en enero y febrero de ese mismo año 1500, respectivamente.
De momento Magallanes no ha anunciado cuánto tiempo permanecerá la flota fondeada en Santa Lucía, aunque el objetivo prioritario es que la flota recomponga fuerzas y almacene nuevos víveres. Y antes de reemprender la ruta hacia el sur en busca del paso transoceánico a las Molucas, Magallanes tiene aún pendiente un juicio sumarísimo al maestre de la nao Victoria y a un grumete que fueron detenidos durante la navegación a través del Atlántico por practicar un acto de sodomía, que en la fecha actual está considerado un delito que está penado con la muerte.
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