Leyendas de carretera en un mundo infectado

Videojuegos | Análisis 'Days Gone'

Memorias de motocicletas, engendros y supervivencia en una tierra podrida

Una imagen del juego.
Una imagen del juego.
Víctor Moyano · Elsotanoperdido.com

01 de mayo 2019 - 12:06

Los videojuegos exclusivos funcionan como un buen reclamo para esa parte de la comunidad de jugadores a los que les gusta el valor de una marca. Sin entrar en rivalidades insípidas, lo cierto es que los desarrollos exclusivos nutren de forma variada el catálogo de una plataforma haciendo atractivos los ingredientes de la sobremesa, y, también, de los compatibles.

Dentro de estos denominados exclusivos nos encontramos, además, con desarrollos triple A, o lo que es lo mismo: las superproducciones millonarias. Éstas pretenden acaparar los focos de atención hasta su lanzamiento, dilatando el éxito hacia los meses posteriores a través de contenidos descargables o pases de temporada. Es en esta tesitura en la que se encuentra Days Gone, la primera superproducción de Bend Studio para PlayStation 4, que hasta ahora se habían centrado en trasladar la serie Uncharted a PlayStation Vita.

La experiencia del estudio quedó demostrada en la franquicia Syphon Filter, pero ahora los tiempos han cambiado y los desarrollos son más arriesgados, sobre todo teniendo en cuenta que una superproducción mal llevada puede llevar un estudio a su quiebra. ¿Estará Days Gone a la altura de lo esperado? ¿Es realmente el exclusivo que todo jugador de PlayStation 4 debería tener? Acompañadnos en el correspondiente análisis y descubramos qué nos ofrece esta interesante aventura que recorreremos a lomos de nuestra motocicleta.

Mezcla con sabor posapocalíptico

Lo primero que debemos decir de Days Gone es que no reinventa la rueda, pero sí que mezcla con maestría y sabiduría una serie de conceptos para hacer de la obra una aventura variada, divertida y única. Los escenarios posapocalípticos están de moda. La supervivencia ha demostrado ser un caramelo goloso para el jugador que busca un reto. Los zombis (engrendros, en este caso), como no podría ser de otra forma, también se mantienen en la cresta de la ola dentro del mundo del videojuego. Pues bien, combinando estos tres conceptos y añadiéndole una producción de muchos quilates, tenemos una pequeña idea de lo que nos espera en Days Gone.

La humanidad ha sido víctima de una epidemia que ha arrasado con la población, convirtiéndola en engendros. Los supervivientes más débiles se organizan para convertirse en saqueadores, y en el centro de todo está nuestro protagonista, Deacon St. John, un amante de las dos ruedas que tendrá que recorrer suelo y asfalto para sobrevivir en este peligroso mundo.

La trama argumental, de la que no vamos a adelantar ningún detalle, está llena de momentos emotivos y épicos, que buscan jugar con la fibra sensible del jugador y se agradece el hecho de que el estudio haya querido dar un peso importante a la narrativa sin olvidar la parte jugable, de la que hablaremos a continuación. Eso sí, son muchas -y frecuentes- las escenas cinemáticas que irán presentando personajes y situaciones de lo más realistas, manteniéndonos enganchados al televisor durante horas.

A mi manera… O carretera

Como videojuego de mundo abierto, Days Gone peca de algunos de los malos hábitos que tiene el género. Si bien es cierto que las misiones y encuentros con las hordas de engendros pueden ser apasionantes y muy divertidos, algunas empresas se limitan a llevarnos de un lugar a otro del mapa para hablar con un personaje, ver la cinemática de turno y buscar la siguiente misión. Por suerte, los personajes están lo suficientemente bien construidos como para no sentir que estamos perdiendo el tiempo.

Dicho esto, el estudio construye una jugabilidad basada en tres pilares: el sigilo, nuestra motocicleta y la metralla. A medida que vayamos superando misiones y adquiriendo habilidades en el correspondiente árbol, podremos ir definiendo nuestro estilo de juego. Por ejemplo, las primeras horas de juego no es muy inteligente tratar de aniquilar una horda -que pueden llegar a las 500 unidades-, ya que ni estaremos preparados físicamente ni dispondremos de las armas necesarias. ¿Quizá buscar una distracción para el grueso y tratar de llegar a nuestro vehículo sano y salvo? ¿Optar por encarar una horda de engendros con un grupo de saqueadores que querían darnos caza? El jugador decide.

Las situaciones se dan aleatoriamente y, por lo general, suelen funcionar sin ningún tipo de problema. Tanto es así que, a medida que vayamos alejándonos de nuestra moto –la cual necesitará piezas de recambio y gasolina- nuestra sensación de seguridad irá disminuyendo. Este punto es clave, pues mantiene al jugador en tensión durante toda la partida, haciéndonos participes de un mundo hostil y posapocalíptico.

De hecho, el vínculo con nuestra motocicleta irá aumentando en función de sus mejoras. Al principio será raro conducir, pues los giros son algo bruscos y la gasolina se termina en un santiamén. Pero a medida que vamos mejorándola iremos abriéndonos paso ante el mundo con mejor autoestima, preparados para quien se atreva a cerrarnos el paso.

Mejor en PlayStation 4 PRO

Uno de los puntos fuertes que tiene Days Gone es su ambientación, recreando el noroeste del Pacífico en todo su esplendor. Cumbres montañosas, bosques frondosos, desiertos y, como era de esperar, mucho yermo y páramo abandonado son algunos de los escenarios que iremos contemplando a medida que pisemos el pedal del acelerador. La puesta en escena es sobresaliente, tanto en escenarios como en personajes, sobre todo el protagonista. Sin embargo, los efectos climatológicos son el broche de oro a un apartado técnico que rinde muy bien tanto en PlayStation 4 como en su hermana profesional.

La lluvia frondosa, que afecta directamente a la conducción de nuestra motocicleta; los atardeceres, bellos a la par que peligrosos; la noche, peligrosa por la salida de los muertos andantes; o la nieve, que sorprenderá a más de uno, van bañando paulatinamente la pantalla con sus efectos audiovisuales. Eso sí, Days Gone no es un videojuego contemplativo, ya que quedarse ensimismado viendo cómo desaparece el sol puede traducirse, rápidamente, en una horda de 300 enemigos que vienen por nuestra espalda.

A nivel sonoro, el videojuego cuenta con una serie de composiciones que acompañan perfectamente la aventura, con algunas canciones licenciadas que, desde luego, hacen nuestra travesía más amena y divertida. Hay que hacer una mención especial al doblaje, que en inglés es sobresaliente pero que, en su versión en castellano liderada por Claudio Serrano (Batman y Antman), cumple de forma notable algo que suele preocupar al jugador más tiquismiquis.

Conclusiones

Days Gone no revoluciona el género, sino que toma prestadas ideas de otros desarrollos y los combina en una fórmula donde la tensión está presente durante toda la partida. La trama principal, sin desviarnos demasiado, puede llevarnos entre las 25 y 30 horas, en función de nuestra pericia con el mando, que se multiplican si queremos hacer todas las misiones secundarias y recoger los coleccionables, que van dando más detalles sobre los personajes y el mundo que compone el juego.

El vínculo con nuestra motocicleta, la personalidad de Deacon y la tensión son de lo mejorcito que encontraremos en Days Gone, que se acomoda perfectamente a la trama y el mundo construido para este exclusivo para PlayStation 4, que brindará horas de diversión -y tensión- a todo jugador que se atreva a adentrarse en esta tierra infectada. ¿Preparados? Nos vemos en la carretera.

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