Relaciones íntimas y coronavirus: Cómo recuperar el deseo sexual perdido
La pandemia también ha afectado a la libido, reduciendo drásticamente la actividad sexual de los españoles
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Una de las consecuencias indirectas de la pandemia es la alteración de nuestro modo de relacionarnos. Con idea de mantener un distanciamiento social para evitar contagios, hemos ido colocando muros entre nosotros y el resto del mundo. No tocar, no abrazar, no besar. En ese sentido, la distancia social ha complicado (todavía más) cualquier interacción y eso ha terminado pasando factura a nuestro estado mental. En lo que a relaciones se refiere, hay que hacer especial hincapié en las relaciones sexuales que, a consecuencia de la pandemia por coronavirus, se han visto algo alteradas.
Hay diversos factores que influyen en el deseo, como la alimentación, la rutina sexual, la falta de sueño, la medicación, algunas enfermedades y, por supuesto, el estrés y la ansiedad. Según datos revelados por la farmacia on line DosFarma, la mitad de los españoles asegura haber sufrido estrés por la situación del coronavirus y el miedo a contagiarse o a que se contagie un ser querido. Por ese y otros motivos, una de cada cuatro parejas españolas ha reducido su actividad sexual.
"Después de un año de pandemia, muchas parejas ya no saben qué hacer para recuperar esa chispa que existía antes del virus. En algunos casos, esa pérdida de la libido se debe a la ansiedad y el estrés generados por la pandemia; pero, en otros, ha sido culpa de un cambio de rutina o una mala alimentación", comenta Amanda Dutruc, farmacéutica de DosFarma. Con ella hablamos para saber qué factores del confinamiento y la pandemia han podido dañar nuestro deseo sexual y qué podemos hacer para recuperar el deseo sexual.
El estrés o la falta de sueño dificultan los encuentros sexuales
Dolores de cabeza, dificultad para dormir, pérdida de apetito, náuseas, cambios de humor bruscos... Todos estos síntomas del estrés han podido dificultar los encuentros sexuales durante los últimos meses.
Además, se sabe que el estrés puede tener consecuencias directamente relacionadas con el sexo, como la disfunción eréctil y la eyaculación precoz (en los hombres) o la falta de lubricación (en las mujeres). Asimismo, sufrir alguno de estos problemas incrementará a su vez el estrés generado por la pandemia.
Reducir el estrés puede ser la clave para recuperar el deseo sexual perdido. Algunos consejos que pueden ayudar a conseguirlo son los siguientes: evitar estar constantemente leyendo o escuchando noticias sobre la pandemia, apoyarse en la familia y los amigos, desconectar del trabajo fuera de la jornada laboral, dedicar tiempo a las aficiones... Sin embargo, a veces la mejor solución es contactar con un psicólogo que ayude a controlar los niveles de estrés.
La falta de práctica lleva a un menor deseo
En la libido es muy importante la rutina; si nos acostumbramos a abandonar nuestro deseo sexual, el cuerpo no lo echará en falta. Los seres humanos somos pura química; nos movemos gracias a las reacciones que ciertas hormonas producen en el cerebro.
En el caso del deseo, son indispensables la testosterona, los estrógenos y la progesterona. Durante el acto sexual, se liberan otras hormonas, como las endorfinas, la dopamina y la serotonina, que son las mismas que se generan cuando hacemos ejercicio o comemos chocolate. El cerebro recuerda la sensación placentera de esas hormonas, lo que le lleva a querer repetir.
Por este motivo, una buena forma de recuperar la libido es buscar tiempo para estar en pareja. Planear el encuentro ayudará al principio a que el cerebro recuerde esas sensaciones positivas y, con el tiempo, ya no será necesaria la planificación.
Falta de estímulos impide que el cerebro recuerde el deseo perdido
Es muy importante crear un ambiente agradable que estimule los sentidos y favorezca la segregación de las hormonas. Aunque no se pueda salir demasiado de casa, hay multitud de formas sencillas de crear un clima que ayude al cerebro a recordar el deseo perdido. Estos son algunos consejos para lograrlo.
Probar cosas nuevas. Cualquier elemento novedoso o que se salga de lo habitual hará que los encuentros sean más atractivos. Todo aquello que os llame la atención es perfecto: enviar mensajes picantes, bailes eróticos, ropa más provocativa, un masaje, una cena íntima...
Lubricantes o juguetes. Dentro de las novedades se pueden incluir los juguetes eróticos. Estos aparatos no son solo para disfrutar en soledad, sino que son muy divertidos también en pareja. La oferta es muy amplia: anillos vibradores, estimuladores de clítoris, bolas chinas, vibradores para ellos y ellas... Los lubricantes son otra forma de añadir un toque diferente a cualquier encuentro. Los hay con efecto calor, de sabores, especiales para dar masajes...
Películas o libros. Suele decirse que el cerebro es el órgano sexual más potente. La imaginación es clave para animar el deseo, y una buena forma de motivar la imaginación es con un libro erótico. Por otro lado, comenzar con una película o un vídeo puede crear una primera chispa que anime el resto del encuentro.
Una baja autoestima puede bloquear el deseo sexual
En tiempos de pandemia, la autoestima ha quedado relegada a un segundo plano. La prioridad es la salud y la de los nuestros y es normal haber dejado de lado el amor propio. Sin embargo, eso puede ser el motivo de que la libido no despierte. La inseguridad, el miedo al rechazo o la infelicidad bloquean el deseo sexual. En estos casos, hay que valorar acudir a un psicólogo que nos ayude a tener un mejor concepto de nosotros mismos.
La comunicación como clave para despertar el deseo
Para poder disfrutar plenamente de nuestra sexualidad, es indispensable una buena comunicación con la pareja. No hay que tener miedo de pedir algo que nos gusta, sugerir cambios o preguntarle al otro qué le apetece. Intercambiar esas ideas hará los encuentros más placenteros y será más fácil que el deseo despierte.
Una dieta desequilibrada influye en el deseo sexual
Durante el confinamiento, 4 de cada 10 españoles engordaron. El cambio en la dieta fue algo habitual en muchos hogares y aún hoy es posible que no se haya vuelto a la dieta de siempre. Sin embargo, la falta de ciertas vitaminas y minerales puede haber influido en el escaso deseo sexual.
-Vitamina E. Se trata de un potente antioxidante. Tiene propiedades que ayudan a frenar el envejecimiento prematuro de la piel, reduce la tensión arterial y ayuda a disminuir la sensación de cansancio. Además, estimula el sistema inmunitario y favorece que otras vitaminas cumplan su función. Pero lo más importante es que incrementa el apetito sexual y estimula el deseo.
Hay muchos alimentos ricos en esta vitamina que pueden incorporarse fácilmente a cualquier dieta: verduras de hoja verde (espinacas o brócoli, por ejemplo) aguacate, frutos secos (avellanas, almendras, pistachos...), semillas de girasol o calabaza...
-Niacina (vitamina B3). La vitamina B3 o niacina cumple una función primordial en el organismo. Se encarga de que las neuronas funcionen correctamente, ya que participa en el equilibrio químico del sistema nervioso. Además, contribuye a la salud de la piel y tiene propiedades vasodilatadoras que ayudan a la circulación de la sangre. Pero, junto con todo esto, la vitamina B3 influye en la producción de varias hormonas sexuales: los estrógenos, la progesterona y la testosterona.
Las legumbres, la carne, los lácteos, el pescado, los huevos y los frutos secos son muy ricos en vitamina B3. Otra buena forma de incorporar una dosis extra de niacina es a través de la jalea real. La jalea real es un complemento lleno de nutrientes y con múltiples beneficios: aumenta las defensas, mejora el rendimiento físico y mental, ayuda a la memoria...
-Zinc. El zinc influye en la salud de la piel, las uñas y el pelo y es necesario para tener un sistema inmunitario fuerte. Además, este mineral es esencial para la producción de la testosterona y la prolactina, dos hormonas sexuales. De este modo, se sabe que la falta de zinc influye en el rendimiento sexual, especialmente el masculino.
Para estar seguros de que no existe una falta de zinc, se pueden incorporar a la dieta algunos alimentos ricos en él, como las ostras, el hígado, las almejas, las carnes rojas, los frutos secos o la leche. No obstante, hay que tener cuidado con la toma de zinc, pues una ingesta de más de 150 mg al día de forma regular puede dañar los niveles de hierro y el sistema inmune.
-Tomar complementos naturales. Existen varios productos naturales que ayudan a despertar el deseo sexual y a mantener la energía durante el día. Para conseguirlo, se basan en alimentos muy ricos en los minerales y las vitaminas que influyen en el deseo. Un ejemplo es la maca o maça, también conocida como el ginseng peruano. Se trata de un tubérculo muy rico en zinc y cobre que se utiliza en complementos alimenticios vigorizantes. Este tipo de productos suelen incorporar también vitamina C, ya que favorece la absorción del zinc. Así pues, estos complementos son una forma sencilla de tomar los nutrientes necesarios para la libido dormida.
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